Lo hemos dicho muchas veces: los desarrolladores independientes le han dado una segunda vida al terror, un género maltratado por las grandes compañías durante la pasada generación. Frictional Games, eso sí, no sólo le dieron esta segunda vida, sino que prácticamente crearon un nuevo subgénero que se popularizó hasta límites insospechados; de hecho, el propio Hideo Kojima eligió esta fórmula para anunciar su tristemente cancelado Silent Hills a través del ya mítico P.T..
Hablamos, por supuesto, de Amnesia: The Dark Descent, el juego que popularizó el terror y la indefensión en primera persona. Hasta entonces, los juegos solían tener un componente de acción que nos permitía defendernos de nuestros rivales, pero éste nos dejaba totalmente desprovistos de armas, y la única manera de sobrevivir era pasar desapercibidos. Esto, unido a la paranoia de nuestro protagonista (que llegaba a cambiar incluso el escenario), hacía que el terror cobrase una nueva dimensión. Ahora, Frictional Games vuelve con SOMA para demostrarnos que su éxito no fue casualidad.
Un nuevo mundo de pesadillas
SOMA es un juego de terror en primera persona donde la exploración y la indefensión juegan un papel muy importante, siguiendo la línea que marcó el mencionado Amnesia: The Dark Descent. En SOMA nos ponemos en la piel de una persona que se ve sumergida en un mundo de pesadillas de manera repentina, y que tendrá que sobrevivir en un entorno más que hostil.
No vamos a entrar en detalles de la historia, pero sólo os diremos que Frictional Games ha evolucionado bastante en la narrativa, y que el argumento –que gira en torno a una zona de investigación submarina donde las máquinas parecen haber cobrado vida propia– se narra de una manera mucho más dinámica e interesante. Os queremos adelantar que tiene un inicio muy interesante, pero como decía un programa de televisión hace muchos años, "hasta aquí puedo leer".
A la hora de jugar, la mecánica conocida permanece intacta. Nos desplazamos a través de entornos interactuando con todo tipo de elementos, siendo algunos claves para progresar, otros con información adicional (relevante o anecdótica para la historia), y otros que tienen mero carácter decorativo. Estos últimos, dicho sea de paso, se pueden utilizar para distraer a los enemigos con el sonido.
Se une a nuestro inventario un objeto muy importante, el Omnitool, una herramienta que por el momento parece dar mucho juego. Es una especie de dispositivo que nos permite interactuar con otros dispositivos electrónicos, y para progresar necesitamos encontrar chips que lo mejoren y le den nuevas capacidades, así como unas mesas que nos permiten actualizarlo. Por ahora nos ha servido para abrir una puerta bloqueada, pero todo apunta a que más adelante será capaz de volverse más versátil.
En lo jugable, el otro aspecto que nos gustaría destacar es cómo SOMA en ningún momento nos dice qué hacer de manera explícita, más allá de algunos mensajes basiquísimos para explicarnos qué hace cada botón. Por lo demás, está en nuestra mano comprender las pistas en el escenario para saber qué hacer, investigar, explorar y, sobre todo, hacernos una buena imagen mental de los niveles, ya que no podremos llevar mapas con nosotros, aunque sí encontrar algunos repartidos por el entorno.
Ambientación opresora
SOMA transcurre en una ambientación que nos ha recordado tanto a Dead Space como a BioShock, si bien a nivel argumental su propuesta parece en un tanto única. Es una especie de laboratorio de aspecto espacial, aunque en realidad parece estar en una ubicación submarina. De hecho, uno de los enemigos que hemos podido ver nos ha recordado al conocido Big Daddy, a pesar de que no hemos querido verlo muy de cerca.
En cualquier caso, Frictional Games ha conseguido crear un ambiente totalmente opresor, donde cada rincón parece ocultar un peligro, y donde el juego de luces y sombras nos ofrece momentos de mucha, mucha tensión. Además, gráficamente luce bastante bien, y para ser una build en desarrollo, la versión que hemos probado (de PC) estaba bastante pulida y bien optimizada. Pero si en algo destaca SOMA es en su apartado sonoro.
Frictional Games consigue ponernos de los nervios con una gran facilidad, combinando ruidos, música y los latidos de nuestro corazón (virtual, claro). Pasa un buen rato hasta que vemos el primer enemigo, pero os aseguramos que SOMA consigue que estemos en constante tensión y que nos asustemos incluso si las criaturas no están presentes. En el aspecto sonoro la voz del protagonista es lo que quizás falla un poco, pero a la hora de la verdad –hacernos pasar miedo–, os aseguramos que no decepciona.
Los nuevos padres del terror
Frictional Games rediseñaron un género, y con SOMA vienen a demostrar que su éxito no fue casualidad. Lo que hemos podido jugar nos ha dejado con un excelente sabor de boca, y tendremos que ver si consiguen mantener un buen ritmo durante toda la aventura a la vez que se hace variada. Esta primera parte del juego nos lo ha hecho pasar mal, si bien no ha recreado el pavor que suponía encontrarte a la primera criatura en Amnesia: The Dark Descent, pero todavía nos queda mucho por ver; y por sufrir.
Todo apunta a que SOMA va a ser exactamente lo que estábamos esperando, y los que disfrutaron con los anteriores trabajos de Frictional Games van a encontrar aquí un título que no se pueden perder. Previsto para septiembre, si queréis terror, no le perdáis la pista.