Análisis de Hogwarts Legacy en Switch 2: la versión portátil definitiva del RPG de Harry Potter (Switch 2)
Hogwarts Legacy es una de las producciones más ambiciosas ambientadas en el universo de Harry Potter, y también una de las más accesibles para todo tipo de público, incluso para quienes no tienen una conexión directa con los libros o películas. Desde su lanzamiento, ha demostrado que su propuesta funciona por mérito propio: una aventura de acción en mundo abierto bien diseñada, con un gran despliegue artístico, un sistema de combate atractivo y una estructura que invita a explorar, mejorar al personaje y dejarse llevar por los ritmos del mundo mágico.
La versión para la primera Nintendo Switch sorprendió positivamente por lo bien que funcionaba dentro de sus evidentes limitaciones técnicas. Aunque recortada visualmente en todos los frentes, se mantenía estable, jugable y coherente. Ahora, con la llegada de Switch 2, el juego regresa en una versión significativamente mejorada que consolida esta edición como la mejor experiencia portátil de Hogwarts Legacy hasta la fecha. Una versión más cuidada, más fluida y más cercana a lo que esta aventura ambicionaba desde su concepción.
Una mejora técnica profunda y bien enfocada
La mejora visual en Switch 2 no es superficial. Se trata de un conjunto de avances que abarcan prácticamente todos los aspectos gráficos del juego: texturas más nítidas, una iluminación mucho más natural y elaborada, mayor nivel de detalle en la geometría de escenarios y personajes, un posprocesado más fino, y sobre todo, una distancia de dibujado ampliada que contribuye a que el mundo se perciba más abierto y vivo.
El uso de tecnologías de reconstrucción como DLSS permite alcanzar resoluciones reescaladas de 1080p en modo portátil y hasta 1440p en modo dock, manteniendo un equilibrio muy efectivo entre calidad visual y fluidez. En ambos modos, el juego se presenta con nitidez, con una imagen limpia y estable que consigue transmitir con claridad el trabajo artístico del equipo.
Más allá del apartado visual, hay ajustes que afectan directamente a la experiencia de juego: los tiempos de carga se han reducido a prácticamente la mitad, lo que tiene un impacto directo en la fluidez de la aventura. Entrar en interiores, cambiar de zona o teletransportarse ya no implica pausas largas, y eso favorece el ritmo de exploración, que ahora se sostiene mejor.
Además, hay zonas del mundo que han dejado atrás algunas de las limitaciones estructurales de la versión original. Balcones, pasarelas o puertas que en Switch estaban cerrados o rediseñados para no forzar la carga del entorno, ahora se abren con naturalidad, devolviendo coherencia y continuidad al diseño del mundo.
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Un rendimiento estable, sorprendente en portátil
Uno de los aspectos más positivos de esta versión es la estabilidad del rendimiento. Hogwarts Legacy en Switch 2 funciona a 30 fotogramas por segundo tanto en dock como en portátil, sin caídas significativas ni irregularidades notables en combate, exploración o cinemáticas. Esta consistencia resulta fundamental en un juego donde la ambientación y la respuesta del control influyen directamente en la inmersión.
Lamentablemente, eso sí, no hay opción de alcanzar los 60 fps, lo cual era previsible teniendo en cuenta la escala del juego y las limitaciones del hardware, pero el objetivo de los 30 fps se mantiene con una solidez que no habíamos visto en la versión anterior. Es una mejora tangible que da confianza en todo momento, especialmente cuando se encadenan exploración, combate y narrativa sin interrupciones. Jugar así en portátil a Hogwarts Legacy es casi sorprendente.
Una aventura sólida, con o sin nostalgia
Más allá del rendimiento, conviene recordar que Hogwarts Legacy es una aventura muy bien planteada. El juego no se limita a explotar la licencia: propone una estructura que combina elementos de RPG ligero con un mundo abierto amplio, pero razonablemente contenido, donde se combinan tareas principales y secundarias, desafíos opcionales y múltiples sistemas de progresión.
Controlamos a un estudiante recién llegado al colegio de magia, que se ve involucrado en una historia original bien hilada, con personajes nuevos, misterios por resolver y decisiones que moldean ligeramente la experiencia. El sistema de combate, basado en el uso de hechizos y combinaciones en tiempo real, es uno de sus puntos fuertes: ágil, vistoso y con la profundidad suficiente como para seguir siendo interesante tras varias horas.
Todo esto se acompaña de un diseño artístico notable, una banda sonora envolvente y un cuidado en la ambientación que consigue transmitir esa sensación de estar dentro del universo mágico, sin recurrir constantemente a referencias directas a las obras originales. Es un juego pensado para fans, sí, pero también accesible y disfrutable para quienes simplemente buscan una buena aventura fantástica en un entorno distinto.
Conclusiones
Esta nueva versión de Hogwarts Legacy para Nintendo Switch 2 consolida la experiencia que ya ofrecía el juego, pero la lleva mucho más lejos en términos técnicos en portátil. No solo se ve mejor y se juega mejor, sino que recupera parte de la ambición visual que se había perdido en la adaptación para la primera Nintendo Switch. Mantiene su identidad como una aventura mágica extensa, entretenida y bien diseñada, y la refuerza con mejoras que afectan directamente al disfrute. Sigue sin ser una versión equivalente a la de PC o consolas de nueva generación, pero lo que ofrece aquí es más que suficiente para considerarla una opción recomendable por sí sola. Es, sin duda, la mejor forma de jugar a Hogwarts Legacy en formato portátil. Y también, una oportunidad perfecta para descubrir esta historia si no lo habías hecho hasta ahora.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de Nintendo Switch 2 proporcionando por Warner Bros. Games.