Análisis de The Cursed Crusade (PC, PS3, Xbox 360)
La época medieval es sin duda una de las fases históricas que más atención nos reclama hoy en día, y de hecho son multitud de películas, series de televisión, y videojuegos los que nos proponen regresar a esos apasionantes momentos en los que cambió la historia. Y seguro que si entre todos los acontecimientos que ocurrieron en esa época, tenemos que destacar algunos, casi todos coincidiríamos en recordar las cruzadas, ese oscuro lunar dentro de la historia del cristianismo, y cómo no, a los templarios, los misteriosos caballeros de la cruz, herederos de auténticas leyendas.
The Cursed Crusade, o la cruzada maldita, que sería el título traducido al castellano, nos vuelve a llevar a esa cruel época, exactamente a finales del año 1199, ocho años después de la tercera cruzada, mientras se está preparando la cuarta.
Asumimos el control de Denz de Bayle, el joven hijo de un templario que no regresó de la tercera cruzada en Jerusalén, por lo que Denz ve en el inicio de esta cuarta cruzada, la oportunidad para intentar localizar a su padre.
Alistarse para la guerra santa, que esta vez se desarrollará en Constantinopla, no será fácil, y el joven Denz tendrá que primero hacerse un nombre entre los caballeros de la zona, con la casualidad de que en una de sus primeras peripecias, se ve envuelto en una refriega callejera en la que salvará la vida a un ladronzuelo español llamado Ernesto Noviembre. En agradecimiento, Ernesto, se ofrece a Denz como acompañante y fiel escudero, por lo que pasa a ser parte de la aventura.
Juntos tendrán que participar en un torneo de caballeros, asaltar un castillo, o atacar a una isla rebelde en busca de fondos, ya como templarios, por lo que la variedad de misiones y situaciones está aparentemente asegurada. Será también al principio de la aventura cuando descubramos que nuestros intrépidos aventureros están sometidos a la maldición de los templarios, un mundo paralelo parecido al infierno, y en el que estamos perseguidos ni más ni menos que por la muerte. Un mundo de pesadilla, que podremos invocar en cualquier momento, y en el que somos todavía más poderosos pudiendo destruir puertas y muros casi sin problemas, y en el que descubriremos muchas sorpresas.
Una película medieval
Un argumento, a priori, interesante, bajo una forma de juego muy cinematográfica, es lo que nos ofrece esta aventura desarrollada por Kylotonn Entertainment, un estudio francés que aunque tiene casi 10 años de experiencia, no tiene ningún juego de referencia que os podamos nombrar, pese a que tienen en su historial títulos de casi todos los estilos, shooters, juegos de caza, o de entrenamiento virtual.
Lo primero que nos va a llamar la atención en este juego es la cantidad de secuencias cinemáticas que nos muestran continuamente el desarrollo de la aventura, contándonos el argumento, y que a veces nos hacen sentir como si estuviéramos viendo una película. El argumento puede gustar más o menos pero está al nivel de otros juegos de este estilo medieval-fantástico, repitiendo muchos de los clichés típicos de esa época, por lo que conseguirá enganchar a los aficionados al género. Las continuas secuencias están realizadas con el propio motor del juego, y de hecho nos mostrarán por ejemplo, las armas que llevemos en ese momento, son en general bastante correctas, aunque también hay que reconocer que se ven pequeños defectos de forma esporádica como personajes con la boca cerrada mientras que se oye el sonido de las voces.
Tanto al comienzo de la misión, como al final, y en muchas de ellas durante la misma, la acción se interrumpirá para darnos más detalles de los múltiples personajes y situaciones que se irán viviendo a lo largo de la aventura. Afortunadamente, se pueden omitir, hecho únicamente recomendado cuando tengamos que reiniciar la misión.
Por fin, la acción
El lado jugable se limita a pequeñas zonas en las que el juego se transforma en un típico hack'n slash, ya que lo único que tenemos que hacer básicamente es eliminar a todos los enemigos que veamos hasta llegar a una puerta u objeto que de arranque a la siguiente secuencia.
Así contado puede sonar interesante, una mezcla entre aventura, y machaca-botones, bajo un argumento que, aunque relativamente típico, si nos depara alguna sorpresa, y pocas pero jugosas novedades como esa relatada maldición. La realidad nos demuestra que aunque esta mezcla hubiera podido ser muy interesante, tristemente se queda simplemente aceptable. Veamos el porqué.
La peor parte, sin duda, se las llevan las fases jugables. Para que un juego de este estilo machaca-botones destaque necesita velocidad en los combates, y diversión, aspectos que no logra "The Cursed Crusade". La ejecución de los movimientos de nuestros personajes son, en general, lentos de reacción, y torpes en la ejecución, al igual que los de nuestros enemigos, además de poco precisos. Esto, que al principio no resulta demasiado molesto, complica mucho los combates según vamos avanzando en la aventura, y encontrando cada vez más guardias enfrente. Los combates se vuelven tremendamente repetitivos ya que prácticamente no existe ningún tipo de estrategia que interesa aplicar. El único aspecto que nos hace salir de la continua monotonía son, los relativamente frecuentes, momentos QTE (quick time events) que nos exigirán pulsar una combinación de teclas, que aparece en pantalla, y que valdrán tanto para desarmar a un enemigo, como para ejecutar un golpe final, o utilizar determinados objetos. Estos momentos tampoco son muy precisos, y la mayoría no tienen una justa calibración a la hora mostrar los botones, ya que unas veces la combinación se muestra demasiado lenta, y en otras, demasiado rápida.
