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También en: PS4 XBOne PC PS5 XSX
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: FromSoftware
Producción: Bandai Namco
Distribución: Bandai Namco
Precio: 69,99 €
Jugadores: 1
Formato: Blu-ray
Textos: Español
Voces: Inglés
Online: Sí
ANÁLISIS

Análisis Elden Ring: la nueva obra maestra de FromSoftware (Xbox Series X/S, PS5, PS4, Xbox One, PC)

FromSoftware lo vuelve a hacer y firma un clásico instantáneo al que podemos catalogar desde ya como uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos.
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Actualizado: 9:50 28/2/2022
Análisis de versiones Xbox Series X/S, PS5, PS4, Xbox One, PC.

  • Guía Elden Ring, trucos, consejos y secretos
  • A lo largo de nuestras vidas, siempre hay cosas que nos marcan. En el caso de los videojuegos, muchas veces no somos plenamente conscientes de ello, no al menos durante el primer contacto, pero sí que existe una sensación muy especial y difícil de describir, un "algo", que sin que lo sepamos, nos dice que estamos jugando a algo único que poco a poco se dispone a dejar una huella imborrable en nosotros.

    A menudo, luchamos mentalmente contra ese sentimiento, "no puede ser tan bueno, seguro que solo el inicio es así" nos decimos, pero las horas pasan y lo que en un principio nos parecía un gran juego va calándonos, asentándose dentro de nosotros y dejando un poso que jamás se irá. Por supuesto, en este proceso también hay espacio para la sorpresa y la incredulidad al no ser capaces de asimilar cómo un grupo de personas ha conseguido crear algo que nos toca de tal manera, lo que suele traducirse en constantes y espontáneas expresiones de asombro durante la partida con cada nuevo giro, idea, mecánica o situación que se nos presenta. Para cuando nos queramos dar cuenta, ya estaremos tan inmersos dentro de la obra que nos costará no pensar en ella al apagar la consola o el ordenador durante las primeras semanas, y en el futuro, cuando hablemos de videojuegos con alguien, el nombre de ese título será una de las primeras cosas que aparecerán en nuestros pensamientos.

    Al final, estas experiencias son las que nos terminan definiendo como jugadores e incluso como personas, las que dan sentido a este hobby que tantas alegrías nos da y que siempre está ahí para reconfortarnos de las asperezas con las que tenemos que lidiar en nuestro día a día en el mundo real. En ocasiones, jugamos solo por divertirnos y pasar un buen rato, pero en el fondo, siempre estamos esperando que llegue ese juego que vuelva a hacernos experimentar todo este torrente de sensaciones y que nos recuerde por qué los videojuegos son mucho más que un simple medio de entretenimiento. Elden Ring es "ese juego".

    Videoanálisis y nota de voz

    A continuación podéis ver nuestro análisis en vídeo, en el que os contamos qué nos ha parecido la nueva obra de FromSoftware, con imágenes capturadas de la versión de Xbox Series X:

    También podéis escuchar nuestra nota de voz, un audio en el que os contamos por qué nos ha gustado tanto este juego tan esperado:

    La tragedia de las Tierras Intermedias

    Lo nuevo de FromSoftware es la aventura definitiva, una obra con la que siempre soñamos pero que, paradójicamente, nunca conseguimos llegar a concebir en nuestras cabezas. Por suerte para la humanidad, Hidetaka Miyazaki, el padre de joyas como Dark Souls, Bloodborne o Sekiro: Shadows Die Twice, ha materializado ese sueño a través de un sobrecogedor viaje a lo largo y ancho de las Tierras Intermedias, un gigantesco mundo de oscura fantasía medieval en el que cada paso equivale a una nueva sorpresa.

