Los que disfrutamos durante años de la moda de los juegos musicales, en cierto modo, no podemos evitar echarlos de menos. Sí, por una parte muchos pensarán: "sólo tienes que volver a ponerlos", pero también tenemos ganas de algo nuevo. Es como quedarse atascado en FIFA 12; gran parte va a ser lo mismo de siempre, pero también queremos las novedades de FIFA 16. Han pasado casi cinco años desde Rock Band 3, y creemos que estamos listos para su retorno. Durante este E3, finalmente, hemos podido poner nuestras manos en Rock Band 4.
Una fórmula intacta con sus novedades
Desde el primer momento, las sensaciones de Rock Band 4 son de puro Rock Band. Los menús, la interfaz, las secuencias de su jugabilidad...
Todo es conocido, pero no tardamos en darnos cuenta de que vamos a encontrarnos con novedades. Como todo lo demás sigue en su sitio, vamos a poner especial énfasis en aquellas adiciones que se suman a su sistema de juego tradicional.
Lo más interesante es el énfasis en la improvisación, que podemos disfrutar tanto cantando, como con la batería o con la guitarra. Como vocalistas, se nos dará libertad para improvisar algunas notas; como baterías, podremos llenar algunos segmentos con nuestras propias notas siguiendo el ritmo de la canción; y por último, como guitarristas, tenemos la posibilidad de hacer nuestros propios solos.
Los solos es una de las cosas que más nos han gustado. En lugar de las notas tradicionales, ahora tendremos diferentes patrones a seguir, los cuales representan diferentes maneras de tocarlas. Por una parte tenemos la posibilidad de tocar las notas que queramos, donde queramos, siempre y cuando mantengamos el ritmo que se nos indique en pantalla. Otra novedad es la posibilidad de sostener una nota, siendo necesario a veces mover el mástil mientras para poder sostenerla durante más tiempo.
Otras dos opciones son "libre", donde podemos tocar lo que nos dé la gana, y el tapping, donde tenemos que simular esta técnica en la parte inferior de mástil. Además, se nos indicará siempre que sea necesario si tenemos que tocar en la parte superior del mástil o en la inferior, con una línea azul por el lateral izquierdo del carril por el que bajan las notas para indicar lo primero, y una línea roja por el lateral derecho para indicar lo segundo.
Sabemos que puede parecer un auténtico caos –nosotros nos sentimos un poco saturados cuando nos lo explicaron– pero como todo, con unas cuantas partidas nos hacemos rápido a su funcionamiento; y es divertidísimo. Por una parte, somos unos nostálgicos y echamos de menos sus notas, pero por otra parte, estos solos son mucho más divertidos, ya que nos obligan a cambiar constantemente de ritmo, de zona del mástil, y "vivir" mucho más el momento. Durante el primer contacto con esta propuesta, el jugador experto que llevamos dentro nos pedía técnica y precisión para clavar el solo, pero cuando nos dimos cuenta de cómo nos flipábamos con los nuevos solos, ya no queríamos volver atrás.
Por último, no nos olvidamos del "Shows Mode", en el que para no romper el ritmo de las partidas, los miembros de la banda pueden votar qué es lo siguiente que quieren tocar seleccionando entre diferentes opciones disponibles. Por ejemplo, "quiero una canción de los 80", "quiero una canción heavy", "quiero una canción tranquila", etcétera. Es una idea acertada, que evita que tengamos que pasar por el menú para seguir jugando.
Los ‘nuevos’ instrumentos
A efectos prácticos, los instrumentos son los mismos (lo que garantiza compatibilidad con los de los anteriores Rock Band), pero se ha trabajado mucho en mejorar los materiales. Los botones de la guitarra ofrece mejor respuesta, se ha sustituido el sensor de movimiento por un acelerómetro, y el mecanismo de la palanca que imita el darle con la púa a las cuerdas se ha actualizado por uno mucho más duradero.
La batería, por su parte, nos ha encantado, con unos parches de goma que no sólo son más silenciosos, sino que imitan mejor el rebote de las baquetas. El pedal recupera la placa metálica que lo hace más duradero, y evita roturas que vimos con cierta frecuencia en la batería del Rock Band original. Eso sí, todo se mantiene en la línea de sus predecesores, sin cambios estéticos. En el futuro veremos también los platos y el doble pedal adicionales para convertirnos en "pros" la batería.
Continuista, con su toque de innovación, e increíblemente divertido
Jugar a Rock Band 4 en el E3 ha sido fácilmente una de las experiencias más divertidas de la feria. Poder tocar en un grupo con los desarrolladores del juego y los creadores de los periféricos fue divertidísimo, y las sensaciones que nos dejan los nuevos instrumentos (con mención especial para la batería) pusieron la guinda al pastel.
Rock Band 4 no quiere revolucionar, sólo divertir, y para ello introduce pequeñas innovaciones que hacen que la experiencia sea más fluida y que la música nunca pare. Los nuevos solos, que quizás son más simples sobre el papel, nos han parecido mucho más espectaculares y variados, además de mucho más fáciles de "vivir". Los toques de improvisación le sientan genial, y demuestran que Rock Band puede ser divertido incluso si no estás acertando teclas.
La prueba de fuego para demostrar lo que nos ha gustado Rock Band 4 es que la cita que teníamos para probar el juego se nos fue volando, y deseando tener más horas para poder seguir pasándonoslo en grande con estos instrumentos de plástico. Si tenéis un grupo de amigos deseando volver al escenario de vuestra habitación, este título debería estar ya en vuestra lista.