Análisis de The Elder Scrolls V: Skyrim (Switch)
Fue en noviembre de 2011 cuando Bethesda vivió la creación de un verdadero fenómeno con The Elder Scrolls V: Skyrim, quinta entrega en la conocida serie de rol de gran éxito en PC y en alza para consolas que se impuso como uno de los juegos del año no solo por su calidad, sino también por transformarse en uno de los primeros grandes hits en Youtube. El estudio supo sacar partido a aquella propuesta ampliando sus contenidos con tres expansiones, abriéndose a los ‘mods’ en PC y cultivando la atención a la comunidad. Todo ha contribuido a que este episodio de la licencia venda 20 millones de copias mundiales.
En 2016 se lanzó la aventura con nuevas adaptaciones mejoradas para PlayStation 4, Xbox One y PC, y ahora, doce meses más tarde y seis años después de las versiones originales, Bethesda certifica su apoyo a Nintendo Switch con una nueva apuesta, la versión del juego de rol para la consola híbrida. Días después del estreno de Doom, The Elder Scrolls V: Skyrim llega a la máquina de la fabricante japonesa para proclamarse como el primer episodio de la antológica serie que se materializa en el terreno del juego portátil tras el intento fallido de Oblivion en PSP y lo hace de una forma solvente y a la altura de lo que se podía esperar.
Poco podemos añadir ahora a lo que supuso The Elder Scrolls V: Skyrim para el género. En nuestro análisis en 2011 destacamos los puntos más importantes de esta aventura única ideada para ser vivida al gusto de cada jugador, por lo que os recomendamos su lectura para entender mejor este fenómeno. Nintendo Switch recibe la experiencia completa del juego de Bethesda: su campaña principal más sus tres expansiones Dawnguard, Hearthfire y Dragonborn, contenidos suficientes para tenernos atrapados descubriendo paisajes idílicos en estas tierras con encanto durante varias decenas de horas.
Skyrim es un juego gigante, una experiencia visualmente bella que sigue manteniendo el tipo a pesar de los años por todo lo que le da forma: diseño de mundo, personajes, banda sonora (Jeremy Soule siempre al mejor nivel) y contenidos. Muchos contenidos.
Nuestro viaje por este territorio nórdico fantástico medieval nos llevará a explorar los porqués del retorno de los dragones eligiendo nuestra propia forma de avanzar. En lo jugable sigue siendo una experiencia atractiva, aunque el paso de los años y el lanzamiento de grandes juegos en su género nos haga ver ahora un poco más sus costuras.
En lo técnico, esta revisión de The Elder Scrolls V: Skyrim destaca especialmente por un aspecto: a posibilidad de jugarse en modo portátil. Resulta llamativo y para muchos hasta increíble que un juego de estas características consiga mantener el tipo en una consola que se puede jugar en cualquier parte. Es todo un placer seguir nuestras aventuras por las tierras de Skyrim sin necesidad de un televisor usando la Nintendo Switch. En modo portátil, el juego corre a 720p y mantiene una tasa de imágenes robusta de treinta imágenes por segundo. En nuestras partidas no hemos notado caídas palpables.
La fluidez se mantiene cuando usamos el dock para jugar en el televisor. El rendimiento del juego no se resiente y la calidad de imagen sigue siendo óptima sin presentar reajustes de aspectos visuales que perturben al jugador. The Elder Scrolls V: Skyrim para Switch está basado en la Special Edition de PS4 y Xbox One, y aunque técnicamente es inferior en algunos aspectos, ninguno de ellos resulta particularmente reseñable ni perjudica a la jugabilidad. Además, se detectan mejoras con respecto a las ediciones originales del 2011 en campos como la distancia de dibujado, la nitidez, etc. Eso sí: los bugs clásicos el juego de Bethesda como las armas flotantes siguen haciendo acto de presencia.
Otra de las novedades incorporadas en esta revisión son los controles por movimiento de los Joy-Con para atacar a los enemigos con armas (espadas, arcos, hechizos, etc.) y realizar tareas como abrir arcones con las ganzúas, esto último en una suerte de minijuego resultón, pero sin demasiada profundidad. El combate con movimiento está ahí como opción curiosa, pero no cuenta con profundidad suficiente como para estar usándolo constantemente. Es una funcionalidad anecdótica que, por suerte para los menos movidos se puede desactivar evitando que un movimiento natural del Joy-Con (rascarnos, por ejemplo) nos haga desenvainar la espada y terminar liándola cuando no debemos.
En The Elder Scrolls V: Skyrim tampoco falta la compatibilidad con las figuras amiibo de Nintendo. Podemos utilizar todos las figuras disponibles en el mercado para conseguir cofres con comida, gemas, armas, armaduras y oro, entre otras recompensas. Basta con acceder a nuestro listado de hechizos, equiparnos la "magia" de los amiibo y colocar la figura en el lector. Una curiosa integración, sin duda. Usar amiibos de The Legend of Zelda aumenta en un 20% las opciones de conseguir las ropas de Link para nuestro personaje (túnica, escudo y espada maestra). Es un detalle por parte de Bethesda que estos contenidos no estén limitados a tener las figuras en casa: los accesorios de Zelda se pueden encontrar de manera natural en un cofre en la Garganta del Mundo.
The Elder Scrolls V: Skyrim se disfruta en Nintendo Switch tanto o más que en otras plataformas por permitirnos jugar en cualquier parte, pero no se libra de presentar agravios comparativos con respecto a las últimas versiones para consolas. Resulta obvia la ausencia de mods, que ha sido una de las incorporaciones más aplaudidas en PS4 y Xbox One, en esta edición para la consola de Nintendo. Bethesda no ha entrado en detalles específicos sobre los motivos que han llevado a la toma de esta decisión, pero se cree que las políticas de contenidos de Nintendo han podido tener algo que ver.
Jugar a esta aventura sin mods no es un problema radical, pues nos brinda un más que considerable número de horas entre su campaña principal y sus tres expansiones, pero es necesario remarcar esta ausencia. Tampoco encontramos el Modo Supervivencia lanzado en PC, PS4 y Xbox One a través del Creation Club, uno de los atractivos el título que se ha lanzado en el último mes. Sabemos que es un contenido adicional de pago (menos de diez euros), pero habría sido un detalle incorporarlo a la versión de Switch dado que llega a las tiendas a precio completo en su lanzamiento (59,95 euros). También es necesario indicar que en la versión descargable a la que hemos tenido acceso las voces en castellano se deben descargar aparte de manera gratuita desde la eShop (disponibles en el lanzamiento).
Conclusión
Difícil es que un seguidor de los juegos de rol no haya jugado al menos a una vez total o parcialmente a The Elder Scrolls V: Skyrim. Es uno de las obras incuestionables del género y está disponible para no pocas plataformas a lo largo de dos generaciones. Si lo jugaste en 2011, puedes valorar su compra a modo de revisión. Si tienes las reediciones de PS4 o Xbox One, puedes prescindir de él. Si estás en ese porcentaje reducido de jugadores que todavía no lo has jugado y busca alimento para Nintendo Switch, esta revisión merece la recomendación. No es la que mejor apartado visual tiene, pero dentro del ecosistema de la consola cumple en calidad de imagen, rendimiento y estabilidad, y es una gozada en el modo portátil. Echamos en falta añadidos como los mods, pero la cantidad de horas que brinda la campaña y sus tres expansiones es más que suficiente para justificar su compra.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Bethesda.