    Su premisa argumental es aparentemente sencilla: buscar a unos semidioses para acabar con ellos y obtener las grandes runas que poseen, unos artefactos que nos permitirán reconstruir el Círculo de Elden y hacernos con su poder. Como podréis intuir, bajo esta vaga descripción que os hemos dado se esconde un universo muy complejo y con un trasfondo apasionante repleto de maravillosas y retorcidas historias que nos tocará descubrir por nosotros mismos, algo para lo que deberemos leer las descripciones de los objetos que nos encontremos, prestar mucha atención a lo que nos dicen los personajes con los que interactuamos y fijarnos en cada uno de los detalles de los escenarios.

    Esta vez el puzle no resulta tan difícil de recomponer como en anteriores proyectos del estudio y, al menos, todo lo relacionado con la misión principal se explica de una forma mucho más clara para que sepamos por qué hacemos lo que hacemos y quiénes son los grandes enemigos a los que tenemos que abatir. Los habitantes de las Tierras Intermedias no suelen andarse con demasiados rodeos y cuentan muchísimas cosas a poco que les insistamos, lo que ayuda a la hora de situar al jugador para que pueda disfrutar de este mundo sin necesidad de rebuscar más allá de la cuenta.

    El juego está repleto de personajes interesantes.

    Eso sí, tened en cuenta que la narrativa tiene varias capas de profundidad y que de esta manera solo os quedaréis en la superficie. No en vano, a poco que rasquéis encontraréis una enorme cantidad de misterios e incógnitas que os ayudarán a tener una mejor comprensión de lo que realmente pasa en este mundo, de su escala y del titánico trabajo que se ha invertido en su creación, por no hablar de lo que ganarán a vuestros ojos sus carismáticos personajes y las retorcidas relaciones que tienen entre ellos.

    La perfección de las bases

    Centrándonos ya en lo puramente jugable, lo que Elden Ring nos propone se podría resumir en un Dark Souls de mundo abierto. Es decir, disfrutaremos de un RPG de acción con muchos elementos que nos resultarán sumamente conocidos, como un sistema de combate basado en una barra de resistencia para limitar nuestras acciones, la posibilidad de desarrollar a nuestro personaje como queramos escogiendo qué atributos mejorar con cada subida de nivel, montones de armas, armaduras y hechizos con los que definir nuestro estilo de juego, etcétera. Por supuesto, tampoco faltan a la cita los clásicos puntos de control (llamados Lugares de Gracia) en los que descansar y recargar nuestras pociones a cambio de que los enemigos derrotados reaparezcan ni esa penalización por morir consistente en perder todos los puntos de experiencia que llevásemos encima y no hubiésemos gastado si no conseguimos volver de una pieza al sitio en el que nos aniquilaron.

    El combate a caballo es simple, pero responde bien y está muy bien resuelto, propiciando algunos enfrentamientos muy épicos.

    En realidad, es un juego que a los mandos resulta extremadamente familiar para cualquiera habituado a los soulslike de FromSoftware, pues mantiene un esquema de control similar y el personaje se mueve de manera parecida, por lo que no tardaremos en hacernos a sus animaciones ni al tempo de las batallas. Ahora bien, hay mejoras muy notorias en detalles como lo pulidas que están las cajas de impacto o el puntito extra de agilidad que se le ha dado a los personajes. Además, se han añadido novedades tremendamente interesantes como la posibilidad de saltar con un botón dedicado a ello o invocar una montura para luchar sobre su lomo, así como un sistema de habilidades fantástico que nos permitirá personalizar nuestras armas imbuyéndolas con las cenizas de guerra que encontremos para alterar sus propiedades y dotarlas de técnicas únicas que, como es lógico, consumen puntos de magia.

    Gracias a todo esto, tenemos una obra con una base jugable a la que no se le puede poner prácticamente ninguna pega y que demuestra la experiencia del estudio con la fórmula, perfeccionada hasta límites insospechados, lo que nos garantiza un sinfín de posibilidades a la hora de personalizar a nuestro avatar y desarrollar nuestras propias tácticas mientras disfrutamos de unos enfrentamientos tan duros como satisfactorios.

