No vamos a negar que nuestro primer contacto con Ni No Kuni 2: El Renacer de un Reino el pasado mes de diciembre nos dejó un tanto fríos y con muchas dudas sobre hasta dónde sería capaz de llegar, pero tal y como ya os avisamos, apenas tuvimos media hora para probarlo a la carrera, por lo que era demasiado pronto como para empezar a juzgar y a valorar adecuadamente una obra tan grande como esta, pensada para disfrutar con calma y deleitándonos con cada detalle.
Por suerte, esta misma semana hemos podido jugar tres extensas horas a una versión casi final de lo nuevo de Level-5 y Bandai Namco, las cuales han cambiado por completo nuestra percepción inicial y nos han dejado con muchísimas ganas de que llegue el 23 de marzo para echarle el guante y poder disfrutar de la aventura completa de cabo a rabo.
Como podéis suponer por esto que acabamos de decir, lo que hemos jugado nos ha encantado. Se nota que se trata de un juego especial y hecho con un mimo y cuidado que raras veces se ven hoy en día. Uno de esos títulos donde te das cuenta que todos los implicados están haciendo algo que les gusta y que quieren que sea tan especial para los jugadores como está siendo su desarrollo para ellos mismos.
Es difícil explicar con palabras estas sensaciones, pero hay cierta "magia" en Ni No Kuni 2: El Renacer de un Reino que consigue que nos olvidemos de sus pocos defectos y de esos escasos detalles que quizá no terminan de cuajarnos del todo, ya que la experiencia general es muy satisfactoria y tiene un encanto difícil de igualar.
Un cuento muy prometedor
Entrando ya en materia y para quienes no sepan nada sobre este título, decir que estamos ante un juego de rol con una estructura muy clásica en el que tendremos que explorar un mundo enorme visitando ciudades, combatiendo monstruos, adentrándonos en peligrosas y laberínticas mazmorras, subiendo de nivel a nuestros héroes y trabando amistad con una gran cantidad de pintorescos personajes.
En lo que respecta a la historia, decir que esta vez encarnaremos al joven rey Evan, quien tendrá que emprender un gran viaje para recuperar su reino y, de paso, acabar salvando el mundo.
Para esta nueva toma de contacto, nos han permitido jugar los capítulos 3 y 4 de la historia principal, lo que nos ha servido para ver un poco de todo. En el primero de ellos llegamos a una peculiar y ostentosa ciudad cuyas leyes se basan por completo en la suerte y los juegos de azar, por lo que sus habitantes acaban resolviendo casi todos los conflictos y problemas tirando los dados, juicios y valor de los impuestos incluidos.
Como era de esperar, tras explorar un poco no tardamos en darnos cuenta de que había algo raro en el ambiente y que las cosas no están funcionando como deberían, por lo que toda nuestra andadura en este episodio consistió en investigar este misterio para devolver la ciudad a su normalidad habitual.
El desarrollo de esta trama nos ha gustado bastante, ya que aunque lo que nos cuentan es un tanto simple y previsible, el guion está muy bien escrito y tiene un ritmo muy bueno, invitándonos a avanzar para descubrir más cosas sobre la urbe, sus habitantes y lo que está sucediendo. Y todo ello sin olvidarse de añadir dosis de humor genialmente integradas y que para nada se sienten forzadas.
En lo que respecta al grupo de protagonistas, apenas hemos tenido tiempo de profundizar en ellos (en el punto que estábamos del juego ya se daba por hecho que los conocíamos), pero sí que hemos podido ver que tienen personalidades muy marcadas y diferenciadas que se complementan realmente bien, dando como resultado un equipo de héroes que funciona perfectamente y que consigue que nos interesemos por lo que les ocurre. No podemos decir mucho más, pero, desde luego, nosotros nos hemos quedado con ganas de seguir descubriendo más sobre ellos.
Moverse por la ciudad era un auténtico gustazo, no solo por su espectacular diseño artístico, sino por lo bien diseñada que está, repleta de callejuelas, tiendas, personajes con los que hablar y pequeños tesoros que encontrar, pudiendo visitar locales de todo tipo en los que obtener más información sobre la zona.
