Después de la espectacular presentación jugable de Call of Duty: Black Ops Cold War en Warzone y de conocer muchos más detalles de su multijugador en un evento especial, por fin hemos podido probar la versión alfa disponible en exclusiva para los usuarios de PS4 del 18 al 20 de septiembre. Este esperadísimo shooter saldrá a la venta el próximo 13 de noviembre en PS4, PS5, PC, Xbox One y Xbox Series X|S.
Gameplay comentado
La ambición del proyecto es muy grande pues, no solo incluirá su habitual multijugador, sino también una cinematográfica campaña ambientada en la Guerra Fría, un nuevo modo Zombis y por último el popular Warzone, una variante gratuita de la que todavía no conocemos ninguna información. Dos equipos han trabajado conjuntamente para crear todo este contenido: Treyacrh, creadores de la saga Black Ops, y Raven Software, estudio que habitualmente da soporte a títulos de Call of Duty pero que en esta ocasión ha asumido el papel de codesarrollador.
Desplegando al equipo Alpha
A nivel de contenido la alfa cuenta con dos estilos de juego y cinco mapas, lo que nos ha permitido hacernos una idea bastante detallada de lo que puede llegar a ser el multijugador, aunque como siempre que probamos un título en desarrollo hay que dejar muy claro que muchos apartados jugables pueden ser modificados, los defectos técnicos corregidos y el acabado visual mejorado.
La variante 6 vs 6 nos permite jugar en los clásicos: Dominio, Duelo por Equipos y Baja Confirmada. En total hay tres mapas disponibles: Satellite, Miami y Moscow. El primero de ellos es seguramente el más interesante, desplegándonos en un desierto en el que la profundidad de las dunas choca con las escarpadas y verticales zonas de rocas, favoreciendo tanto el combate cercano como las posiciones de francotirador. Un diseño con un flujo jugable divertido y un tamaño comedido.
Miami es un mapa más grande donde hemos notado que los enfrentamientos 6 vs 6 pierden algo de fuerza, ya que los entornos están más vacíos y el ritmo decae ligeramente respecto a lo que vimos en Modern Warfare. El último mapa es Moscow otra localización urbana con un tamaño parecido al de Miami y con sensaciones idénticas a nivel jugable, aunque su diseño ofrece más acción en espacios cerrados y menos zonas elevadas desde las que cubrir amplias zonas del mapa.
Es importante remarcar que los jugadores habituales de Call of Duty se sentirán como en casa desde el primer momento, encontrando un control exquisito del personaje y un arsenal tan completo y dinámico como suele ser habitual. Sin embargo, después de estas primeras partidas hemos notado que las sensaciones jugables han cambiado más de lo que esperábamos y, aunque seguramente muchos aspectos se pulirán o directamente se modificarán en la versión final, merece la pena repasarlos.
Entre los defectos más llamativos encontramos que algunas animaciones del personaje y las armas son algo más lentas y torpes, un factor determinante a la hora de apuntar, movernos o lanzar granadas. Esto provoca una inevitable reducción de la velocidad jugable y un cierto retardo que puede ser muy frustrante. Tampoco nos ha gustado la simplificación del francotirador, un arma que ahora es mucho más sencilla de utilizar al tener un apuntado más estable, mayor daño y un reflejo menos evidente, lo que ayuda a matar lejos del conflicto. Por último, los quick scope son menos consistentes y es mucho más complicado ser efectivo.
Entre las novedades jugables que más nos han gustado se encuentra la barra de salud sobre enemigos y aliados, un añadido que se adapta muy bien a las dinámicas jugables, y las rachas de bajas, que ahora no las obtendremos por llegar a un número de bajas sin morir, sino por la acumulación de puntos, un cambio muy acertado que premia a los jugadores que se preocupan por cumplir con los objetivos del modo y no solo por matar.