    Un mundo de infinitos secretos

    Pero lo que marca la diferencia y hace que Elden Ring sea una de las mejores experiencias que hemos tenido nunca con un videojuego es su mundo abierto. Da igual cuánto lo intentemos, nos sentimos completamente incapaces de hacerle justicia tan solo con palabras. Podríamos deciros que todo está diseñado a mano y de una manera muy artesanal que hace que hasta la colocación de la piedra más nimia tenga su sentido y su razón de ser, que nos dan libertad total para ir siempre hacia donde queramos desde el mismo principio sin apenas guiarnos ni usar iconos o que cada palmo del escenario está repleto de secretos, sorpresas y situaciones únicas, y todo eso no serían más que eufemismos en comparación a lo que realmente nos ofrece.

    Si hay algo que tenemos muy claro es que jamás hemos jugado nada como esto. El mapa tiene un tamaño colosal, incluso abrumador, y nunca deja de expandirse en todas direcciones, aprovechando una verticalidad inusitada en el género para crear todo tipo de complejos caminos, pero lo que de verdad nos deja sin habla es que algo de esta escala se las haya apañado para bombardearnos siempre con algo nuevo, único y sorprendente, jugando constantemente con nuestras expectativas para posteriormente romperlas por completo y que el impacto sea incluso mayor.

    Hemos invertido más de 70 horas en explorar las Tierras Intermedias y todavía sigue sorprendiéndonos como en los primeros minutos a cada paso que damos, ya sea con el descubrimiento de nuevos tipos de enemigos, jefes, puzles, mazmorras e incluso zonas completas a las que acabamos llegando de las formas más insospechadas. Es un torrente de ideas que no parece tener fin y que de algún modo se las ingenia para que tras haber explorado un lugar más de 20 veces, al final acabemos encontrando algo nuevo que se nos había escapado con anterioridad.

    Y todo ello con esa filosofía de diseño tan característica de FromSoftware, donde no faltan rompecabezas muy crípticos, misterios que nos desconcertarán y nos harán estrujarnos la cabeza intentando resolverlos, elaboradísimas misiones secundarias a las que deberemos prestar mucha atención para progresar en ellas y tomar las decisiones correctas, lugares escondidos con muchísimo ingenio que nos obligarán a aprovechar todo el escenario para dar con la manera de acceder a ellos, etcétera.

    Es un juego que nunca nos da descanso y que hace que cada minuto que invirtamos en él cuente y nos reserve algún tipo de aventura que vivir. Además, todo ello siempre está justificado de alguna manera por su propio trasfondo argumental, lo que nos ayudará a descubrir más sobre su apasionante universo. Y por si no fuese suficiente, las recompensas y descubrimientos que haremos rara vez decepcionan. Con todo esto, Miyazaki y su equipo han confeccionado una obra capaz de despertar nuestro espíritu aventurero para que siempre queramos salir a explorar hasta el último rincón, aunque solo sea por la simple y pura diversión que nos reportará encontrarnos con nuevos retos a los que hacer frente.

    Se trata de un título diseñado con tantísimo gusto y que tiene tantísimas ideas que nos parece imposible llegar a experimentar la palabra aburrimiento con él. Todas sus piezas encajan con la precisión de un reloj y la naturalidad con la que se desarrollan nuestras idas y venidas por sus bellos parajes es prácticamente inigualable.

    Otra novedad la tenemos en la posibilidad de agacharnos y camuflarnos en arbustos para pasar desapercibidos. Gracias a estas tácticas de sigilo, podremos evitar enfrentamientos muy duros y pillar por la espalda a nuestros rivales.

    De hecho, tal y como dijimos con anterioridad, aquí no hay guías de ningún tipo más allá de una leve luz que emiten algunos Lugares de Gracia que nos indican vagamente la dirección en la que tenemos que viajar para dar con una gran mazmorra cercana, por lo que son los propios escenarios los que se encargan de dirigir nuestra atención para que queramos investigar cualquier cosa mínimamente llamativa que veamos. Es increíble cómo independientemente de dónde estemos y hacia dónde miremos siempre haya algo capaz de despertar nuestra curiosidad y justificarla, consiguiendo que la aventura funcione perfectamente tanto si nos marcamos objetivos como si decidimos vagar sin rumbo fijo por lo desconocido.

