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Fecha de lanzamiento:
PC:
XBOne:
Switch:
PS4:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Shiro Games
Producción: Shiro Games
Distribución: Steam
Precio: 29,99€
Jugadores: 1
Formato: Descarga
Textos: Inglés
Voces: No
Online: n
ANÁLISIS

Impresiones Northgard

La mitología nórdica llega en forma de juego de estrategia al Acceso anticipado de Steam, aunque de momento sólo se pueden jugar escaramuzas contra la IA.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Versiones PC, Switch, PS4, Xbox One. También disponible en Xbox One, Nintendo Switch y PlayStation 4.

Una de las principales intenciones de los estudios que trabajan en juegos de estrategia en tiempo real (RTS) es llegar a un público nuevo, para lo que buscan que la gestión esté simplificada o, al menos, sea fácil de comprender y aprender. Pero tampoco quieren decepcionar a los jugadores más expertos, por lo que al final no logran esa accesibilidad. Northgard parece estar más cerca de ese objetivo y lo consigue con una mitología que -como mínimo- suena a todo el mundo, a un aspecto amable y a la -aparentemente- facilidad en la gestión de recursos.

El juego acaba de llegar al acceso anticipado de Steam, de forma que está aún muy muy escaso de contenido. De momento, sólo puedes jugar escaramuzas contra la inteligencia artificial y más adelante llegarán la campaña y el multijugador. Pero aquí ya muestra sus principales bazas y se revela como un título con una jugabilidad de raíces clásicas a la que se añaden características que logran darle personalidad.

No existe pausa táctica, algo lógico en el multijugador, pero que resulta molesto cuando juegas contra la máquina, sobre todo si no estás demasiado familiarizado con el juego.

La ambientación ya se desmarca de otros RTS centrados en la fantasía o la historia. Northgard está protagonizado por vikingos, puedes forjar la espada de Odín y entre los enemigos que hay en el mapa encuentras draugr (los muertos vivientes en la cultura del norte de Europa) y valquirias corrompidas por los poderes de Helmheim, el reino de la muerte.

Un aspecto amable y unas normas sencillas de entender pero no tan fáciles de manejar

El aspecto de Northgard es amable y colorido, con un estilo de dibujo animado, lo que recuerda a grandes series como The Settlers y los primeros minutos se viene a la mente Age of Empires, aunque no queremos decir que esté a la altura de esos títulos, pero sí tiene una gestión de recursos parecida en lo fácil que es de entender: la unidad básica es el aldeano, que recoge alimentos mientras no le asignes otra función como ser minero, leñador o cazador.

Cuando construyes un edificio, le asignas un aldeano y se convierte en mano de obra especializada o en un guerrero, y puedes tener un jefe que actúe como líder de tus tropas. Además tienes que tener un curandero que vaya curando a tus unidades.

Hay pocos recursos básicos: comida, madera, dinero, piedra y hierro, con yacimientos específicos -y limitados- para los últimos dos, y para conseguirles sólo hay que asignarles aldeanos. Lo realmente interesante de Northgard está en saber el momento en que debes dedicarte a conseguir cada recurso y cómo emplearlo de la manera más rentable posible.

La época del año es decisiva para sobrevivir y conseguir la victoria

Aquí es donde entran en juego las estaciones del año. La vida en los parajes nórdicos no es nada fácil y hay que tener en cuenta las condiciones climáticas sobre todo para conseguir los alimentos necesarios que mantengan a tu clan con vida el duro invierno y caiga en picado la producción.

Al llegar el invierno no sólo debes tener comida; si te falta madera tus aldeanos morirán de frío y no verás el comienzo del siguiente año.

Así, en verano hay que dedicar a ello el mayor número posible de hombres, y tendrás que invertirlos en comprar nuevos terrenos con cuidado para no quedarte desabastecido en los meses de frío y ver cómo muere tu clan o esperar conteniendo la respiración a que pase lo más crudo del crudo invierno.

La gracia de la gestión en Northgard llega casi siempre de las limitaciones -o autolimitaciones- a las que te ves obligado muchas veces. Por poner un ejemplo: si los aldeanos no están contentos la población no crece, puedes potenciar su felicidad ofreciendo un festín (y, de paso, aumentar la productividad de tus ciudadanos ese mes) pero eso implica un alto gasto de alimentos y es arriesgado hacerlo demasiado cerca del invierno, pero puede ser una buena inversión hacerlo antes del verano y conseguir más reservas.

Para dar más vida al apartado de gestión hay algunas catástrofes como una plaga de ratas o un terremoto que pueden dar al traste con una temporada bien planificada, y hay que tener la cintura suficiente para saber cómo bandear estas adversidades ya sea haciendo acopio de un recurso o construyendo el edificio adecuado.

El terremoto avisa antes de llegar, y más valdrá que hayas aumentado las reservas de madera, porque las necesitarás para arreglar los edificios afectados.

La parte militar es muy sencilla, y funciona bastante bien un sistema de guerrillas entre el ejército capitaneado por un jefe y una defensa basada en torres. Al comienzo de la partida eliges el número de clanes controlados por la IA, a los que se añaden enemigos como lobos, osos o los ya mencionados draugr y valquirias.

De momento, hay tres facciones disponibles para elegir, cada una con distintas características

Al comienzo de la partida puedes elegir entre una de las tres facciones disponibles actualmente: el agresivo Clan del Lobo, el expansivo Clan del Ciervo o el austero Clan de la Cabra. Cada uno de ellos tiene un tipo de recursos iniciales y unas características o limitaciones y elegir uno u otro depende básicamente de la forma de jugar que tengas.

A los recursos destinados a la construcción y la expansión hay que añadir el lore, que consigues en puntos determinados del mapa, con el barco vikingo o explorando ruinas. Es el equivalente a la cultura o la ciencia en otros RTS y permite ir consiguiendo distintas mejoras para tu clan y conseguir poco a poco las cuatro bendiciones que te darán la victoria por sabiduría, una de las cuatro victorias disponibles, las otras tres son por dominación (eliminando a los enemigos), por fama (a través del territorio y construcciones especiales) y por comercio.

Visualmente el juego es alegre, amable y colorido, y el apartado sonoro destaca por la calidad de las canciones que van sonando cuando juegas. Algunas animaciones son muy divertidas, como la celebración de tu ejército cuando consigue derrotar a un grupo de enemigos.

Una producción discreta, pero con personalidad

El mercado de la estrategia en tiempo real no sólo se alimenta de superproducciones -que hay algunas muy buenas-; también hay hueco para producciones más discretas pero con personalidad como parece ser el caso, aunque Nortgard, de momento, apenas sea una pequeña parte de lo que puede ofrecer en el futuro.

Conseguir lore permite avanzar en comercio, producción o ejército; debes elegir una entre dos opciones. Algunas son únicas para cada clan.

Shiro Games es un estudio pequeño que lanzó aquella rareza de Evoland que repasaba la historia de los juegos de rol y tuvo una continuación de más calidad en Evoland 2: A Slight Case of Spacetime Continuum Disorder. Su siguiente proyecto, Until Dark iba a ser un juego de exploración cooperativa que fue cancelado, y ahora se adentra en la estrategia en tiempo real.

Esperaremos a ver cómo evoluciona Northgard con la mirada muy centrada en la campaña, que debería ser una puerta de entrada al género más suave de lo habitual, para ver si Shiro Games logra esta vez plasmar de la forma adecuada las apuestas más atractivas del título o si se queda a medio camino.

Estas impresiones se han escrito tras probar el juego en Acceso anticipado gracias a un código facilitado por Shiro Games.

Redactora