X
Juegos
Foro
Plataformas
Género/s: Lucha 3D / Lucha
Fecha de lanzamiento:
PSP:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Square Enix
Producción: Square Enix
Distribución: Koch Media
Precio: 39.99 €
Jugadores: 1-2
Formato: 1 UMD
Textos: Español
Voces: Inglés
Online: No
ANÁLISIS

Avance Dissidia: Final Fantasy

Cosmos y Chaos llaman a sus filas a una legión de héroes y villanos clásicos de la saga Final Fantasy. Primeras impresiones.
Versión PSP.

Reinventando el género

Tras más de 20 años y numerosas entregas, la mayoría del género en el que se dio a conocer, el rol, Final Fantasy celebra por todo lo alto su aniversario con varios homenajes para la pequeña portátil de Sony. PSP ha recibido así varios remakes de los clásicos (una mera actualización gráfica) pero el plato fuerte está aún por lanzarse en Europa: Dissidia: Final Fantasy.

Anunciado en mayo de 2007 y en las tiendas japonesas desde mediados de diciembre de 2008 como de acción dramática progresiva, Dissidia Final Fantasy es una pequeña galería de los protagonistas más emblemáticos (héroes y villanos) de las entregas principales, guiños para seguidores, recopilatorio de temas musicales y, por supuesto, un acercamiento diferente a estos conocidos personajes fuera de su ambiente rolero. Hay que recordar no obstante que no es la primera vez que encontramos alguno de estos héroes en otro género o saga ajena a ellos, como recordarán los jugadores de Ergheiz, juego de lucha que incluía a Cloud, Sephiroth, Tifa, Vincent, Yuffie y Zack en su plantilla de luchadores como uno de sus mayores atractivos en plena fiebre por el fenómeno de Final Fantasy VII. Otro título que mezcló Final Fantasy (en concreto a las protagonistas de la entrega X-2) con personajes de la saga Dragon Quest fue Itadaki Street Special, un recopilatorio de minijuegos. Pero hasta el momento quizá el mejor homenaje lo encontramos en las sagas Kingdom Hearts, action-RPG en los que cabe destacar la presencia entre otros de Cloud, Squall y Tifus, tomando papeles secundarios en una trama ajena a sus aventuras.

A diferencia de los anteriormente citados, Dissidia Final Fantasy se muestra como un homenaje definitivo a toda la saga, desde la primera hasta la última entrega lanzada hasta el momento (Final Fantasy XII). La secuencia introductoria de hecho cumple uno de esos sueños de muchos seguidores, aliar carismáticos personajes como Cloud, Terra y Yitán luchando codo con codo contra un ejército integrado por Sephiroth, Artemisa y Kefka. Un épico combate con un elenco bastante acertado de integrantes de cada entrega (aunque no dudamos que algún seguidor cuestionará la presencia de Jecht en el bando de villanos) que finalmente incluye la representación de Final Fantasy XI y Final Fantasy XII en forma de luchadores secretos.

La historia que sirve como excusa para traer a los conocidos personajes es tan efectiva como simple; dos dioses, Chaos (de la discordia) y Cosmos (de la armonía) han luchado durante mucho tiempo en igualdad de condiciones. Este equilibrio se rompe cuando Chaos consigue reunir un ejército compuesto por guerreros de otros universos (naturalmente, los villanos de los Final Fantasy). Cosmos se verá forzada a rodearse de aquellos luchadores capaces de derrotar a las fuerzas enemigas, que no podían ser de otra forma, son los protagonistas de cada RPG. Un argumento bastante típico de crossover que crea alianzas entre personajes dispares que nunca antes se habían encontrado.

Tras un pequeño prólogo con el Guerrero de la Luz que sirve a modo de tutorial y explicar la historia, se nos abre la opción de jugar a cada una de las historias (una por Final Fantasy) en el orden deseado. Cada aventura posee una dificultad y control, pues la personalidad y forma física de Yitán lo hace más ágil que alguno de sus compañeros, más fuertes y lentos. Esta variedad hace que explotar todo el modo historia sea una experiencia diferente con cada uno de los personajes, además de explorar un poco más los traumas de cada héroe y su papel en esta nueva historia.

Dissidia: Final Fantasy es un juego de lucha basado en el uso de golpes y ataques especiales en combates uno contra uno y con un toque rolero que le da una identidad propia frente a cualquier otra propuesta presente en PSP. La alta personalización del personaje (armaduras, ítems, habilidades conseguidas al subir de nivel) se realiza desde un menú al más puro estilo RPG y en un tablero que posee enemigos u objetos útiles dispersos que podemos recoger. Seleccionar un rival supone ir al campo de batalla, en un escenario tridimensional con bastante libertad (más similar a la de un juego de acción que a un juego de lucha versus) en el que mediante la pulsación del botón triángulo podemos interactuar sobre algunos objetos y obstáculos del mapa para recorrer distancias a gran velocidad y esquivar ataques, además añadiendo un toque vistoso que pone a Dissidia cerca de la espectacularidad presente en Final Fantasy VII Advent Children, que claramente ha influido en el desarrollo del juego.

