El 2019 parece que está siendo el año de las grandes sorpresas en lo que al mundo del videojuego se refiere, con títulos a priori poco conocidos que están demostrando que pueden dar mucho que hablar en la industria y que quieren demostrar que no solo se pueden hacer buenos juegos con recursos de un triple A, sino que, la "gama media", también puede destacar y ofrecernos grandes experiencias.
Gameplay comentado
Asobo es un estudio que quizás no sea demasiado conocido, pero que, sin embargo, ha colaborado en el desarrollo de juegos tan populares como The Crew 2, Recore o Quantum Break. Ahora, después de años sin publicar un juego propio, este equipo de desarrollo francés quiere ofrecernos una nueva obra, A Plague Tale: Innocence, una aventura de sigilo con una gran carga narrativa que, tras probarlo durante unas horas, nos ha dejado con ganas de conocer qué nos deparará su historia.
La cruel época del medievo y la Peste Negra
A Plague Tale: Innocence nos traslada a la Francia del siglo XIV para ponernos en la piel de dos hermanos que tendrán que luchar para sobrevivir a algunos de los mayores terrores de la historia como la Inquisición, la Guerra de los 100 Años, la Peste Negra y unos enormes enjambres de ratas que estarán muy presentes en la partida y que añadirán un toque místico a lo que al principio podría parecer un juego de corte realista.
No queremos contaros demasiado de la historia ya que, como sabéis, nos gusta que os llevéis sorpresas cuando disfrutéis del juego, pero simplemente os diremos que la relación entre ambos hermanos ya ha demostrado ser muy especial y emotiva en las primeras horas.
Además, la trama tampoco dudará a la hora de representar la crudeza de la época, con momentos duros que podrán quebrar al jugador, contando con una carga narrativa tan cruel y despiadada como la Edad Media.
La luz y la oscuridad, nuestros enemigos y, a la vez, nuestros mejores aliados
Durante la partida hemos tomado el papel de Amicia De Rune, una joven que se ve obligada a cuidar de su hermano mientras huye de la Inquisición, la Peste y las espeluznantes ratas de las que os hemos hablado anteriormente (que están muy relacionadas con la Peste, claro).
Amicia ha sido criada en la comodidad de una villa y sus dotes de combate son muy limitadas a excepción de su honda, por lo que pronto aprenderemos que el sigilo será uno de los factores más importantes para ir avanzando en la aventura, usando diferentes mecánicas para escondernos de los soldados de la Inquisición y poder seguir vivos durante un nuevo día.
Para ello utilizaremos las sombras, las hierbas altas y otros elementos típicos de los juegos de sigilo como utilizar elementos del entorno para hacer ruidos o crear distracciones y poder escabullirnos de los soldados enemigos.
El principal problema es que, esa oscuridad que tan bien nos viene en contra de la Inquisición se convierte en nuestra mayor enemiga cuando comienzan a aparecer esos enormes enjambres con miles de ratas que podrán acabar con nuestra vida en apenas un chasquido de nuestros dedos.
Ante esta plaga solo hay una cosa que podrá protegernos, la luz del fuego, teniendo que buscar hogueras o llevar antorchas en la mano (cuidado, se consumen rápido) para espantar a las ratas y abrirnos camino hacia una zona más segura. En estas situaciones también podremos utilizar diferentes elementos del entorno para crear distracciones como, por ejemplo, arrojar una pieza de comida al suelo para que las ratas salgan disparadas hacia ella, momento en el cual podremos avanzar mientras estas espeluznantes criaturas se montan un festín.
La honda, nuestra mejor amiga
Como ya os dijimos, Amicia no es una gran guerrera, pero sin embargo sí que tiene grandes dotes con una honda que podrá utilizar tanto para interactuar con elementos del entorno como para el combate, pudiendo noquear a los guardias de la inquisición de un certero golpe en la cabeza… siempre que no lleven casco.
Otras utilidades de la honda las encontramos usándola de diversas formas para distraer a nuestros enemigos como, por ejemplo, arrojar una piedra contra un escudo para que haga ruido y llame la atención de los guardias o romper la cadena de una enorme lámpara, provocando que caiga al suelo y que su luminoso fuego asuste a las ratas.
La honda, de hecho, es tan importante que en nuestro periplo deberemos de recolectar diversos materiales para mejorarla, pudiendo hacerla más silenciosa, que golpee más fuerte o incrementando otras características para que sea más efectiva.
Además de la honda, con el tiempo también podremos aprender a crear pociones de "alquimia", aunque esta mecánica sólo pudimos probarla durante unos breves instantes de la fase final de la prueba, en la que aprendimos a crear una especie de cócteles molotov con azufre y alcohol que nos fueron de mucha utilidad en ese tramo concreto de la partida.
Un apartado técnico y artístico con mucho potencial
A nivel gráfico y artístico, nos ha sorprendido el gran desempeño de A Plague Tale: Innocence, con un apartado visual muy llamativo casi a la altura de de cualquier superproducción y un acabado artístico muy bueno, con paisajes bellos, construcciones imponentes y, a la vez, con el reflejo en todos los diseños de la crueldad de la época.
Uno de los aspectos técnicos que más han llamado la atención son el gran número de ratas que pueden llegar a aparecer en los escenarios, un número incontable que, a pesar de moverse a toda velocidad no afectan al rendimiento del juego.
Durante la partida también hemos visto algunas animaciones un tanto toscas y errores menores en los que creemos que no es momento de incidir ya que el juego no se lanza en PC, PS4 y Xbox One hasta mayo, por lo que Asobo tiene tiempo suficiente como para pulir el título a nivel técnico de cara a su puesta a la venta.
De nuevo, una grata sorpresa
Tal y como os contamos al principio del texto, parece que el 2019 es el año de las sorpresas, de los juegos que llegan sin comerlo ni beberlo y que logran conquistar al jugador, dejándonos con muy buen sabor de boca haciéndonos ver que no solo del triple A viven los jugadores.
A Plague Tale: Innocence es uno de esos juegos que se presentaron hace un par de años y a los que quizás no se le ha dado la atención que se merece, probablemente al estar alejado de los grandes focos y al no tener detrás a algunos de los estudios populares en los que siempre suelen recaer las miradas.
Por suerte, esta demo a la que hemos podido jugar ha colocado a A Plague Tale: Innocence donde se merece, en el puesto de un juego que, al menos para el que os escribe, pasa a convertirse en uno de los más esperados de lo que queda de la primera mitad del año.
Su apuesta no es revolucionaria aunque tiene algunas buenas ideas, mientras que su acabado artístico, su historia y la crudeza con la que trata algunos temas han hecho que el título llame poderosamente nuestra atención, teniendo ganas de hincar el diente a la versión final para comprobar si A Plague Tale: Innocence logra mantener las buenas sensaciones que nos ha dado en sus primeras horas.
Estaremos atentos el próximo mayo.
Hemos realizado estas impresiones en PC gracias a una demo que nos ha proporcionado Koch Media.