Combate a gran escala
Durante los últimos años la saga Call of Duty ha intentado encontrar la forma perfecta para ampliar la escala de sus enfrentamientos y acercarse un poco más a las sensaciones jugables que nos puede brindar un título como Battlefield V. En Modern Warfare lo intentaron con Guerra Terrestre (64 jugadores) pero no funcionó todo lo bien que se esperaba. Ahora con Black Ops Cold War recibimos el modo Armas Combinadas: Dominio, una variante 12 vs 12 en la que lucharemos por controlar múltiples puntos y donde podremos utilizar todo tipo de vehículos para movernos.
En la alfa hemos podido jugar en dos mapas: Crossroads y Armada, ambos con un tamaño mucho más grande de lo habitual para dar cabida a 24 jugadores. El primero de ellos nos lleva a una zona nevada en el que podemos utilizar motos de nieve y tanques para avanzar más rápidamente. En el segundo el combate se traslada al mar y nos enfrenta en dos enormes barcos militares, pudiendo usar motos de agua y lanchas para ir de un punto a otro.
Lo cierto es que la dinámica jugable está muy bien equilibrada, manteniendo en todo momento buenas dosis de acción y un uso comedido de los vehículos. La amplitud del mapa también favorece el combate lejano, aunque las zonas interiores siguen siendo determinantes para ganar la partida. Todavía debemos jugar más horas a este nuevo modo, pero en nuestra primera toma de contacto creemos que Call of Duty puede haber dado con la clave a la hora de crear su particular combate a gran escala.
Personalización de clases
El arsenal y la creación de clases es un punto clave en cualquier Call of Duty y Black Ops Cold War vuelve a ofrecernos multitud de posibilidades. Las armas se han adaptado al conflicto de la Guerra Fría y todas podrán ser personalizados con multitud de complementos y mejoras, un sistema de modificación que es casi idéntico al que vimos en Modern Warfare. Mira, bocacha, cañón, acople, cuerpo, culata, cargador y mango se podrán adaptar a nuestro estilo de juego, modificando con ello el comportamiento de las armas. Este completísimo editor ha optimizado las infografías, pudiendo ver de forma mucho más clara las mejoras aplicadas.
En las clases seguimos contando con una buena variedad de granadas Tácticas y Letales. La Mejora de Campo también está presente y necesita un tiempo de recarga, un complemento que ofrece nuevas opciones como, por ejemplo, Torreta Sam, que lanza misiles a las rachas y vehículos aéreos, o Micrófono de Campo, que resalta los sonidos enemigos en la zona desplegada.
También vuelven las Ventajas, pudiendo equipar habitualmente un máximo de tres, consiguiendo con ello, por ejemplo, detectar el equipamiento enemigo, reponer munición de los caídos o ser indetectables a los aviones. Un conjunto de ayudas que en principio no presenta muchos cambios respecto a Modern Warfare.
La novedad más llamativa son los Comodines, ayudas especiales que modifican por completo nuestra clase. Avaricia nos permite equipar tres ventajas adicionales, Tirador nos da tres espacios extras para los accesorios de las armas, Infractor permite equipar cualquier arma y ventaja en los espacios disponibles, y Peligro Cercano nos da un equipamiento táctico y letal adicional y empezamos con la munición al máximo.
La guerra está muy próxima
En términos generales la alfa de Call of Duty: Black Ops Cold War nos ha dejado muy buenas sensaciones. Lógicamente no podemos valorar defectos gráficos ni de rendimiento pues estamos ante una versión temprana del juego, sin embargo, nos han quedado algunas dudas sobre ciertos aspectos jugables que no sabemos si se mantendrán en la versión final y que han cambiado negativamente las sensaciones en el campo de batalla. No es nada preocupante, pues estamos ante una entrega continuista respecto al sobresaliente Modern Warfare y eso es toda una garantía. Tendremos que esperar hasta el próximo 13 de noviembre para despejar todas las dudas con el lanzamiento del título.
Hemos realizado estas impresiones descargando la versión alfa del juego en PlayStation 4 Pro.