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Género/s: Acción / Hack and Slash
Fecha de lanzamiento:
WiiU:
Switch:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Platinum Games
Producción: Nintendo
Distribución: Nintendo
Precio: 47,95 €
Jugadores: 1
Formato: Wii U Optical Disc
Textos: Español
Voces: Inglés/Japonés
Online: hasta 2 jugadores
ANÁLISIS

Impresiones finales Bayonetta 2

Bayonetta prepara su regreso con una secuela que solo con sus primeras horas ya ha conseguido conquistarnos.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Versiones Wii U, Switch. También disponible en Nintendo Switch.

Ya solo quedan dos semanas para que la bruja más irreverente y carismática del mundo de los videojuegos regrese con su esperada secuela, la cual se estrenará en exclusiva para Wii U, algo que parece haber dolido bastante entre el gran público (estamos seguros que desde su anuncio han habido más lloros que unidades vendidas de su primera entrega), y por fin hemos tenido acceso a su versión final.

Tras haber superado ya sus primeras horas de juego, no podemos hacer otra cosa más que confirmaros las buenas impresiones que esta aventura nos ha ido dejando feria tras feria: se nos viene encima todo un imprescindible, y no solo para los usuarios de Wii U, sino para cualquiera que alguna vez haya dicho disfrutar con los hack and slash, quienes encontrarán aquí una razón de mucho peso para hacerse con la consola.

Como el análisis está a la vuelta de la esquina (en apenas diez días podréis leerlo), no vamos a extendernos demasiado con estas impresiones, pero sí que os podemos asegurar que en Bayonetta 2 se respira Platinum Games por todos lados. El título no busca revolucionar la saga ni romper con lo que vimos en la aventura original, más bien al contrario, algo que de entrada es una buena señal, ya que su sistema de combate era simplemente perfecto (en nuestra opinión, solo los dos primeros Ninja Gaiden pueden medirse de tú a tú en este sentido con Bayonetta).

Podremos volver a ejecutar a nuestros enemigos con castigos tan divertidos y originales como este.

Así pues, volvemos a tener un botón de puñetazo y otro de patadas para hacer los combos. Dependiendo de cómo los combinemos y del timing con el que los pulsemos, podremos realizar todo tipo de combinaciones de golpes. La lista de técnicas es enorme y a esto hay que sumarle la posibilidad que tenemos de dejar pulsado el botón en cada ataque que hagamos para que Bayonetta se ponga a disparar en la misma pose en la que se ha quedado tras golpear.

Con esto, se consigue que casi cualquiera pueda hacer combos espectaculares y disfrute repartiendo tortas aunque sea la primera vez que juegue, pero al mismo tiempo, dominarlo todo es algo que nos llevará horas y horas de práctica, ya que con sus sistema de combate se pueden hacer auténticas virguerías de lo profundo que es. Y sí, si venís de su primera parte os sentiréis como en casa replicando muchos de los combos que ya os conocíais.

Por otra parte, tendremos otro botón con el que usar nuestras armas secundarias, algunas de las cuales podremos recoger del suelo cuando los enemigos las suelten al morir. Estas últimas tienen usos limitados, aunque bien utilizadas pueden ayudarnos a hacer un daño extra muy importante. Tampoco falta a la cita el Tiempo Brujo, la técnica que nos permite ralentizar el tiempo cuando esquivamos un ataque justo en el momento que lo vamos a recibir y uno de los mayores pilares de su jugabilidad.

El Clímax de Umbra nos permitirá realizar ataques tan espectaculares como devastadores.

Como novedad, esta vez se ha añadido el Clímax de Umbra, un modo especial en el que podremos entrar tras recargar nuestra energía mágica y que nos permitirá desencadenar los ataques más devastadores del juego (es un gustazo ver cómo baja la vida de los jefes finales cuando lo activamos). Para rematar, comentar que vuelven los castigos (unas ejecuciones muy divertidas de ver que podremos poner en práctica cuando dejemos a los enemigos desprotegidos) y los finales de Clímax para acabar con los jefes.