Un sistema de combate muy mejorado
A nivel jugable nos encontramos con una gran evolución respecto al título original, ya que esta vez se ha renovado por completo el sistema de combate, eliminando el sistema de Únimos para dar el salto a la acción en tiempo real. Básicamente, realizaremos combos con dos botones (ataque flojo y fuerte), podremos esquivar y bloquear, utilizar hasta cuatro técnicas diferentes por personaje (las que nos equipemos en nuestra paleta de técnicas y hechizos), cambiar de héroe activo con tan solo pulsar un botón, atacar a distancia con nuestra arma secundaria y pausar la acción para usar objetos.
Las batallas han recibido una importante mejora desde la última versión que probamos del juego y ahora son mucho más ágiles y divertidas. Fluyen de forma genial, resultan muy dinámicas y, aunque los personajes que nos dieron tenían quizá más nivel de la cuenta para la parte del juego que estábamos jugando, tienen una profundidad mayor de lo que podría parecer en un principio.
No solo nos vimos obligados a utilizar todos nuestros recursos en cada batalla, sino que en tres horas vimos una infinidad de tipos de enemigos diferentes, cada uno con sus propias mecánicas y peculiaridades a las que nos tuvimos que adaptar para evitar sus golpes y maximizar la eficacia de nuestras ofensivas, buscando sus puntos débiles y los momentos clave para atacar e impedir que contraatacaran.
Como hemos dicho, teníamos personajes que creemos que tenían mucho nivel para la zona en la que estábamos, por lo que todo nos pareció muy asequible y en ningún momento llegaron a peligrar las vidas de nuestros héroes (eso sí, machacando botones no vais a durar demasiado), aunque a la que decidimos explorar el mapamundi acabamos dando con algunos enemigos opcionales extremadamente poderosos que prometen ofrecer un gran reto cuando estemos preparados para encararlos.
Algo que también nos ha gustado mucho es la cantidad de posibilidades que el título ofrece a la hora de prepararnos para cada batalla. Por ejemplo, podemos equiparnos hasta con tres armas diferentes por personaje, pudiendo cambiar de una a otra con tan solo pulsar un botón durante los enfrentamientos. Esto nos permite tener equipo que sea efectivo contra diferentes tipos de criaturas, dándonos así más posibilidades de adaptarnos a los enfrentamientos.
Es más, con cada golpe normal que realicemos, iremos cargando un porcentaje del arma que estemos usando, el cual potenciará enormemente la primera técnica o hechizo que utilicemos al llegar al 100%, momento en el que volverá a bajar a 0, lo que otorga otra capa de profundidad a la hora de gestionar nuestros recursos, ya que realizando combos normales también recargaremos los puntos de energía necesarios para ejecutar habilidades.
Tampoco podemos olvidarnos de los fofis, unas criaturas que nos acompañarán y que de vez en cuando nos pedirán que nos acerquemos a ellas para que les demos la orden de realizar su habilidad especial, como colocar un círculo de curación a su alrededor, atacar al enemigo con un hechizo o potenciarnos. Estas son realmente útiles y, en algunos combates contra jefes, incluso imprescindibles para protegernos de ciertos movimientos especiales.
Por lo que hemos trasteado con los menús, parece que estos seres esconderán un buen número de opciones y de posibilidades diferentes a la hora de seleccionar a quiénes nos queremos llevar a la batalla, aunque esto es algo en lo que tendremos que profundizar con más calma cuando llegue la hora de realizar el análisis.
Otro detalle interesante lo tenemos en el Ecualizador, un apartado del menú donde podremos invertir los puntos de batalla que ganemos para modificar nuestras afinidades, para así potenciar algunas de nuestras características y parámetros contra ciertos tipos de criaturas y elementos con tan solo deslizar una barra hacia un lado u otro.
