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Fecha de lanzamiento:
PC:
XBOne:
Switch:
XSX:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Moon Studios
Producción: Microsoft
Distribución: Microsoft
Precio: 29,99 €
Jugadores: 1
Formato: Blu-ray
Textos: Español
Voces: -
Online: -
ANÁLISIS

Análisis Ori and the Will of the Wisps, uno de los mejores plataformas de los últimos años (Xbox One, Xbox Series X/S, Switch, PC)

Moon Studios regresa con una aventura de plataformas espectacular, perfecta en lo jugable y asombrosa en lo audiovisual.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Análisis de versiones Xbox One, Xbox Series X/S, Switch y PC.

En 2015 Moon Studios sorprendieron al mundo con Ori and the Blind Forest, un excelente plataformas que superó todas las expectativas, convirtiéndose en uno de los títulos más aclamados por la crítica y los jugadores de todos los publicados por Xbox Game Studios a lo largo de la generación. Exactamente cinco años después llega su secuela, Ori and the Will of the Wisps, una aventura más larga y ambiciosa, todavía más bonita si cabe, y que refina y amplia sus mecánicas para ofrecer una jugabilidad simplemente perfecta, que lo convierten en uno de los mejores plataformas de la última década, absolutamente imprescindible para cualquier amante del género.

Videoanálisis

Manteniendo todo lo bueno y mejorando sus debilidades

La aventura vuelve a arrancar con un precioso prólogo repleto de bellas cinemáticas, que continúan la historia justo donde la dejó Ori and the Blind Forest. Un poco más elaborada, como todo en esta secuela, tenemos una historia sencilla, bonita y muy cuidada, que funciona realmente bien, y que cuenta con ciertos momentos sorprendentemente melodramáticos, algo que puede chocar a más de uno por su amable tono de cuento de hadas.

Como en el primer 'Ori' el prólogo es precioso.

Intentando recuperarnos del "stendhalazo" de los primeros minutos, lo primero que notaremos es que Ori se controla incluso mejor que en el primer juego, algo que parecía difícil, y es de esos plataformas en los que el control es tan delicioso que el simple hecho de corretear y saltar por los escenarios resulta muy divertido y satisfactorio. A un ritmo endiablado no tardaremos en conseguir las primeras habilidades y mejoras que van ampliando la fórmula jugable, como el doble salto, y muy pronto también descubriremos la que posiblemente sea su mayor novedad: el mejorado sistema de combate.

Si algo se podía criticar al primer Ori es que sus enfrentamientos eran muy simples, bastaba con aporrear el botón de ataque para ir derrotando a todos los enemigos, y aquí le han puesto solución, dando a nuestro personaje diferentes armas, como una espada, posiblemente la más satisfactoria que podemos empuñar en un buen metroidvania. Después conseguimos también el arco, simplemente genial y que se utiliza tanto en el combate como en el plataformeo, para activar mecanismos, y más adelante podremos desbloquear otras como una jabalina o un shuriken, aunque ya de manera opcional.

Junto a estos nuevos recursos que nos permiten expresarnos de maneras más creativas en los combates llegan también enemigos más revoltosos y desafiantes, con patrones de ataque más variados, haciendo que sea un juego más equilibrado que el primero: ahora no solo las plataformas son sobresalientes, y también los combates son divertidos y desafiantes. Incluso han añadido espectaculares jefes finales, no muy numerosos ni especialmente duros, pero que añaden más variedad si cabe a un juego que no deja de añadir mecánicas y poner ideas sobre la mesa constantemente, haciendo que sea entretenidísimo de principio a fin.

Que esto no os lleve a engaño: Ori and the Will of the Wisps sigue siendo principalmente un plataformas, en el que los saltos y la exploración tienen todo el peso, pero en el que ahora además te diviertes combatiendo enemigos con diversos recursos a tu alcance. Hay un sistema de progresión que deja mucha libertad para desbloquear las mejoras como quieras, y te puedes acabar la aventura sin haber desbloqueado muchas de las armas o poderes disponibles, quizá demasiado abundantes para el poco peso que tienen los combates en la fórmula. Hay unas mejoras llamadas 'fragmentos espirituales', que funcionan de manera idéntica al sistema de amuletos del aclamado Hollow Knight, proporcionando ventajas como mayor defensa, salud o daño, modificaciones de las armas como que el arco dispare tres flechas a la vez, y alguno de ellos nos da una ventaja pero también algún inconveniente.