    Dragones y mazmorras

    Lo mejor es que esta apuesta por la libertad sin límites y el mundo abierto no impide que también vayamos a disfrutar de una experiencia más clásica y concentrada que emule lo visto en las anteriores producciones del estudio. Tanto es así que el título está plagado de grandes mazmorras que nos ofrecen justo lo que esperaríamos de un buen Souls: enormes laberintos de salas y pasillos en los que nos aguardan multitud de letales enemigos, peligrosas trampas y, por supuesto, fantásticos tesoros si exploramos a conciencia.

    Las mazmorras son una auténtica pasada y os van a dejar sin habla.

    El número de calabozos que hay es altísimo y sorprende lo grandes que son la mayoría, con secretos escondidos de formas que nos ha costado creer. Pero más sorprendente incluso es lo tremendamente diferentes que son entre sí, ofreciéndonos unos diseños completamente únicos y variadísimos en los que tendremos que hacer frente a retos bien distintos mientras visitamos todo tipo de parajes y localizaciones. En líneas generales, estamos hablando de algunos de los mejores niveles que jamás ha diseñado FromSoftware en toda su historia, derrochando con ellos una imaginación sin límites y muchísimas buenas ideas a la hora de crear mecánicas y obstáculos con los que pillarnos con la guardia baja.

    Además, a veces se atreven incluso a fusionar el mundo abierto con lo que esperaríamos encontrarnos en una mazmorra, dando lugar a regiones del mapa en las que el avance se vuelve algo más encorsetado o que tengamos que entrar y salir de un calabozo para buscar por el escenario nuevos puntos de acceso que nos permitan llegar a sitios del interior que no podríamos alcanzar de otra manera. Sumadle que también se permiten el lujo de aprovechar nuestra capacidad de salto para aumentar la verticalidad y crear secciones muy "plataformeras", y encontraréis aquí algunos de los mejores momentos de toda la aventura.

    Existe un sistema que nos permitirá fabricar objetos de todo tipo con los recursos que encontremos por el mapa. No es la función más útil del mundo, pero para fabricarnos flechas e ítems potenciadores va muy bien.

    Tampoco queremos olvidarnos de mencionar que en nuestro viaje nos encontraremos con antiguos santuarios, tumbas, cuevas y minas que nos ofrecen una serie de calabozos a pequeña escala que se pueden completar en apenas 15 o 20 minutos. Los primeros son extremadamente sencillos y básicos, pero en cuanto nos alejemos un poco de la llanura inicial veremos cómo se complican y añaden sus propios puzles, secretos, trampas, enemigos y situaciones. Cada una de estas minimazmorras es algo completamente único que recordaremos por diferentes motivos y que nos obligará a adaptarnos a los retos que nos plantea, convirtiéndose así en otro aliciente más de una aventura que no parece tener límites y que no da puntada sin hilo.

    Un reto a la altura

    Probablemente, a estas alturas os estaréis preguntando por su dificultad y si algo os podemos decir es que hemos muerto más que en ningún otro juego del estudio. De entrada, se han sacado de la manga montones de nuevas formas de acabar con nosotros y hacernos quedar como auténticos ingenuos, y los enemigos son inesperadamente agresivos y suelen superarnos en número, castigando con dureza nuestros errores y quitándonos ingentes cantidades de vida con cada impacto.

    Con la de veces que vais a morir quizá necesitéis un abrazo en más de una ocasión.