Pero claro, no todo en un juego es su sistema de combate, y mantener las buenas bases de su primera entrega no serviría de nada si su desarrollo y diseño de niveles no estuviera a la altura. No sabemos todavía cómo será más adelante, pero desde luego, sus primeras horas no nos han decepcionado en absoluto. Más bien todo lo contrario. Ya nos esperábamos que el juego iba a ser bueno, pero eso no ha evitado que nos hayamos quedado con la boca abierta con todas las locuras y bestialidades que hemos presenciado y jugado.

Os esperan batallas de esta escala ya desde el mismo principio del juego.

Ya desde buen principio el juego intenta el más difícil todavía, con unos combates y unas batallas que alcanzan escalas inimaginables y donde el espectáculo está siempre servido (el prólogo, especialmente su parte final, es un gran ejemplo de todo esto). Pocos estudios entienden tan bien la acción como Platinum Games (de hecho, no hacen juegos de otro tipo) y eso es algo que en Bayonetta 2 queda más patente que nunca, sobre todo con sus jefes finales: impresionantes, variadísimos, con múltiples fases, largos y muy desafiantes.

Precisamente, este es uno de los grandes aciertos del juego, su afán por buscar nuevas situaciones nunca antes vistas, lo que consigue que en todo momento se sienta como una auténtica secuela, manteniéndose siempre fresco y muy divertido, pero sin perder esa capacidad de sorprender continuamente de la que ya hizo gala la aventura original. Coches corriendo por paredes, jets de combate siendo pateados como quien juega al fútbol, batallas volando y estrellando dragones gigantes contra rascacielos, luchas subacuáticas y un largo etcétera, son algunas de las cosas que hemos visto durante nuestros primeros compases. Ya sabéis, lo normal, o al menos en el mundo Bayonetta, donde las leyes de la física y de la lógica están de vacaciones.

Las coreografías de los combates no tienen ningún desperdicio.

Gráficamente estamos ante un título muy resultón y capaz de impresionar con facilidad. No tanto por su apartado técnico (que si bien es bastante bueno, tampoco es ninguna maravilla), como por su espectacular puesta en escena. Las animaciones son geniales y las coreografías que acabaremos viendo en cada batalla (tanto en las cinemáticas como en las que jugamos) son todo un gustazo para la vista, especialmente considerando que el juego se mueve a 60 imágenes por segundo, lo que le imprime a su desarrollo un ritmo realmente frenético. Y todo eso sin contar con la ingente cantidad de efectos simultáneos que veremos en pantalla, el enorme tamaño de muchos enemigos y el genial diseño artístico y con tanta personalidad del que hace gala (aunque esto último puede que no sea un plato del gusto de todo el mundo por más de un motivo).

Del sonido tampoco podemos decir nada malo, ya que su banda sonora encaja como un guante con todo lo que pasa en pantalla, alternando en cuestión de segundos entre melodías de pop y coros con orquestas de lo más épico que podáis imaginar, siguiendo así la tradición musical de la saga, pero con una serie de nuevas composiciones simplemente geniales. Los efectos son muy contundentes y variados, y en lo referente al doblaje tenemos la buena noticia de que incluye tanto voces en inglés como en japonés, ambos con unas interpretaciones muy acertadas y de gran calidad.

El humor absurdo, irreverente y pasado de rosca volverá a ser una de las señas de identidad del juego.

Como dijimos al principio de estas impresiones, no nos queremos extender demasiado, ya que para ello tendremos el análisis dentro de poco, pero ya os avisamos que nos quedan muchas cosas por contaros, como su sistema de progresión, sus secretos, sus coleccionables, sus retos adicionales, su modo cooperativo, su duración, su dificultad y un largo etcétera. Eso sí, una cosa nos ha quedado bien clara: mucho se tiene que torcer lo que nos queda de juego como para que el regreso de esta alocada bruja no se convierta en uno de los grandes acontecimientos del año.

Redactor