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Fecha de lanzamiento:
WII:
WiiU:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Nintendo
Producción: Nintendo
Distribución: Nintendo
Precio: 49,95 €
Jugadores: 1
Formato: DVD
Textos: Español
Voces: -
Online: No
ANÁLISIS

Impresiones The Legend of Zelda: Skyward Sword

Jugamos los primeros compases de la nueva y esperada entrega de esta mítica saga que ya nos ha conquistado.
Versión Wii.

Encaramos la recta final del año, unas fechas en las que salen algunos de los títulos más importantes, y en este 2011 especialmente, con una cantidad de bombazos que van a dejar a más de uno con la cartera pelada. Sumándose a algunos juegos excelentes ya lanzados como Xenoblade Chronicles, Deus Ex: Human Revolution, Resistance 3 y Gears of War 3, llegarán en las próximas semanas Rage, Dark Souls, Batman: Arkham City, Assassin's Creed Revelations, Uncharted 3, The Elder Scrolls V: Skyrim, Battlefield 3, Sonic Generations, Super Mario 3D Land, etcétera, una impresionante cantidad de juegazos.

Pero para muchos, entre los que nos incluimos, hay un título que va más allá de ser esperado para finales de este año, ya que lo llevamos esperando desde el E3 de 2008 cuando se anunció, y es más, podríamos decir que lo esperamos desde 2006, cuando salió a la venta Wii, y sabíamos que más tarde o más temprano acabaríamos disfrutando de un juego de esta saga realizado desde cero pensando en las particulares posibilidades de la consola.

Ese título es The Legend of Zelda: Skyward Sword, y como cada entrega de esta de esta mítica serie, para los que nos gusta, más que un simple lanzamiento, es todo un acontecimiento.

Por eso ayer acudimos a las oficinas de Nintendo con ilusión y ganas de probarlo, y más cuando supimos que íbamos a jugar su comienzo, unos 90 minutos. Ahora entraremos en detalles, aunque muchos de ellos nos los guardaremos, teniéndonos que morder la lengua aunque nos duela, pero sabemos que muchos lectores no querrán que les destripemos algunas de sus muchas sorpresas. Eso sí, con lo que no vamos a ser tan precavidos es con deciros, que este poquito que hemos podido jugar, nos ha encantado.

Comenzamos como en todo buen juego de rol japonés con nuestro protagonista despertando en una cama, en este caso de una manera un poco brusca, cayéndose de ella, ante el estruendoso grito de un pelícaro, esos grandes pájaros que todos ya habéis visto en capturas y vídeos, y cuyo nombre es este en la versión en castellano. Antes de ocurrir esto, Link se encontraba en mitad de una extraña pesadilla, en la que veíamos un enorme monstruo en mitad de un bosque, de un peculiar y enigmático aspecto. Nuestro héroe últimamente está teniendo unas inquietantes pesadillas, que no sabemos hasta qué punto vaticinan lo que está por venir.

El simpático pelícaro despertador no nos sobresaltó por gusto, sino que traía una carta ni más ni menos que de Zelda, nuestra inseparable amiga de la infancia, que es la hija del alcalde de Altárea, la ciudad flotante donde transcurren los primeros compases del juego y lugar natal de los protagonistas. Esta ciudad flotante es una más de la región de Celéstea, el mundo del juego, una serie de islas con un mar de nubes infranqueable a sus pies, y cuyo medio de transporte entre pueblos son los pelícaros, estos enormes y coloridos pájaros que tienen una estrecha relación con sus amos.

En la carta, Zelda nos recuerda que hoy es el gran torneo Celeste, que cumple una edición muy especial, su 25 aniversario –de qué nos suena esta fecha…-. Esta competición se trata de una carrera de pelícaros, por lo que nos anima a que antes de que comience practiquemos un poco. Estos primeros compases sirven de tutorial para enseñarnos y acostumbrarnos a los movimientos de Link, aunque realmente casi todo lo que jugamos se podría considerar un gran y extenso tutorial en el que poco a poco te van introduciendo las nociones de la jugabilidad, y también de la historia y el argumento. Bastante elaborado y contado con tranquilidad y sin prisas, la narrativa de esta entrega parece una de las más trabajadas de la saga, en especial la relación entre Link y Zelda, con unos tintes sentimentales como nunca habíamos vistos, que hacen que te encariñes de ella y sientas más fuertemente lo que le ocurrirá más adelante.

