Análisis Oddworld: Stranger's Wrath, una nueva oportunidad para un clásico (Switch)

Oddworld es una saga que siempre ha sido un poco segundona, pero que ha conseguido mantener una notable cantidad de fans a lo largo de los años. Quizás su mayor tropiezo fue Oddworld: Stranger's Wrath, un título exclusivo en su momento para Xbox que fue un estrepitoso fracaso en ventas: tan sólo consiguió vender 600.000 copias de las 1,6 millones que necesitaba para recuperar la inversión. Y no por que el juego fuese malo; todo lo contrario. Stranger's Wrath resultó ser una aventura que encantó a los que lo jugaron, y que por suerte ha visto multitud de relanzamientos con los años. Ahora, como veis, llega a Nintendo Switch con una adaptación generalmente muy positiva, aunque también con algún que otro aspecto mejorable.

Un salvaje oeste

Oddworld: Stranger's Wrath es un juego de acción y disparos en primera y en tercera persona, que nos lleva a explorar el Salvaje Oeste del universo de Oddworld. Es un título innovador -para su época- en casi todos los aspectos, pero con ciertos elementos que se siguen manteniendo únicos aún en 2020.

Lo primero que sigue llamando la atención es cómo nos hace alternar entre ambas cámaras en todo momento, con la cámara en tercera siendo generalmente la idónea para la exploración, las plataformas y el combate cuerpo a cuerpo, y la primera para los momentos de disparos. Aunque pueda sonar caótico, acaba funcionando genial. Sí, seguramente requiera un pequeño periodo de adaptación, pero creemos que la experiencia que ofrece merece la pena.

Otro elemento importantísimo es la munición. Aquí no hay balas, sino pequeños animalillos salvajes que aportan diferentes posibilidades y que tendremos que capturar para usarlos como objetos arrojadizos. Tenemos «munición» que distrae a los enemigos, que los electrocuta, que los atrapa, que los ataca... Hay multitud de posibilidades, y el juego nos va a poner en situaciones que nos obligarán a aprovecharlas. A poco que juguemos en normal (y más todavía en difícil), no vamos a poder abrazar la técnica Rambo, y tendremos que usar nuestros animalillos para disparar los grupos y enfrentarnos a enemigos más dispersos. La clave está también en que es importante absorberlos una vez noqueados para ganar más dinero y poder comprar diferentes mejoras y objetos. A esto ayuda un elaborado diseño de escenarios, un tanto guiado durante los primeros compases, pero que luego se abre según vamos consiguiendo nuevos tipos de «compañeros».

En general, es un juego muy entretenido y variado, con elementos que en cierto modo se adelantaron a su tiempo y acabaron estandarizándose (como una zona principal a la que retornamos después de cada misión para prepararnos), aunque también es cierto que algunos aspectos no han terminado de envejecer del todo bien. Los controles pueden no estar a la altura en algunos momentos –sobre todo en lo que respecta al plataformeo y el combate–, y multitud de elementos audiovisuales están algo desfasados, pero no nos parece que sea un impedimento para disfrutar del juego.

La versión de Switch

Desde que debutase la versión original hace ya 15 señores años, se ha hablado mucho de este título, y hoy queremos centrarnos en la versión de Switch. En general, se juega perfectamente, funcionando (aparente a resolución nativa tanto en portal como en el dock, a 720p y 1080p respectivamente) y a 60 imágenes por segundo casi todo el tiempo. Es curiosa la decisión de implementar la opción de elegir el método de antialiasing, ya que tiene un notable impacto en el rendimiento. Vamos a ver caídas notables en la tasa de imágenes por segundo si usamos MSAA en lugar de FXAA o desactivarlo por completo, y no creemos que merezca la pena el sacrificio. Esto va a causar que muchos jugadores que no estén familiarizados con estas opciones y lo que cada una supone acaben con una experiencia mucho peor por mero desconocimiento, ya que ni siquiera hay un aviso de los efectos de elegir un método o el otro.

Luego, no podemos dejar de mencionar la interfaz, sencillamente atroz. Suponemos que es la heredada de la versión de Android y iOS lanzada en 2014, pero es propia del juego más barato de móvil. Además de fea, hace que algo tan sencillo como comprar en la tienda sea un auténtico caos con el mando. La interfaz original de Xbox habría sido una opción perfecta, con iconos grandes por si querían mantener la funcionalidad táctil, a la vez que una estructura sencilla y cómoda con botones. Y es que encima si intentas usar la pantalla táctil no funciona bien: a lo mejor tocas el botón de opciones y no hace nada, o tocas el de cargar y directamente no hace nada. Es, sin duda, lo peor del juego, que le da un aspecto -por qué no decirlo- un tanto cutre, que no se corresponde con la calidad del resto del producto. Te da la sensación de estar jugando a un título de móvil en la tele, y no precisamente uno bueno. Todo lo demás, la verdad, cumple con creces en la versión de Switch, que incluso ofrece la siempre agradecida posibilidad de apuntar con el giroscopio de la consola.

Feliz decimoquinto cumpleaños, Stranger

15 años no pasan en vano, pero la verdad es que Oddworld: Stranger's Wrath aguanta muy bien el tipo. Sí, hay aspectos que podrían haber envejecido mejor, como la narrativa o el control en momentos muy puntuales, pero en general lo hemos disfrutado muchísimo. Nos habría gustado que se hubiese cuidado más algunos aspectos como la interfaz, o que se hubiesen añadido algún detallito para celebrar el decimoquinto aniversario del lanzamiento, pero en general es una versión más que digna de un juego que, al menos en su momento, no tuvo la acogida que se merecía.

Hemos realizado este análisis en Switch con un código de descarga proporcionado por Meridiem Games.