    Además, el bestiario es gigantesco y siempre están poniendo ante nosotros nuevos tipos de rivales o combinaciones de ellos contra los que tenemos que aprender a lidiar, un proceso que suele conllevar más de una y de dos muertes. Y si le sumamos que ciertos monstruos son durísimos de por sí y que pelear en determinados escenarios nos deja en desventaja, tenemos el cóctel perfecto para que la muerte sea una constante a lo largo de todo el juego.

    No queremos que nadie se lleve a engaños: vais a morir mucho. Es un juego muy difícil que, como un estricto maestro, nos castiga mostrándonos nuestros fallos para que aprendamos de ellos y no los volvamos a repetir. Eso sí, que el reto sea elevado no quiere decir que sea injusto, ya que nunca nos hemos encontrado nada que nos haya parecido inviable o cuya dificultad resulte artificial. Todo se puede superar con maña, habilidad y una buena estrategia, así que siempre vais a tener opciones de sobrevivir si jugáis bien.

    Por suerte, también es el título más accesible del estudio, algo que se debe principalmente a dos motivos: su enorme libertad y las invocaciones. A diferencia de sus predecesores, donde el camino era más o menos fijo, aquí siempre tendremos multitud de sitios a los que podremos ir para explorar, lo que nos permitirá conseguir experiencia, materiales para mejorar nuestras armas y nuevo equipo. ¿En qué se traduce esto? En que si en un sitio nos destrozan, siempre tendremos la opción de ir a otro lado para seguir disfrutando de su propuesta y volver cuando estemos más preparados. Puede no parecerlo, pero es algo que hará las cosas muchísimo menos frustrantes para muchos jugadores al no tener que lidiar sí o sí con un jefe que se les pueda atragantar y les impida seguir viendo cosas nuevas.

    Las invocaciones tienen limitaciones: solo pueden usarse en los sitios concretos en los que se nos indique y no podremos llamar a más de una.

    En lo que respecta a las invocaciones, se trata de una nueva mecánica mediante la cual podremos llamar a una serie de espíritus para que nos ayuden en la batalla. Los hay de todo tipo, desde una legión de esqueletos hasta antiguos héroes del pasado, y como mínimo, nos servirán para distraer a los jefes el tiempo suficiente para que podamos curarnos con tranquilidad o atacar desde una posición segura.

    Si bien esto podría parecer que facilita al extremo las cosas, lo cierto es que muchos jefes están diseñados con ellas en mente y por mucho que invoquemos nos suelen matar en uno o dos golpes, por lo que la muerte siempre nos puede llegar en cualquier momento. Por supuesto, usarlas tampoco nos saldrá gratis, pues consumen valiosos puntos de magia, obligándonos a desviar las cargas de nuestro vial al de recuperación de magia e incluso forzándonos a subir el atributo de mente para poder utilizar a las más poderosas.

    El propio diseño del título hace todo se reajuste y equilibre para que no podamos tenerlo todo y tengamos que hacer sacrificios que nos limiten o impidan llegar a otras cosas igual de útiles. Además, hay muchísimos espíritus por encontrar y con bastantes propiedades distintas, así que si queremos beneficiarnos de ellos primero nos tocará dar con su localización, dándonos otro motivo para querer explorar.

    Si sois de los que disfruta del multijugador competitivo encontraréis muchas posibilidades estratégicas en el nuevo sistema de Cenizas de Guerra para dotar de habilidades especiales a vuestras armas.

    En nuestra opinión, no creemos que rompan el juego y dependiendo de cuál usemos, su nivel de mejora (lo que a su vez nos requerirá invertir los puntos de experiencia que consigamos en ellos) y el combate que libremos, su utilidad puede ser un tanto limitada. Ayudan, eso es innegable, y en batallas con más de un jefe o con varios enemigos en la sala son una bendición, pero no os van a regalar las victorias y vais a tener que jugar bien igual. Si todo esto falla, siempre podremos usar su modo multijugador para traer a otros jugadores a nuestro mundo y que nos ayuden contra ese enemigo que se nos resiste.

