Muchas de las películas de James Cameron no sólo han sido éxitos en las taquillas, sino que han sido adaptados al videojuego con mayor o menor suerte, como en el caso de la saga Terminator. Por supuesto, Avatar no iba a ser menos y la película de animación de la que llevamos incontables meses aguantando bombardeo publicitario para un simple trailer (algo tan absurdo y patético como poner una cuenta atrás en una página web que, cuando termina, da paso a otra cuenta atrás) va a tener videojuego, en esta ocasión de mano de Ubisoft.
Muchos recordarán la época en la que toda película tenía su correspondiente plataformas con algo de acción, como sucede ahora con los juegos de acción. Avatar propone algo que ya hemos visto muchas veces: una combinación de aventura en tercera persona con muchos disparos que, por supuesto, se nutre del universo creado para la película, y promete ofrecer a los usuarios con los recursos necesarios una experiencia visual estereoscópica (básicamente un monitor con tecnología de 200Hz, conexión HDMI y la versión para sistemas de alta definición), lo que será todo un atractivo para los amantes de la tecnología punta.
Con esa propuesta, que no hemos podido probar para este artículo, Ubisoft propone una fuerte apuesta tecnológica que captará la atención de público que quizás no se sentía atraído en un primer momento por el videojuego, que sí pueden sentir interés en experimentar este tipo de visualización. Desde luego, es un atractivo más para un título que ha mostrado buenas maneras.
En nuestras sesiones de juego con Avatar nos hemos encontrado con un juego que, la verdad, comienza lento. Hay muchas cosas por hacer, un mundo muy especial por comprender, y todo se va presentando ante el jugador de manera progresiva y pausada con el extenso tutorial integrado en el desarrollo. No se tarda demasiado en empezar a moverse por el escenario, y luego manejar el mapa… y luego pasar a la acción, pero muchos de los pasos son quizás demasiado básicos y han entorpecido nuestros pasos, aunque irán bien para los jugadores poco habituales.
Superado ese trámite inicial, pronto nos encontramos con la acción, componente importantísimo del juego, tanto a pie como usando armamento pesado desde posiciones fijas, como usando vehículos para movernos a toda velocidad por los cuidados entornos del juego, todo ello siguiendo una historia que nos atrapará ofreciendo un guión complementario al de la película, pero propio, en el que el combate ocupa una posición privilegiada, teniendo que enfrentarnos a los peligrosos seres de un planeta con una naturaleza desbocada, cruel incluso, en el que cada paso puede ser el último.
Nosotros contamos con un buen arsenal de armas, como las clásicas pistolas, o el lanzallamas, pero también tanquetas futurísticas y otros elementos propios de un arsenal de impresión para buscar una espectacularidad que, la verdad, estará fuera de toda duda. De esta manera, el juego se sitúa muy en la línea de la película, con una dirección artística que resulta muy prometedora y un nivel técnico que muestra entornos llenos de vida.
Lo cierto es que nos hemos encontrado con un juego que luce muy bien en pantalla, pero que debe superar algunos problemas técnicos, como los tirones en la tasa de imágenes por segundo, que no es tan fluida como sería deseable en un juego de acción. No ha llegado a afectar a la jugabilidad, y no es algo que resulte muy acusado, pero lo cierto es que se hace patente en muchas ocasiones. Esperamos que este aspecto pueda ser perfilado antes de que el juego llegue a las tiendas.
Posiblemente se trate de una cuestión de optimización, pues los escenarios están muy recargados, en ocasiones suceden bastantes cosas en pantalla mientras hay efectos visuales ambientales, y todo ello en entornos de gran tamaño, pero, la verdad, tampoco es un GTA en su intención de abarcar enormes entornos no fragmentados, así que es de esperar que se equipare a otros juegos y la tasa de imágenes por segundo gane en fluidez.
Avatar resulta ser un juego de acción, como se habrá intuido ya, con un alcance mayor que buena parte de títulos del género, y sobre todo por encima de otras adaptaciones cinematográficas. El juego resulta profundo en su desarrollo, algo que se va viendo según se avanza en la historia, pues ésta en realidad resulta también profunda. Hay una cantidad bastante grande de misiones secundarias, y un sistema de evolución del personaje que, si bien no es complejo, sí resultará interesante; todo ello sin perder la perspectiva de que es un juego de acción, no uno de rol.
Esperamos, por tanto, que el juego ofrezca una cantidad de horas de juego mucho más cercana a las aventuras que a los títulos de acción, pero plantea la duda de si el ritmo del juego será apropiado o si tendrá muchos altibajos. Habiendo avanzado bastante en el desarrollo del título, no podemos achacarle grandes fallos en esto, pese a su lento comienzo, pero todavía es pronto para saber si se podrá afirmar lo mismo del total del juego, pues sí hay misiones en las que se vuelve sobre nuestros pasos, y las situaciones pueden repetirse en exceso. Una vez más, habrá que ver cómo han cerrado el conjunto los programadores.
En el lado bueno, suponemos que los jugadores que se cansen en ciertos momentos del juego disfruten de un modo interesante, estratégico, similar quizás al clásico juego de mesa Risk. Los puntos que acumulamos según jugamos en el modo normal del título sirven para ser gastados en este juego paralelo en el que hay que reclutar soldados, colocarlos por el mapa, y enviar a las tropas al territorio enemigo, para conquistarlo; además, no es algo totalmente independiente, pues progresar ahí implica obtener más puntos de experiencia, y recompensas adicionales, para el modo principal.
Otro punto de variedad viene dado por la dualidad del personaje: humano, y avatar, lo que implica diferentes estilos de juego. Los humanos usan armas, y es un juego de acción muy estandarizado, pero cuando estamos en el pellejo de un avatar, la cosa cambia mucho: pueden ser invisibles durante un tiempo limitado, sus armas son primitivas… y eso implica hacerlo todo de una forma diferente, pues sus palos y sus flechas no tienen ni punto de comparación con las metralletas y lanzallamas de los humanos.
Esperamos que las sensaciones transmitidas por el juego se confirmen en su totalidad, y que la versión final logre solventar los pequeños puntos negativos que a nivel técnico hemos experimentado, para que logre satisfacer no sólo a los futuros apasionados por la película de Cameron, sino también a quienes disfrutan de los buenos juegos.