Toad es sin lugar a dudas uno de los personajes más reconocibles de todo el universo de Mario. Tras haberle odiado cada vez que nos decía que nuestra princesa estaba en otro castillo, ganado carreras con él en Mario Kart, congeniado con muchos de sus congéneres en los títulos de rol del fontanero, practicado todo tipo de deportes e incluso haberle controlado en más de un juego de plataformas, por fin vamos a tener otro título tras aquel lejano Wario's Woods en el que nuestro habitante favorito del Reino Champiñón es el absoluto protagonista, sin que ningún italiano con bigote y vestido con un mono rojo y azul le haga sombra.
Aunque en vez de a nuestro Toad habitual, aquí a quien controlaremos será al Capitán Toad, quien da nombre al título y a quien ya pudimos conocer en Super Mario 3D World. No en vano, el hecho de que hoy nos encontremos hablando sobre este proyecto se debe a su aparición estelar en dicho juego, donde se nos dio la oportunidad de controlarle en un curioso y divertido minijuego de puzles, el cual ha evolucionado tanto que se ha convertido en un título propio e independiente: Captain Toad: Treasure Tracker.
Así pues, si ya jugasteis al último juego del fontanero en Wii U, ya os podréis hacer una buena idea de lo que aquí os vais a encontrar: multitud de pequeños y cortos niveles en los que más vale maña que fuerza. A pesar de que todavía quedan tres semanas para que se estrene por estos lares, ya tenemos en nuestras manos su versión final en español y hemos podido superar sus primeros niveles, los cuales nos han dejado un buen sabor de boca y han sabido tenernos entretenidos en todo momento.
La mecánica del juego no puede ser más simple. En cada nivel nuestro objetivo será abrirnos camino hasta una estrella, la cual hace las veces de meta, una tarea que será más fácil de decir que de hacer. Nuestro intrépido Capitán Toad no es un personaje especialmente hábil y solo cuenta con dos poderosas e inestimables habilidades: moverse y arrancar hierbas (de las cuales pueden salir monedas o verduras arrojadizas). Por no poder no puede ni saltar, algo que resultará clave a la hora de afrontar las distintas fases con las que nos iremos topando, ya que es una desventaja con la que tendremos que contar.
Pero la auténtica magia de su propuesta empezamos a encontrarla en el momento en el que nos damos cuenta de la importancia que tiene la cámara. Esta la podremos controlar con total libertad y será fundamental para encontrar tanto el camino principal como los múltiples secretos que esconde el juego en su interior. Las pantallas están genialmente diseñadas, de forma que siempre nos obligarán a jugar con la perspectiva a la vez que le damos vueltas a la cabeza para descubrir cómo superar cada situación, por lo que estaréis todo el rato observando las fases desde múltiples ángulos.
Algo que nos ha llamado mucho la atención, al menos durante estos primeros compases, es lo diferentes que son todos los niveles que hemos probado. Cada nueva fase suele introducir una mecánica única y propia que la diferencia del resto, o en su defecto combina varias distintas que ya habíamos visto con anterioridad para hacer algo nuevo y original, consiguiendo que cualquier rastro de monotonía o repetitividad posible se mantenga bien alejado de la experiencia jugable. Resulta sorprendente lo mucho que Nintendo ha sabido hacer con tan poco y con unas bases tan aparentemente sencillas.
Por citar algunas situaciones, decir que hemos tenido que controlar a más de un Toad a la vez con las duplicerezas, hemos derrotado a un gigantesco dragón esquivando sus ataques de fuego, nos hemos convertido en auténticos maestros del sigilo para abrirnos camino por un tren repleto de enemigos, hemos acabado con varios goombas a base de lanzarles verduras como en Super Mario Bros. 2, hemos encontrado el camino en complicadas casas fantasmas repletas de Boos y puertas, y lo mejor de todo, le hemos dado uso al GamePad de diferentes formas muy bien integradas en la jugabilidad.
Sí, estamos hablando de ese mando con pantalla de Wii U con el que Nintendo ha querido diferenciar a su consola y al que cada vez menos juegos le dan uso, incluyendo los propios de la compañía nipona. Tocando diferentes elementos de la pantalla podemos provocar que se muevan y se desplacen, y para tocar muchos de ellos tendremos que hacerlos visibles cambiando la perspectiva de la cámara, lo que da lugar a unos puzles muy originales y bien diseñados.
Pero no solo le sacaremos provecho al mando con sus funcionalidades táctiles, ya que también hay algunos momentos en los que tendremos que usarlo para apuntar con él en primera persona mientras lo movemos, ya sea para usar unos cañones o para disparar en unas curiosas fases de acción sobre raíles. Y como decimos, todas estas funciones están realmente bien integradas y se sienten como una inclusión natural que aporta al juego, y no como un elemento implementado con calzador y de forma forzada para justificar la existencia del GamePad.
Los niveles son bastante cortos y por lo general no nos tiraremos mucho más de cinco minutos en cada uno de ellos (en la mayoría incluso menos si vamos directos a por la estrella) y de momento todo nos está pareciendo demasiado fácil, siendo este el punto que más nos está preocupando, ya que la sensación de reto es prácticamente inexistente, al menos en sus primeros compases.
Evidentemente, estamos todavía por el principio y no dudamos de que más adelante las cosas se complicarán (Super Mario 3D World hizo esto mismo, haciéndonos creer que estábamos ante un paseo para luego en la recta final y en sus mundos secretos hacernos sufrir el auténtico infierno en la Tierra), por lo que es algo en lo que ya profundizaremos en el análisis. Eso sí, todavía no hemos perdido ninguna vida en los más de 25 niveles que llevamos ni nos hemos llegado a atascar.
Gráficamente estamos ante un juego que si bien no explota todas las capacidades de Wii U, se ve bastante bien, ofreciéndonos unos escenarios con mucho encanto y tremendamente variados, con unos modelados muy sólidos, algunos efectos bastante resultones y un apartado artístico muy conseguido, con todo el colorido habitual del que hacen gala los juegos de Nintendo. Mención especial a los jefes finales, los cuales ponen la nota de espectacularidad al título.
El sonido también mantiene un buen nivel, con melodías ligeras y pegadizas que animan cada partida, rescatando incluso algunas canciones de Super Mario 3D World y ofreciéndonos otras nuevas de calidad. Los efectos cumplen bastante bien, con los sonidos habituales que uno espera escuchar en un juego ambientado en el universo de Mario, y el doblaje está prácticamente monopolizado por los gritos y las pocas frases que dice nuestro capitán de los Toads Exploradores, siendo totalmente reconocibles.
Nos quedan todavía muchas horas por delante resolviendo puzles y superando niveles antes de que os podamos dar nuestro veredicto final, y si bien no parece que vaya a estar destinado a vender Wii U, sí que apunta a sumar positivamente a su catálogo con una aventura realmente entretenida y divertida que cualquiera podrá disfrutar.
De momento el juego es variado, los niveles están bien diseñados, tiene muchos elementos coleccionables y rejugables (de esto ya hablaremos en profundidad y de forma apropiada en el análisis), y encima hace un uso inteligente del GamePad, motivos más que suficientes para que lo tengáis en vuestro punto de mira a poco que os guste esto de usar la cabeza para superar puzles de todo tipo.