    Ya que hemos mencionado el multijugador, aprovechamos para comentar que vuelve con todas sus funciones habituales, como ver mensajes de otros usuarios, los charcos de sangre con los que contemplar sus muertes y, como no podía ser de otro modo, las invasiones y duelos competitivos. Eso sí, esta vez está mucho mejor organizado para que las marcas de invocación aparezcan en lugares concretos y a menos que usemos alguna función de cooperación (las cuales vuelven a estar limitadas a que el jugador invitado ayude a derrotar al jefe de la zona antes de regresar a su partida) nadie podrá asaltarnos.

    Unas batallas inolvidables

    Tampoco queríamos perder la oportunidad de aprovechar la ocasión para destacar las increíbles batallas contra jefes que nos esperan, entre las cuales se encuentran las más originales, ingeniosas sorprendentes y espectaculares que jamás ha diseñado el estudio. Todo en ellas está cuidadísimo, desde su puesta en escena hasta sus agobiantes patrones. No pararán de atosigarnos con constantes ataques que la mayoría de las veces ocupan gran parte del escenario y tienen un rango del que nunca nos podemos fiar.

    Son una auténtica maravilla que no han dejado de sorprendernos hasta el mismísimo enfrentamiento final de la aventura, aunque ya os avisamos que los más duros se encuentran en zonas opcionales. De hecho, hubo uno en una gran región secreta del último tramo que se nos atragantó durante casi 4 horas y que nos recordó lo mucho que sufrimos contra Isshin en Sekiro, pues sus propias mecánicas suponen todo un examen en el que debemos demostrar que sabemos jugar de verdad.

    Aquí también hay que aplaudir la enorme cantidad de jefes que hay y si bien en un juego tan grande es inevitable que se acaben reutilizando algunos de ellos de vez en cuando, siempre que repiten se las apañan para introducir nuevos giros a la batalla, alguna técnica inesperada o cambios en el propio escenario que nos obligarán a adaptar nuestras estrategias, lo que ayuda a mantener las cosas siempre frescas. Y ojo con esto, ya que también hay adversarios de este tipo fuera de las mazmorras, en el mundo abierto, que por su tamaño nos harán pelear sobre nuestra montura para así tener la opción de evitar técnicas de las que no podríamos escapar de otro modo y poder perseguirlos mientras se mueven rápidamente para reposicionarse lejos de nosotros, suponiendo un agradecido cambio de ritmo.

    Decenas de horas de contenido único y de primerísima calidad

    Por si alguien tenía dudas de ello: no faltan las obligatorias referencias y guiños a Berserk.

    Cambiando un poco de tercio para hablar de su duración aproximada, tenemos que confesar que somos completamente incapaces de calcularla, ya que hay tantísimo por hacer y el nivel de habilidad afecta tanto a nuestro ritmo de progreso que no nos vemos capaces de daros una cifra concreta. Lo que sí que os podemos decir es que en nuestro caso hemos tardado más de 70 horas en completarlo, aunque llegamos al punto de no retorno en unas 50 (preferimos seguir explorando para encontrar a todos los semidioses antes de adentrarnos en la recta final). Y sí, todavía nos quedan innumerables cosas por ver, misterios por resolver y lugares por descubrir, por lo que estamos hablando de un juego que perfectamente se os va a ir por encima de las 100 horas a poco que le queráis sacar partido.

    El espectacular arte de FromSoftware

    Finalmente llegamos a su apartado gráfico, el cual dista de explotar la potencia de las nuevas consolas. No esperéis grandes texturas, modelados detalladísimos o efectos de gran calidad, ya que es un producto que se limita a cumplir en lo técnico y que sufre un popping muy exagerado que hace que la hierba vaya apareciendo de golpe y porrazo bajo nuestros pies. Sin embargo, todo esto queda eclipsado por su apabullante dirección de arte, simplemente sobrecogedora y capaz de regalarnos unas estampas con las que nos quedaremos completamente embobados. Sumadle un diseño de criaturas y personajes como pocas veces se ha visto en la industria, una variedad de escenarios altísima, un uso fantástico del color y una puesta en escena de primer nivel, y entenderéis el regalo para la vista que suponer verlo en movimiento.