Se trata de un sistema que nos ha parecido tan original como bien pensado (por lo general, para ganar algo nos obliga a sacrificar otra cosa, por lo que no seremos poderosos contra todo) y que aporta un elemento táctico previo a los enfrentamientos que nos ha encantado y al que parece que le tendremos que sacar provecho a la hora de luchar contra los enemigos más poderosos.
Explorando un nuevo mundo
Otro de los aspectos más prometedores del título lo tenemos en la extensión de su mapeado y en el diseño de sus mazmorras y ciudades, haciendo de la exploración algo muy divertido que nos dará para muchas horas de juego. Como decimos, el mapamundi es enorme y a poco que te salgas del camino principal empiezas a encontrar todo tipo de tesoros y lugares que descubrir, por lo que realmente invita a buscar la forma de llegar a muchos de esos sitios que vemos en la lejanía para comprobar lo que allí nos espera.
Cuando estamos en este mapa, nuestros personajes se muestran con aspecto cabezón y los combates tienen unas rapidísimas transiciones cuando tocamos a un enemigo, cambiando al campo de batalla y dotando a nuestros héroes con su aspecto proporcionado habitual.
Sin embargo, esto cambia en las mazmorras, ya que en ellas siempre tendremos una apariencia proporcionada y no hay transiciones entre exploración y combates, haciendo que su desarrollo sea mucho más ágil, dinámico y natural. Es decir, si un enemigo nos ve o nosotros atacamos, aparecerá una pequeña barrera circular alrededor de la zona en la que estemos y hasta que no acabemos con todos los monstruos que haya dentro (o escapemos) no podremos seguir con nuestro camino.
El sistema funciona realmente bien y los enemigos están colocados de forma muy estratégica para que la cámara no dé problemas en los lugares donde nos enfrentemos a ellos y siempre responda de forma adecuada. De hecho, que esto sea así también favorece un poco la estrategia, ya que hay ciertas zonas con desniveles y obstáculos que podremos aprovechar en nuestro beneficio o que, por el contrario, nos pondrán las cosas todavía más difíciles.
Un detalle que nos ha gustado muchísimo es que parece que iremos ganando habilidades de exploración, lo que nos abrirá el camino a lugares y secretos a los que la primera vez no pudimos acceder, por lo que si esto se usa bien puede favorecer un interesante backtracking a lo largo de la aventura. Por ejemplo, al regresar a un bosque de la historia principal ganamos un hechizo que nos permitía hacer crecer el tamaño de ciertas setas para así usarlas como plataformas y llegar a nuevas zonas.
Por lo que hemos visto, las mazmorras tienen un diseño muy interesante e incluso vertical, con multitud de tesoros ocultos y caminos que tendremos que encontrar. También cabe destacar la existencia unas mazmorras especiales y opcionales cuyo diseño se genera aleatoriamente cada vez que entramos y que cuentan con una mecánica única que hace que la fuerza de los enemigos aumente con el paso del tiempo, obligándonos a buscar recursos para bajar su nivel y que no nos sobrepasen, algo que en los compases más avanzados podría llegar a ofrecer un reto muy apetecible.
Reconstruyendo un reino
Al llegar al capítulo 4 de la historia desbloquearemos una gran ciudad que tendremos que gestionar para ayudar a su desarrollo, algo que apunta a convertirse en una de las mecánicas más importantes de toda la aventura, ya que podremos crear todo tipo de edificios que nos aporten ventajas únicas, como una forja de armas y armaduras donde crear nuevo equipo y mejorarlo, restaurantes donde aprender nuevas recetas de comida, etcétera.
Todo esto en realidad funciona de forma muy simple, ya que los edificios que podemos crear están predeterminados por la zona en la que decidamos construir (es decir, no tendremos la posibilidad de diseñar la ciudad a nuestro gusto), por lo que todo consiste en escoger nuestras creaciones, las mejoras e investigaciones que queremos realizar y seleccionar a los ciudadanos que queramos que se encarguen de las tareas de cada edificio.