Las misiones que en un principio, cuando se nos plantean los objetivos, nos parecerán variadas con diversos objetivos, realmente son totalmente repetitivas, favoreciendo muy poco la jugabilidad. En algunas de ellas pasaremos a controlar a cañones o ballestas, aunque el método de control sigue sin ser preciso, llegando muchas veces a desesperarnos hasta conseguir, primero averiguar el objetivo, y luego conseguir alcanzarlo.
Armas y personalización
Los escenarios están completamente diseñados para que hagamos el camino preestablecido al centímetro, y poco más, notándose, además, unos fallos de diseño muy notables. Existen multitud de puertas abiertas, y caminos, por donde no podremos pasar, a pesar de que veamos que no hay nada delante que nos lo impida. Los únicos objetos con los que podremos interactuar son los estrictamente imprescindibles para el desarrollo de la aventura. El aspecto general es bastante pobre y todo parece un mero adorno para las cruentas batallas que veremos en el mismo.
Uno de los aspectos que no podía faltar en este estilo de juegos es la personalización de nuestro personaje, pudiendo en este caso mejorar aspectos como la fuerza, la armadura, o la resistencia del mismo gracias a los puntos de victoria que obtengamos durante las misiones. Respecto a las armas, tenemos los modelos habituales como espadas, escudos, o mazas, con la peculiaridad de que podemos combinarlas de dos en dos. Dos espadas, espada y maza, o escudo y maza, son algunas de estas combinaciones que veremos en la zona de mejoras pudiendo, además, desbloquear cerca de diez combinaciones de botones distintas para cada par de armas con las que realizar espectaculares ataques. La realidad es que pocas veces nos acordaremos de esas combinaciones, ya que tampoco son necesarias para eliminar a los distintos enemigos.
Nuestras armas se irán debilitando en los combates, y cada cierto tiempo se romperán dejándonos prácticamente en cueros delante de los enemigos. Aun así tendremos que acabar con los guardias que estén en el combate como podamos antes que poder ir a por otras armas. Por ello será básico comprobar el estado de las mismas gracias al habitual inventario, que en este caso y siguiendo la tónica general del juego no resulta muy intuitivo. El juego presenta un alto nivel de gore, con ejecuciones espectaculares, algunas de las cuales necesitan incluso de la colaboración de los dos protagonistas, aunque afortunadamente para los más sensibles no consiguen sobrecogernos por lo mal y poco creíble que es la sangre.
Cooperativo
La aventura consta de cinco capítulos con contienen cerca de 40 misiones y la duración vendrá determinada de la dificultad que hayamos escogido entre cruzado, caballero, templario o pesadilla. Para un nivel de habilidad y dificultad normal, la duración es la habitual en estos tiempos, 7-8 horas, solo que en este caso nos parecerá menos debido a la gran cantidad de secuencias que veremos durante el transcurso.
Una de las opciones más interesantes y básicas, ya en estos días, es la posibilidad de jugar la campaña en modo cooperativo que en este caso puede ser local u online. La opción online es mejor no tenerla demasiado en cuenta, ya que a no ser que consigamos algún amigo que tenga el juego, es imposible encontrar compañero en la red. La cosa mejora mucho si jugamos con un amigo de forma local en la misma consola controlando cada uno a un personaje, pudiendo, además, escoger entre sí queremos la pantalla partida de forma horizontal, o vertical. Para esta modalidad podremos seleccionar entre cualquiera de las fases ya pasadas, o continuar la campaña, guardándose el avance para la campaña en solitario.
Gráficos y sonidos medievales
Técnicamente, "La cruzada maldita" nos deja el mismo sabor agridulce que hemos ido intentando reflejar durante todo el análisis. Gráficamente, y pese a no llegar al nivel de los mejores de la clase, en este género hay que reconocer que tenemos a todo un "empollón" como es Assassin's Creed, presenta un aspecto correcto, que solo se ve empeñado por los problemas en el control, y el poco detalle que se ha puesto en el diseño, en general. Las secuencias cinemáticas están en general bastante bien, pero la cosa cambia cuando entramos en el juego en sí y nos encontramos con decorados a medias, pueblos desiertos, pasillos inaccesibles, y zonas bloqueadas por doquier.
El aspecto sonoro se compone de un par de temas de fondo de estilo épico, que están bastante bien, pero que enseguida resultan bastantes repetitivos, por la poca variedad. Las voces durante las numerosas secuencias animadas que veremos están en inglés, destacando el extraño tono de voz que le han dado al "español", pero están subtituladas al castellano, al igual que todos los menús.
Conclusión
The Cursed Crusade ha perdido una buena oportunidad para ser una de las posibles sorpresas de este fin de año, y todo, pese a que tiene buenas e interesantes ideas dentro de su concepción, mitad película, mitad juego. El argumento es bastante típico, pero tiene suficientes novedades para picarnos en la curiosidad sobre todo por esa extraña maldición que pesa sobre nuestras cabezas, y sobre la que no os he dado demasiadas pistas para no estropear las sorpresas. Un conjunto que podría ser bastante aceptable, se resiente en unos momentos de acción no demasiado conseguidos, y repetitivos, que lastran su jugabilidad.