El objetivo final del combate es reducir a cero los puntos de vida (HP) del rival, pero no de una forma simple y machacabotones. Existen dos tipos de ataques, los que eliminan puntos HP (con el botón cuadrado y las variantes de direcciones) y los que eliminan puntos de bravura (Brave Points) realizados con círculo, que determinan el poder de ataque (a más BP, más daño) y también dan paso al Brave Break, estado producido por arrebatar todos los BP al enemigo, que se mostrará indefenso ante los ataques.

Además, contamos con una barra que es capaz de activar el Ex Mode, marcador que aumenta por el daño realizado, el recibido y algunos ítems. Entrar en este modo activa un estado de fuerza mayor y la posibilidad de desatar los EX Burst, que son los típicos ataques finales y poderosos que todo personaje posee (similares a los llamados límites, turbos o sublimaciones, dependiendo de la entrega de Final Fantasy). Por supuesto, los fans encontrarán guiños a esos momentos, entre los que destaca Omnilátigo de Cloud, Super Nova de Sephiroth o Compresión del Tiempo de Artemisa. Si unimos el uso de eventos de botón (los cada vez más típicos QTE) y los combates aéreos, tenemos un juego ágil, rápido y en el que no todo se decide por la pulsación de botones sin sentido, cuenta mucho la estrategia y el uso del escenario como aliado.

Tras los primeros combates iremos comprobando que la complejidad de los combates y la profundidad del juego obligará incluso a repetir algunas historias para conseguir el 100% del juego. Muchos ítems y desbloqueables, como los villanos del juego y dos carismáticos personajes (Shantotto de FF XI y Gabranth de FF XII) más el contenido recogido en el modo museo como perfiles, vídeos, músicas, modelos 3D, ilustraciones, e iconos para los combates) aseguran horas de juego hasta exprimir toda la aventura. No todo resulta positivo en Dissidia, y la simpleza de los enemigos no importantes (clones de personajes de diferentes colores) hace que echemos algo más de carisma a estos enfrentamientos genéricos. Las invocaciones, toda una marca de la casa, están presentes en el juego aunque en esta ocasión no con la importancia clave de los RPG; debemos equiparnos con una piedra de invocación y pulsar una combinación de botones en el momento indicado para disfrutar de su habilidad (mejora en atributos o ataque especial).

No podemos dejar pasar por alto la opción multijugador adhoc para dos jugadores y la de jugar en partidas rápidas contra los enemigos, el curioso modo de repetición con el que cuenta el título. Este último modo, que permite editar los combates (zoom, cámaras, etc…) consigue crear pequeñas secuencias de acción que podremos disfrutar una y otra vez.

A nivel gráfico Dissidia Final Fantasy no es ninguna revolución respecto al reciente Crisis Core, lo cual tampoco es malo. El modelado de los personajes, que además han sufrido un ligero rediseño por parte de Nomura para asemejarlos un poco a los bocetos originales de Amano es excelente y durante las secuencias con el motor del juego, o en el propio combate, podemos observar la minuciosidad de las ropas y pelos. Por el contrario, los campos de batalla son, independientemente de su buen diseño jugable, un poco pobres en detalle, aunque el uso de magias y movimientos especiales hace que rápidamente nos olvidemos de este segundo plano.

El objetivo principal en un juego de este tipo, la fluidez, la consigue sin problemas. Además, todo ello está rodeado de los exagerados movimientos propios del anime que convierten cada combate en un dinámico enfrentamiento gracias a las dos cámaras disponibles. El aspecto de los menús y las constantes referencias a ilustraciones de Yoshitaka Amano completan un juego que hará las delicias de los seguidores de la saga. Mención especial una vez más para el nivel de los vídeos CG en el que Square demuestra su maestría.

La banda sonora como no podía ser de otra forma es una estupenda colección de temas de la saga. Encontramos algunas piezas nuevas que encajan a la perfección y canciones en inglés, aunque las verdaderas protagonistas son las remezclas de las músicas originales, entre los que no podía faltar One Winged Angel. Las voces japonesas resultan apropiadas para los personajes, incluidos aquellos que hasta este momento habían permanecido completamente mudos.

Conclusiones

Aunque en alguna ocasión se ha podido confundir Dissidia Final Fantasy con un producto más aprovechando el tirón de la franquicia, Square Enix ha demostrado que se tomó en serio la labor de rescatar de la memoria a muchos de sus personajes (en especial a la querida Terra y el estrambótico Kefka) en un juego sobresaliente que sin duda será uno de los grandes de PSP para el año 2009, en espera de las otras dos superproducciones de la misma compañía en la portátil de Sony, Kingdom Hearts Birth by Sleep y Parasite Eve 3rd Birthday.

Apenas hemos destacado algunas virtudes de un juego profundo y repleto de posibilidades. Tanto seguidores de Final Fantasy como amantes de la lucha están de enhorabuena, pues Dissidia da un nuevo giro a los títulos de combate gracias a sus aspectos roleros y por supuesto, el carisma que derrochan todos sus personajes. Llegará al mercado occidental a mediados de año.