Análisis de Motocross Madness XBLA (Xbox 360)
Los aficionados a los juegos de motocross no estamos pasando por una buena racha en cuanto a lanzamientos últimamente. La desaparición de la saga Mx ATV como consecuencia de la caída de THQ, solo nos ha dejado alguna alternativa como el descargable Mad Riders, o el irregular MUD de Milestone, que a muchos nos defraudó, debido a la gran trayectoria en juegos de conducción de los italianos. Es cierto que tenemos la opción de hacer piruetas con Trials Evolution, pero seguro que nos entendéis al decir que no es lo mismo que una buena carrera.
Por todo ello recibimos hace unos meses con entusiasmo la noticia de que Microsoft pensaba volver a lanzar una nueva entrega de su saga Motocross Madness, una mini-saga compuesta únicamente por dos juegos lanzados en el año 1998 y en el 2000, y que curiosamente estaban desarrollados por Rainbow Studios, que posteriormente se hicieron cargo de los juegos de Mx vs ATV.
El nuevo Motocross Madness, que se lanza en exclusiva para Xbox Live Arcade, ya está con nosotros, y aunque saciará parcialmente nuestras ganas de carreras, ciertamente no pasará a la historia.
Avatar Famestar
Lo primero que notamos ya desde que conocimos de la existencia del juego es el protagonismo de nuestro avatar, ese muñequito personalizado que nos saluda cada día al iniciar sesión en Xbox Live, y que será el intrépido conductor de nuestra moto. De hecho, el juego pertenece al programa "Avatar Famestar", una especie de ranking de avatares, en el que conseguiremos puntos al completar diferentes desafíos en títulos como éste, Full House Poker, o Home Run Stars. Una idea graciosa pero que ha conseguido poco tirón debido a los pocos juegos en los que se implementa. El premio, como no podía ser de otra forma, son trajes, cascos, y demás accesorios para nuestro yo virtual, que sin embargo extrañamente, no estarán disponibles fuera del juego.
Pruebas y manejo
Volviendo a la pista, nos encontramos con un modo carrera que contiene pruebas de cuatro estilos muy diferenciados. Carreras son las habituales pruebas de todos contra todos en unos circuitos muy amplios y llenos de obstáculos en los que podemos recoger también monedas y otros premios, mientras que rivales son pruebas contra tres cronos preestablecidos que tenemos que superar. En exploración tenemos que recorrer libremente una zona bastante extensa de terreno, y repleta de obstáculos en busca de monedas, y cráneos, mientras que en acrobacias lo que se puntúa es la calidad y el número de piruetas que podemos hacer en un tiempo determinado.
El funcionamiento del modo es similar a lo visto en otros tantos juegos, y consiste en ir acumulando puntos de experiencia y créditos para así desbloquear nuevos eventos, y nuevos artículos. Todos los eventos discurren en únicamente tres zonas muy diferenciadas entre sí. Egipto, y sus pistas desérticas, Australia, con sus frondosos bosques, e Islandia, donde obviamente el hielo cubre casi todo el asfalto y la montaña. En cada zona encontramos tres circuitos de carreras, y varias zonas de exploración y piruetas, por lo que realmente el número total de circuitos es de nueve, un número que puede resultar bastante escaso pasadas unas horas de juego.
El manejo de la moto es, como obviamente se esperaba, totalmente arcade y muy sencillo, aunque como observaremos sobre todo en las pruebas de exploración, no muy preciso. Es en esas pruebas, donde tenemos que pasar por estrechos pasillos, o saltar por angostas rampas, donde comprobaremos que la moto no siempre nos hace todo el caso que debiera haciéndonos repetir varias veces cada intentona.
Impulso y atajos
Para conseguir avanzar enseguida tendremos que familiarizarnos con el derrape rápido que se activa pulsando un botón, y con las acrobacias, que nos darán puntos de experiencia y además recargarán el habitual turbo, llamado esta vez, impulso. Estas acrobacias al principio serán muy sencillas pulsando solo un botón del mando, más el stick izquierdo cuando estamos en el aire, pero irán complicándose según avancemos de nivel, pudiendo usar dos de los botones de la parte derecha del mando, y posteriormente los botones traseros, para hacer piruetas cada vez más complicadas y espectaculares.
El uso del turbo es también indispensable para conseguir buenos resultados. Consiste en una barrita que se va llenando según vayamos haciendo piruetas y que podemos lanzar en cualquier momento, o esperar a que se complete del todo para que entonces se convierta en un súper-turbo que hará que nuestras ruedas echen fuego, durando más tiempo.