    A nivel artístico es una completa y absoluta pasada.

    Adicionalmente, en las consolas de nueva generación puede jugarse a 60 imágenes por segundo con su Modo Rendimiento, el cual os recomendamos a toda costa. Apenas pierde detalle gráfico y nos evitará tener una tasa de imágenes por segundo inestable. Y lo mejor de todo: el nivel de pulido que tiene es excepcional. En esas 70 horas que hemos jugado podemos afirmar que no nos hemos llegado a encontrar ni un solo bug o error de programación (ni siquiera cierres inesperados), lo que tiene un mérito enorme, especialmente al tratarse de una obra con una escala tan colosal.

    El sonido tampoco decepciona y nos regala una banda sonora que esta vez sí está presente durante todo el juego, incluyendo los momentos de exploración, donde unas fantásticas composiciones de corte ambiental que se comportan de manera dinámica al entablar combate nos acompañarán en nuestras aventuras. Por supuesto, los mejores temas quedan reservados para los jefes, donde los coros, la orquesta y la épica se hacen con todo el protagonismo para realzar la intensidad de estas batallas. Los efectos son muy reconocibles, variados y de calidad y el doblaje nos llega en inglés con unas interpretaciones sobresalientes y textos muy bien adaptados al español.

    Conclusiones

    Elden Ring no es solo el mejor juego que ha hecho FromSoftware hasta la fecha, sino también uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos. Una obra colosal e impensable que no para de regalarnos nuevas sorpresas a cada paso que damos y que ha llegado para convertirse en un clásico instantáneo, cambiando para siempre el paradigma de lo que supone vivir una gran aventura de mundo abierto. Un título tan ambicioso, exquisitamente diseñado e inabarcable que las más de 4000 palabras que le hemos dedicado en este texto se nos han quedado cortas en comparación a todo lo que nos gustaría comentaros sobre él.

    Pero si hay algo que no os queremos arrebatar es la oportunidad de que podáis descubrir lo que esconde por vosotros mismos, desde el detalle más inofensivo hasta sus situaciones más memorables. A fin de cuentas, gran parte de la experiencia reside precisamente en su capacidad para sorprendernos, para jugar con nuestras expectativas y, en general, para hacernos vivir una de las mayores aventuras de nuestras vidas adentrándonos en un universo desconocido, hostil y fascinante que nos ha enamorado. Hay muchísimos juegos buenos, multitud de joyas que nos han hecho disfrutar enormemente y que nos han dejado plenamente satisfechos, pero al nivel de Elden Ring, podemos contarlos con los dedos de una mano. Todo un imprescindible que nadie debería perderse.

    Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para Xbox Series X que nos ha ofrecido Bandai Namco.

    Nota sobre el rendimiento gráfico: los primeros análisis de rendimiento están indicando que la versión en la que hemos jugado para el análisis, Xbox Series X, se mueve en muchas ocasiones por debajo de los 50fps, algo que no hemos reflejado en el texto, ya que no notamos problemas de rendimiento. Esto se debe a la tecnología VRR que incluye Xbox Series X/S, ya que si tienes una TV compatible con VRR estas caídas son casi inapreciables.

    Redactor

    NOTA

    10

    Puntos positivos

    El diseño de su mundo abierto y la ingente cantidad de secretos y aventuras que esconde.
    Las épicas e intensas batallas contra los jefes.
    Muchas de sus mazmorras suponen algunos de los mejores niveles que jamás ha creado FromSoftware.

    Puntos negativos

    El defecto visual de la aparición repentina de algunos elementos como la hierba.

    En resumen

    Hidetaka Miyazaki vuelve a firmar uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos con el que eleva las aventuras de rol y acción en mundo abierto a un nuevo nivel.