Si jugasteis a 'Hollow Knight' seguro que esto os suena.

Con tanta libertad para adquirir las mejoras que queramos es bastante fácil "romper" la dificultad de los combates, jugando en nivel 'normal' eso sí, ya que también se puede jugar en 'difícil', siendo los enemigos muchísimo más poderosos, matándote de un par de golpes y acercándolo casi a un Souls-like, por lo que no te recomiendan jugarlo de esta manera en la primera partida. Al final, tantas armas y poderes se sienten un poco desaprovechados, porque ni hay tantos combates ni los enemigos son lo suficientemente variados o complejos como para obligarnos a sacarle partido a todos estos recursos. Donde esta secuela sigue brillando es en lo saltos, ya que aunque hay otros elementos sigue siendo principalmente un plataformas, y uno sobresaliente.

Una plataformas soberbio

Ori and the Blind Forest sorprendía como plataformas por lo variado que era, por las ideas que iba introduciendo constantemente, por su buen diseño de niveles y su genial control, y hace poco que volvimos a jugarlo nos preguntamos qué más podían hacer en la secuela, qué se iban a inventar. Y es aquí donde Moon Studios vuelve a dar lo mejor ofreciendo un plataformas ejemplar, en el que es un placer desplazarse y saltar, y que nunca se acomoda en una idea más que unos pocos minutos, para introducirte algo diferente acto seguido. Es cierto que repiten algunas mecánicas del primero, y que pierde el factor sorpresa, pero lo que pierde en esto lo gana en experiencia y saber hacer, contando con un diseño exquisito.

Esta nueva mecánica en la que nos convertimos en una perforadora de arena es divertidísima.

Desecha una de las ideas más originales del primero, su sistema de puntos de control que el jugador decidía dónde crear, y la verdad es que no lo hemos echado de menos, era un elemento estratégico curioso pero que podía ralentizar un poco la acción, siendo precisamente una de sus mayores virtudes su enorme ritmo, de esos juegos que consumes compulsivamente, sin poder parar de jugar hasta acabarlo. Saltos, exploración, combates, pequeños puzles, jefes finales, las épicas escenas de persecución, y todo esto con unos gráficos deslumbrantes y una banda sonora embriagadora, conforman un plataformas simplemente ejemplar.

Los jefes finales ofrecen momentos muy espectaculares, aunque no nos han parecido demasiado difíciles. En general es un poco más fácil que el primero.

Como detalle polémico y sobre el que creemos que se va a discutir, nos ha parecido un poco más fácil que el primero, que de vez en cuando te ponía en verdaderos aprietos con situaciones que tenías que repetir una y otra vez hasta superarlas. Nos parece evidente que han querido hacer una experiencia más amable y accesible para todos los jugadores, y esto puede que moleste a más de uno. Como amantes y jugadores expertos de plataformas tenemos que admitir que hemos echado en falta un poquito la dificultad del primero, que nos pusiera en más aprietos, aunque por otro lado entendemos la decisión, y que quieran llegar a un público mayor.

Estructura "metroidvaniesca" pero, ¿es un metroidvania?

La etiqueta 'metroidvania' se ha convertido en un enorme cajón desastre en el que cabe todo en los últimos años, y no hay una definición exacta y canónica de lo que debe ser un juego de este estilo, cada uno tiene su opinión. Sí, en Ori and the Will of the Wisps hay un enorme mapa lleno de secretos y coleccionables que según vamos obteniendo nos acercan al 100%, y vamos consiguiendo habilidades que nos permiten acceder a zonas antes inaccesibles, pero realmente todo esto es algo secundario, no es necesario hacer backtracking para pasarte la aventura, y si te centras en la historia principal se puede disfrutar como un plataformas prácticamente lineal, sabiendo a dónde tienes que ir en todo momento y pisando siempre nuevos escenarios, sin necesidad de volver sobre tus pasos.

Es un juego más grande que el primero, aunque curiosamente no se tarda mucho más en hacer el 100%.

Una de las novedades de esta entrega son las misiones secundarias, ya que ahora hay multitud de personajes con los que podemos hablar, lo que da bastante vidilla, pero a la hora de la verdad lo cierto es que estos encargos no se aprovechan lo más mínimo, no esperéis nada elaborado, y simplemente consisten en cadenas de entregar objetos, que hacen que nos tengamos que patear los escenarios buscando al destinatario adecuado de un ítem. Otra novedad son unas curiosas pruebas contrarreloj con marcadores en línea, pudiéndote picar con jugadores de todo el mundo, un elemento rejugable y bien integrado.