Por último, también tendremos que estar muy atentos a otro factor que aunque en otros juegos es importante, en éste es totalmente básico, los atajos. Nuestro objetivo en las primeras vueltas a un nuevo circuito es localizar bien los atajos, ya que éstos en algunos casos son enormes, y pueden llegar a decidir una carrera si no los utilizas.
Motos y circuitos
El garaje lo componen seis motos diferentes, aunque de principio solo podemos escoger una, de aire retro, costándonos bastante avance en el juego desbloquear los otros modelos, que son bastante más bonitos, de rally raid, y de cross. Todas las motos parten de la misma clase de rendimiento, y seremos nosotros los que con nuestros créditos obtenidos, consigamos mejorarla comprando nuevas piezas para el motor, el cambio, los neumáticos o los amortiguadores, pudiendo hacer de nuestra moto retro, una auténtica bala.
Los circuitos de carreras, que como hemos comentado, son apenas nueve en total, constituyen uno de los aspectos más flojos. En general, son bastante sencillos y guiados, con múltiples rutas y atajos, como ya hemos comentado, pero lo peor es que existen ciertas zonas que se han pretendido hacer abiertas, y lo que al final se ha conseguido es que sean caóticas, en los que a veces no sabremos por dónde ir, en cuanto nos salimos de la zona acotada. Como en el caso de los atajos, este defecto se soluciona en cuanto conseguimos aprendérnoslos. También es bastante desesperante encontrarnos con algunas rampas a las que no podemos acceder de ninguna manera, y otras, que al saltarlas nos envían directamente al mar, contra una montaña, o encima de una grada repleta de espectadores en unos, creemos, claros defectos de diseño y de pruebas.
Bike Club y multijugador
El juego también dispone de un modo multijugador limitado exclusivamente a carreras, y en las que pueden participar hasta ocho jugadores. El modo no ofrece muchos alicientes, y en general, aunque es fácil encontrar partida, estas no suelen estar llenas, indicando que no hay muchos jugadores.
Para paliar esta ausencia de jugadores, sí tenemos algún amigo con el juego podemos invitarle a nuestro "Bike Club", una especie de red social, similar al "autolog" que hemos visto en los juegos de Need For Speed, que nos facilita el poder picarnos con los records de nuestros amigos, o cooperar con ellos para superar desafíos, y obtener así más puntos de experiencia. No es tan completo, ni tan bien organizado como el mencionado "autolog", pero cumple perfectamente su función, sí conseguimos que algún amigo se una con nosotros.
Si aun así, lo único que queremos es echar una carrera con un amigo en nuestra consola también tenemos disponible el habitual modo de partida dividida, un método ideal para conocer los circuitos, teniendo en cuenta que no estaremos solos, sino que compartiremos la pista con otros jugadores manejados por la consola.
Aspecto técnico
Éste aspecto ofrece una de cal y una de arena, para quedarse en conjunto como simplemente mediocre. En el lado positivo están, como no, todos los movimientos, animaciones, gestos, e incluso, bailes que protagoniza nuestro avatar en todo momento. Es realmente divertido observar sus gestos de provocación y celebración cuando gana una carrera, o ver como tira la moto, y se pone a saltar encima de ella cuando pierde.
En el aspecto negativo nos encontramos con pequeños pero evidentes fallos en los circuitos. Poco detalle en general, efectos de popping con texturas del suelo o de escenarios que no aparecen o lo hacen en el último momento, o un diseño demasiado caótico de en determinadas zonas de algunos circuitos hacen que el juego sea, a veces, toda una aventura. Pese a todo, hay que reconocer que estos fallos, aunque molestan y sorprenden a estas alturas de la generación, no impiden disfrutar de un juego sencillo y divertido.
Como suele ser habitual está totalmente traducido al castellano, mientras que las pocas voces que oiremos están en versión original.
Conclusión
Pese a que quizás nuestras expectativas fueran un poco altas por el buen recuerdo que teníamos de los juegos de los año 90, y por las ganas de tener, de nuevo, un buen juego de motocross, y por ello nos sintamos algo defraudados, hay que ser honestos y reconocer que Motocross Madness es simplemente lo que anuncia, un sencillo arcade de carreras. No es perfecto, ni largo, ni tampoco espectacular, pero sí os podemos asegurar que es lo suficientemente divertido y entretenido como para que probemos la pericia de nuestro avatar sobre una potente motocross.