Análisis de Crazy Machines Elements XBLA (Xbox 360)
¿Qué podemos hacer con una humeante tetera, una pelota de tenis, y una canasta de baloncesto? Probablemente podáis pensar que nada de provecho, y realmente así será, pero por si acaso os interesa el resultado de esta mezcla, y otras parecidas, os recomendamos darle una oportunidad a Crazy Machines Elements.
Si superáis la treintena os acordareis de MacGyver, el protagonista de una serie de los 80 que era capaz de construirse una metralleta con una barra de pegamento, y unas cerillas, y acabar así con montones de enemigos.
Pues de él ha sido de quien primero nos hemos acordado al jugar a Crazy Machines. Aunque el objetivo de este juego es totalmente pacífico, no hemos podido evitar ese ataque de nostalgia ochentera.
De lo que sí estamos seguros es que todos conoceréis al chiflado profesor Flipi de El Hormiguero, y sus locos experimentos con las reacciones en cadena. Pues bien, eso sí que es exactamente lo que haremos en Crazy Machines Elements. Disponemos de ciertos variopintos elementos con los que intentar cumplir un objetivo, pacífico, volvemos a repetir, olvidar lo de la metralleta.
Tampoco penséis que este juego está basado en el Hormiguero. FAKT Software, el estudio alemán que lo ha desarrollado, creó la primera versión de este juego para PC hace ya más de una década, y desde entonces, no han dejado de adaptar y mejorar la idea con nuevas versiones. Durante estos años el juego ha llegado prácticamente a todos los entornos posibles aparte del PC como la Wii de Nintendo, o los iPhone e iPad de Apple, donde ha obtenido excelentes resultados al aprovechar de forma sensacional sus posibilidades táctiles. Mientras, los usuarios de Xbox y PlayStation hemos tenido que esperar a este 2011 para poder probarlo, gracias a sus sistemas de descarga.
El juego consta de tres partes claramente diferenciadas, puzles, retos, y editor. La opción Puzzles nos da acceso a más de 100 desafíos distintos ordenados, según la dificultad y los elementos que utilizamos en ellos. Los primeros niveles son sencillos y sirven para que le cojamos el truco al juego, poco a poco. Tenemos un escenario donde están colocados ciertos objetos, que pueden estar moviéndose o quietos, y que no podemos tocar, y un inventario donde encontraremos las piezas que tenemos que colocar para cumplir un objetivo que se nos marca. Cada nivel es un mundo, por lo que intentar explicaros cómo funciona es sencillo y complicado a la vez.
Encendiendo la máquina
Lo más recomendable nada más empezar es "encender" la máquina, ya que esto lo podremos hacer tantas veces como queramos, para ver que hace por sí sola y que tenemos que hacer nosotros para conseguir el objetivo. En muchos de ellos, habrá algo que "empiece la acción" como una pelota que cae, o algo que se mueve, que sin duda nos dará muchas pistas de cómo seguirlo.
La lluvia es fría y húmeda
Esa frase es una de las pistas que aparecen mientras se van cargando los niveles, y simplemente os la ponemos para que os hagáis una idea de la cantidad y el tipo de objetos y posibilidades que vamos a encontrar en los niveles del juego. Lluvia, viento, calor, hielo, fuerza de la gravedad, ovnis, rayos láser, cañones clonadores, o pequeños todo terrenos son solo algunos de los efectos u objetos que tendremos que controlar en algunos de los niveles.
Aparte de estos efectos, en el inventario podemos encontrar prácticamente todo tipo de objetos que podáis imaginar, pelotas de tenis, cuerdas, engranajes, fuego, carritos, deslizadores, y así hasta cualquier cosa que se nos ocurra. El objetivo es ir colocando cada objeto, en orden, de forma que se produzca alguna reacción que antes no ocurría, y nos permita ir avanzando el objetivo que puede ser de los más variado. Encender fuegos artificiales, romper una jarrón, llevar a un ratón a su madriguera, o simplemente meter algo en el carrito de la compra. Cada nivel es una complicada sucesión de efectos físicos, plataformas, engranajes, que tenemos que descifrar y ejecutar en el orden correcto.
El objetivo secundario de cada nivel es recoger todas las tuercas de oro que encontraremos en el escenario, lo cual muchas veces simplemente ocurre al acabar el nivel. La mayoría de los niveles tiene una única solución totalmente predefinida, que, además, requiere usar todos los objetos disponibles, por lo que prácticamente nuestro objetivo se resume en averiguar donde se coloca cada objeto, anulando en parte nuestra capacidad de imaginación. El método de ensayo y error es en la mayoría de los casos uno de nuestros más preciados aliados.
Difícil, y poco intuitivo, la mayoría de las veces
La dificultad del juego es muy variable, y muchas veces pasaremos de niveles prácticamente obvios, a otros realmente complicados de imaginar, y lo peor es que no tendremos ninguna ayuda, ningún tutorial sobre los nuevos objetos, ninguna pista, por lo que puede llegar a ser un poco desesperante, e incluso quedarnos atascados unas cuantas horas. Las primeras decenas de niveles son bastante asequibles, para ir luego aumentando la dificultad de forma muy considerable.
En casi todos los niveles encontraremos nuevas piezas, objetos y efectos, que aparecerán ahí sin aviso. Sobre ellos sólo tendremos una breve descripción, y una lista de objetos con los que se combinan. Aunque al ir al colocar el ese nuevo objeto, o efecto, éste toma un color rojo, o verde, dependiendo de sí está permitido o no colocarlo donde lo estamos situando, esta ayuda muchas veces no es suficientemente fiable, para intuir su funcionamiento.
Por todo ello, solo me queda recomendar Crazy Machines Elements a los jugadores más pacientes, que busquen un reto original y divertido, pero bastante complicado.
Retos y Editor
La otra opción de juego es el modo Reto, aunque este sólo se desbloqueara cuando hayamos superado los 50 primeros niveles del modo Puzzle, algo realmente complicado. Este modo es todavía más complicado, ya que seremos nosotros los que a partir de un saldo asignado, compremos los objetos que pensamos vamos a necesitar para resolver el puzle. Un modo mucho más complicado, pero a su vez, más divertido, y original, que sin duda, debería estar disponible desde un inicio.
En el modo Editor, podremos crear nuestros propios niveles con las piezas que hayamos desbloqueado en el modo principal. Un modo interesante para los aficionados al diseño y a la construcción, pero que pierde todo su sentido, al no haber ninguna forma de compartir nuestras creaciones con el resto de los jugadores.
Gráficos sencillos pero efectivos
En este tipo de juegos el aspecto técnico pasa casi siempre a un segundo plano, y esto es lo que ocurre en Crazy Machines. Los gráficos son muy sencillos y coloridos, no consiguiendo destacar prácticamente en ningún momento, al igual que el aspecto sonoro que pasa totalmente desapercibido. Afortunadamente, todo el juego está perfectamente traducido al castellano, aunque realmente los textos son muy escasos.
Conclusión
Crazy Machines Elements es uno de esos juegos que a la mayoría de los jugadores les puede dejar una sensación agridulce. Hay que reconocer que la idea es muy original, por lo menos en PlayStation 3 y Xbox no nos suena nada parecido, y sus posibilidades casi infinitas, pero su conversión a estas consolas ha quedado bastante floja. Como todo buen juego de puzles es difícil y variado, pero la ausencia de ayudas o pistas en determinadas ocasiones, además de ser poco intuitivo, puede hacer que nos atasquemos con facilidad.