Cada personaje tiene sus propias fortalezas y debilidades, y muchas investigaciones nos requerirán llegar a un mínimo de puntos para poderlas iniciar (las cuales, por cierto, tienen lugar en tiempo real, obligándonos o bien a esperar o a acelerar el proceso con monedas), por lo que conviene que escojamos con cuidado las tareas que queremos asignarles a cada uno. Eso sí, si os equivocáis podréis cambiarles de oficio siempre que queráis.
Nuestro objetivo con todo esto no será otro que el de generar dinero para poder seguir expandiendo nuestros dominios y aumentar nuestra influencia para así atraer a más gente hacia nuestras tierras. Todo esto funciona bastante bien y nos anima a que volvamos de vez en cuando a nuestra ciudad para recoger todos los bienes que hayan generado nuestros súbditos para poner nuevas investigaciones y construcciones en marcha.
También cabe destacar que hay un buen número de posibles reclutas capaces de ofrecernos servicios únicos, aunque para que se vengan a vivir a nuestra ciudad primero tendremos que encontrarlos y probablemente resolver sus problemas, por lo que hay muchísimas misiones secundarias relacionadas con el desarrollo de nuestro nuevo reino.
Visto con algo de perspectiva, desarrollar nuestra ciudad es una gran misión relativamente opcional que podemos tomarnos tanto como un reto en el que centrarnos o simplemente como un descanso entre aventuras para así acceder a nuevos servicios y funciones que nos faciliten las cosas en nuestro periplo, por lo que se trata de algo muy bien implementado y que resulta coherente con el propio argumento del juego.
Belleza audiovisual
Al igual que su predecesor, si hay algo que llama la atención de esta secuela es su espectacular apartado gráfico y artístico, consiguiendo emular a la perfección la sensación de estar viendo una película del reputado Studio Ghibli, a pesar de que este ya no está implicado en el desarrollo del juego (aunque sí uno de sus antiguos empleados, encargado del diseño de personajes, algo que se nota muchísimo).
A nivel artístico es intachable, tanto a nivel de diseño de personajes y monstruos, como de escenarios, los cuales están recargadísimos de detalles y elementos que los dotan de vida y de una personalidad única. Los modelados y las animaciones también son una auténtica pasada, y los efectos están muy conseguidos y dotan de gran espectacularidad a las batallas, por lo que pocas pegas podemos ponerle a un apartado prácticamente perfecto y que cumple a la perfección con su cometido, regalándonos uno de los juegos más bonitos y bellos de los últimos años.
Por supuesto, la banda sonora tampoco se queda atrás con las nuevas composiciones de Joe Hisaishi (compositor del primer Ni No Kuni y de multitud de películas de Studio Ghibli), las cuales recuperan el espíritu de su predecesor, pero con un toque un poco más épico que se adapta como un guante a lo que vemos en pantalla. Por supuesto, también cuenta con alguna que otra remezcla de los temas más importantes del primer juego que son simplemente espectaculares.
El doblaje nos permitirá escoger entre el japonés y el inglés, y en nuestro caso preferimos, y por mucho, la primera opción. Como no podía ser de otro modo, los textos están genialmente traducidos al español, en un trabajo que nos ha parecido tan bueno como el que vimos en la primera parte, plagado de acentos, modismos y frases y expresiones muy nuestras.
Un nuevo viaje aguarda
Ni No Kuni 2: El Renacer de un Reino apunta a convertirse en uno de los juegos más memorables y bellos de este año. Por lo que hemos jugado ya, promete ofrecer grandes dosis de diversión y una experiencia enormemente disfrutable mientras nos sumerge en su mágico mundo. Tenemos muchas ganas de seguir aventurándonos en este prometedor cuento para descubrir hasta dónde es capaz de llegar su narrativa, si mantiene el ritmo con el paso de las horas, si las batallas no acaban por perder su frescura y si sus contenidos acaban por estar a la altura, aunque, de momento, podemos mostrarnos muy optimistas y confiar en que, como poco, será un juego con su propia personalidad y con alma.
Hemos realizado estas impresiones tras haber jugado a la versión de PS4 en un evento en Londres al que fuimos invitados por Bandai Namco.