Este Zelda se maneja con el nunchuk más el wiimote, y como ya sabréis, obligatoriamente con el wii motion plus, ese accesorio que mejora la sensibilidad y detección, y que ahora va incluido dentro de los nuevos mandos. Con el stick del Nunchuk movemos a Link, usándose el botón Z para centrar la cámara y fijar a los enemigos, y el botón C para activar la vista subjetiva, con la que curiosamente, podemos desplazarnos por el escenario en primera persona. Con el botón A del wiimote realizamos acciones contextuales, como hablar o abrir puertas y cofres, y una acción muy importante y novedosa, correr. Link esprinta aunque tiene un límite, medido por una esfera que es el indicador de resistencia, y que se va agotando al realizar determinadas acciones, como correr o escalar. Esto no es una anécdota, y por lo que hemos podido ver, tendrá bastante importancia en la jugabilidad.

Los controles y las acciones que puede realizar Link, cuando ni siquiera hemos cogido una espada, ya nos parecen sorprendentes, posiblemente el Zelda, desde que dio el salto a las tres dimensiones, con más novedades jugables. Ahora por ejemplo podemos alcanzar alturas antes imposibles en un Zelda, esto se realiza manteniendo el botón de correr hacia un obstáculo, ya que al llegar a él daremos un gran salto y nos agarraremos a su saliente escalando. Podemos subir por plantas enredaderas, desplazarnos por cornisas cual Ezio en Assassin's Creed, e incluso impulsarnos por ellas para movernos más rápido agitando el wiimote. Todos estos movimientos de escalada consumen resistencia, y no es recomendable comenzar una ascensión si llegamos cansados, o nos caeremos. Cuando corremos, tampoco es recomendable hacerlo hasta la extenuación, hasta agotar la última gota de resistencia, o Link bajará los brazos con rostro cansado y andará muy despacio durante unos segundos, por lo que tenemos que evitar que llegue al máximo de sus fuerzas.

Sin duda el Link más ágil y plataformero de toda la saga, lo que promete dar mucho juego a la hora de explorar el mundo, abriéndose un gran abanico de posibilidades jugables. Tras trastear un poco por el pueblo, descubriendo los frutos de vigor, unas plantas verdes que nos rellenan de golpe la resistencia, o las estatuas de pelícaro, los puntos de guardado, que parece que abundan, por fin nos encontramos con Zelda, tocando una preciosa melodía con su lira. En lo alto del pueblo, y antes de entrenar con nuestro pelícaro, nos cuentan que el nexo con el nuestro es especial, la envidia de muchos, y que nuestra ave de plumaje rojo tiene algo especial, una clase de pelícaro que ya se creía extinta. Por algún motivo no notamos su presencia, y pese a esto Zelda nos empuja al vacío, y estábamos en los cierto, nuestro pelícaro no está, menos mal que el de Zelda nos salva en el último momento.

Tras esto comenzará una búsqueda de nuestra mascota, medio de transporte y compañero. Tras indagar un poco, descubres que Malton y sus amigos, con los que competirás en el torneo, pueden tener algo que ver. Estos son los malotes del pueblo, los típicos matones de instituto, y Malton en concreto te tiene mucha envidia por tu estrecha relación con Zelda, ya que a él parece hacerle tilín, ¡si hasta le sale humo de la nariz con solo mencionarla! Además de la elaborada narrativa –ojo tampoco os penséis, Link sigue sin decir ni mu-, también nos llama la atención lo expresivos que son los personajes, con muchos matices en sus rostros, pese a no contar estos con unos modelados complejos, pero que como en la buena tradición de los dibujos animados, saben acertar en transmitir emociones con unos pequeños esbozos. Unas cuantas vueltas y preguntas por aquí y por allá, y descubrimos que tienen preso a nuestro pelícaro, pero para llegar a él, tendremos que atravesar la gruta de la cascada, cuyo transito nos recomiendan no realicemos sin una espada.