En esta secuela nos encontraremos multitud de personajes con los que podemos hablar, y que nos ayudarán y encargarán misiones secundarias.

Como ya habían avisado estamos un juego más extenso, el doble de largo, y nos hemos acabado la historia en unas 9 horas, y conseguimos 100 % en unas 12. Esta pequeña diferencia es porque en el tramo final consigues una habilidad que "rompe" totalmente la exploración y el plataformeo, desplazándote con tanta libertad y agilidad por los escenarios que básicamente es ir mirando el mapa dónde te has dejado algo, sin tener que preocuparte por dar precisos saltos. No nos acaba de convencer este hecho, como que no haya contenidos de calidad endgame, como zonas o jefes finales ocultos, son muy pobres las recompensas para el jugador completista, y hemos visto hacer esto mucho mejor en otros juegos "metroidvaniescos", incluso mucho más humildes que este.

Audiovisualmente deslumbrante, aunque con pequeños problemas técnicos

Ori and the Will of the Wisps es tan bonito en todos los sentidos que cuesta encontrar calificativos, y es sorprendente el salto gráfico que ha pegado respecto al primero, ahora con unos escenarios más vivos y repletos de detalles, con notables mejoras en la iluminación, y unos personajes mejor animados. Visualmente es simplemente espectacular, y es posiblemente uno de los juegos 2D más bonitos que se han hecho nunca, sino el que más. Lo mismo ocurre con la banda sonora de Gareth Coker, apabullante, con unas melodías preciosas que van a hacer que muchos estudios pongan sus ojos en este talentoso compositor británico.

No solo ha mejorado la calidad gráfica, también la variedad de localizaciones, con una dirección de arte exquisita.

Es una pena que un juego que alcanza la perfección en dos aspectos tan importantes como la jugabilidad y su apartado audiovisual se vea empañado por pequeños pero abundantes problemas técnicos, que no sabemos si se deben a falta de tiempo de optimización o que al motor Unity le queda un poco grande la ambición de este proyecto. El caso es que nos hemos encontrado (jugando en Xbox One X) con todo tipo de bugs, como fondos de los escenarios que no cargan, efectos de sonido que desaparecen, un menú del mapa que no funciona de manera fluida, pequeños parones en la imagen cuando estás explorando, como si no le hubiera dado tiempo a cargar los escenarios, y breves tiempos de carga con fundidos a negro un tanto feos al activarse pequeñas cinemáticas que te quieren mostrar otras zonas de los escenarios, y que afectan al ritmo y afean la experiencia. Ya nos han dicho que muchos de estos problemas se arreglarán con una inminente actualización, pero esta ha sido nuestra experiencia.

En nuestra partida nos hemos topado con pequeños pero múltiples problemas técnicos, que no sabemos hasta qué punto estarán solucionados cuando estéis disfrutando del juego.

Un plataformas imprescindible

Ori and the Will of the Wisps es uno de los mejores plataformas de la última década, una delicia jugable y audiovisual que ningún amante del género debería perderse. Mejorando y puliendo ciertos aspectos del primero, y ofreciendo una aventura más extensa y ambiciosa, lo que pierde del factor sorpresa lo gana en experiencia y calidad en todos sus apartados, y se convierte en todo un ejemplo de cómo hacer un plataformas, y un inmejorable testimonio de por qué nos sigue pareciendo uno de los géneros estrella en el mundo de los videojuegos.

Hemos realizado este análisis en Xbox One X con un código que nos ha proporcionado Microsoft.

Redactor

NOTA

9.4

Puntos positivos

Una jugabilidad simplemente perfecta.
Una aventura de plataformas entretenidísima de principio a fin, imposible soltar el mando si te gustan este tipo de juegos.
Audiovisualmente es un espectáculo.

Puntos negativos

Pequeñas asperezas técnicas y bugs que empañan el conjunto.
Contenido secundario de poca calidad, se echan en falta verdaderos incentivos fuera de la historia principal.

En resumen

Un juego de plataformas extraordinario, audiovisualmente deslumbrante y jugablemente ejemplar, que demuestra como pocos por qué dar saltos es una de las mecánicas más satisfactorias de la historia de los videojuegos.