Acudimos al maestro de esgrima, que nos da nuestra primera espada y las primeras nociones básicas del sistema de combate. Nos ha sorprendido muchísimo el buen uso que se hace del wii motion plus, no es detección de los movimientos de la espada 1:1 como ya sabréis, pero sí contamos con un montón de tipos de tajo como para ser los combates más complejos de la saga. Tenemos que cortar, como podéis ver en el vídeo, una serie de troncos realizando los distintos cortes. Para nuestra sorpresa, los realizamos todos a la primera, con una perfecta detección de nuestros movimientos. Tajos horizontales, verticales, en diagonal, todos estos bien pueden ser de izquierda a derecha o viceversa, una estocada que se realiza hacia adelante, el clásico tajo circular –se realiza moviendo horizontalmente y a la vez el nunchuk y el wiimote, y consume parte de nuestra resistencia-, y por último un golpe de gracia muy espectacular, cuando el enemigo esta caído y fijado realizando un movimiento descendente con los dos mandos. Más adelante y no en este momento del juego, nos explican aquí también a usar el escudo, con el que nos protegemos simplemente desplazando hacia adelante el nunchuk. Sin duda un control excelente y con el que nos hacemos en unos pocos minutos, y que va a dar mucho juego junto al ingenio de los chicos de Nintendo.

Tras superar esta "peligrosa" ruta, matando algunos murciélagos y unas babosas –encontramos una gruta secreta en el suelo, por la que nos metemos poniéndose una vista en primera persona, recogiendo dos rupias rojas-, damos con nuestro pelícaro, que se encuentra atrapado tras unos tablones atados con cuerdas. Para liberarle, debemos cortarlas haciendo uso de los distintos tajos que nos han enseñado, horizontales, verticales o en diagonal. Ya estamos otra vez con nuestro amigo, momento en el que Zelda aprovecha para enseñarnos los controles cuando estamos a lomos del pelícaro. Primero habrá que lanzarse al cielo sin miedo, y cuando estemos en el aire pulsando abajo en la cruceta del Wiimote daremos un silbido y nuestra mascota vendrá a recogernos.

Luego bastará con apuntar a la pantalla para dirigirla, agitar el mando hacia abajo para que se impulse con sus alas, coja altura, y después apuntar hacia abajo para que coja velocidad descendiendo en picado. Muy fácil e intuitivo, y de hecho llegamos al torneo y lo ganamos sin grandes problemas. Esta carrera es la que ya habéis podido ver y que se mostró en el E3 –también está estos días jugable en el Gamefest de Madrid-. Vamos detrás de un pelícaro que lleva en sus garras una estatua que tenemos que atrapar, y nuestros competidores no juegan demasiado limpio. Tras alzarnos con la victoria Zelda nos premia con un paracaídas que ha tejido ella misma, y que nos enseña a usar. Cuando nos tiremos al vacío, controlaremos a Link en el aire, pero justo antes de llegar al suelo, con el botón B, deberemos desplegar el paracaídas si no queremos espanzurrarnos contra el suelo.

Después de la entrega del premio, y de un acercamiento de Zelda a Link muy –muy- cariñoso, ambos emprenden el vuelo en un bonito paseo al atardecer. En mitad de esto y de repente, surge un tremendo tornado que engulle a los protagonistas y los lanza por los aires. Link despertará en su cama -y tras otra pesadilla en la que le dicen que es "el elegido"-y se enterará de que Zelda ha desaparecido. Tras esta terrible noticia y en mitad de la noche, un extraño ser azul se muestra y nos invita, sin decirlo, a que le sigamos. Un recorrido nocturno por el pueblo nos llevará a un santuario, en el que nos hacen una importante relevación. Este enigmático personaje se llama Fay, creada para servir al elegido, que en efecto, somos nosotros, y que al parecer, hará las funciones de por ejemplo Navi en Ocarina of Time.

Nos ofrecerá una poderosa espada, que tenemos que sacar de una piedra y luego elevar al cielo, imitando todo estos gestos con el wiimote, especialmente épico el último momento con el mando en lo alto como si fueras el propio Link y su espada. A esta arma la llegan a denominar en un corto espacio de tiempo de muy diversas maneras, desde divina y sagrada hasta de la diosa y guiadora. Quienes os hayáis informado lo suficiente del argumento de este Zelda, podéis intuir en qué se convertirá esta espada en un futuro. Aunque estábamos a puntos de terminar la demostración, vimos al menos uno de sus poderes. Cuando apuntamos con el wiimote hacia arriba, la espada atrae un poder de luz que la recarga, y agitándola hacia delante lanzamos un rayo.

Esto nos permite conseguir una litografía, que parece un pedazo de algo mayor, dejando claro que tendremos que conseguir los demás trozos a lo largo del juego. Se abre un hueco en el mar de nubes, visible por un haz de luz, lo que nos indica que podemos descender hasta las inexploradas tierras inferiores. El padre de Zelda nos hará entrega de un uniforme adecuado para la batalla, el archiconocido traje verde, y una vez enfundados en él, en una emotiva escena para cualquier fan, comienza la aventura de verdad, como si toda esta hora y media jugada hubiera sido un enorme tutorial. Nos animan a equiparnos adecuadamente, comprando un escudo, adquiriendo alguna pócima, y ya podemos lanzarnos al cielo, llamar a nuestro pelícaro, y comenzar a explorar el mundo de Skyward Sword.

Podemos volar libremente y explorar Celéstea, aunque contamos con un mapa que nos muestra las distintas islas a las que podemos llegar, lo que estamos deseando hacer. El hueco entre el mar de nubes que da acceso a las tierras inferiores, y donde imaginamos nos encontraremos con la primera mazmorra, tenemos que sobrevolarlo y pulsar abajo para que Link se lance al vacío, planeando en el aire, para después usar el paracaídas antes de llegar al suelo. Decimos imaginamos porque justo aquí se acabó la demostración, dejándonos con la miel en los labios.

Los gráficos son muy bonitos, con un excelente diseño artístico, muy coloridos, aunque siempre teniendo en cuenta las limitaciones de Wii, en sin duda el juego que lleva sus capacidades técnicas más al límite, un título que la exprime hasta sus últimas consecuencias. Pero más que pararnos a hablar de sus gráficos, nos apetece hacerlo de unos de los aspectos que más nos ha fascinado en nuestro tiempo de juego: su música. Preciosa, emocionante, simplemente genial, una auténtica pasada. La música orquestada, una decisión de la que no podemos alegrarnos más, suena increíble, y si sois de los que alucinasteis con las composiciones de ambos Super Mario Galaxy –dos de las mejores bandas sonoras de toda esta generación-, las de este Zelda no le anda a la zaga, un placer para los oídos.

Una hora y media nos ha bastado -y eso que da la sensación de que solo hemos acariciado su superficie- para comprobar que sin duda estamos ante uno de los juegos del año, un broche más que de oro para Wii que ya nos ha enamorado. El sistema de combate más complejo y elaborado de la saga, haciendo un uso excelente del mando de Wii, y el Link más plataformero, con acciones totalmente nuevas, hacen que estemos ante un Zelda que, comparado con anteriores, es un gran salto dentro de la jugabilidad de la serie. Hay muchos elementos todavía por comprobar, como todas las nuevas armas y accesorios, las mazmorras, la interesante creación de objetos o la mejora de nuestro equipamiento, que prometen añadirle toques de complejidad y rol a un Zelda muy ambicioso.

Tras tanto tiempo esperándolo, menos de dos meses parecen un suspiro, pero después de haberlo probado más dura será la espera. Hay una extraña sensación en el ambiente, como que no se le espera con tantas ganas como a otras entregas de la serie, quizás por llegar en el ocaso de la consola, pero esto no puede hacer más que incrementar el impacto y la sorpresa que cause, ya que lo que hemos probado nos ha parecido sensacional. Que se vayan frotando las manos los amantes de la saga, porque estamos ante un Zelda que promete ser una delicia.

Redactor