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Fecha de lanzamiento:
PS5, PC, PS4:
XSX, XBOne:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: FromSoftware
Producción: BANDAI NAMCO ENTERTAINMENT EUROPE
Distribución: Bandai Namco
Precio: 69.99 €
Jugadores: 1
Formato: Blu-ray
Textos: Español
Voces: Español
Online: No
ANÁLISIS

Análisis Armored Core 6, un sueño hecho realidad para los fans de los mecas (PS5, Xbox Series X/S, PC, PS4, Xbox One)

FromSoftware lo vuelve a hacer y firma una imprescindible aventura de acción y ciencia ficción a bordo de mecas.
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Actualizado: 16:40 1/9/2023
Análisis de versiones PS5, Xbox Series X/S, PC, PS4 y Xbox One.

Hoy en día todo el mundo conoce a FromSoftware, un estudio que se ha ganado a pulso la fama y el éxito mundial gracias a auténticas obras maestras como Demon’s Souls, Dark Souls, Bloodborne, Elden Ring o Sekiro: Shadows Die Twice. Juegos que no solo tienen una calidad incuestionable, sino que también han influido en multitud de títulos posteriores de un modo u otro. No en vano, basta con echar un vistazo rápido al panorama actual de la industria para detectar una ingente cantidad de producciones que beben directamente de las mecánicas y de la filosofía de diseño de las joyas que acabamos de mencionar.

Sin embargo, FromSoftware es mucho más que sus Souls y derivados, ya que hablamos de una compañía que se fundó en 1986 y que lanzó su primer videojuego, King’s Field, en 1994, mucho antes de que Demon’s Souls se hiciera realidad en 2009. En 1997, el estudio sorprendió a los usuarios de la primera PlayStation con Armored Core, un juego de acción a bordo de mecas que destacó por sus intensos combates y sus altísimas posibilidades de personalización, una obra que no tardaría en recibir múltiples secuelas.

Si bien nunca han dejado de ser títulos de nicho, sigue siendo una de las sagas más icónicas, veteranas y emblemáticas de la desarrolladora japonesa, así como uno de los principales referentes para cualquier aficionado del género. Ahora, 11 años después del lanzamiento de Armored Core V, su última entrega hasta la fecha, nos llega Armored Core 6: Fires of Rubicon, un juego que quiere romper finalmente las barreras de accesibilidad de la serie para darse a conocer al gran público aprovechando la popularidad y el reconocimiento del que el estudio disfruta actualmente.

Y por si había alguna duda, ya os lo vamos adelantando: sí, FromSoftware lo ha vuelto a hacer y ha vuelto a marcarse un auténtico juegazo que solo podemos definir como un sueño hecho realidad para los fans de los mecas y la acción más frenética y desenfrenada. ¿Queréis saber los motivos? Simplemente tenéis que seguir leyendo para descubrirlos.

"Donde hay Coral, hay sangre"

Vamos a dejar las cosas claras desde el principio: no, Armored Core 6 no es un Souls ni se le parece. Es un juego muy diferente y fiel a su saga cuya historia se desarrolla por misiones independientes y donde lo que prima no es la exploración, sino la acción pura y dura, así que si habéis llegado hasta aquí buscando algo parecido a los últimos proyectos de la desarrolladora, os recomendamos que tengáis esto muy presente antes de decidiros por su compra.

'Armored Core 6' es un juego que se mantiene muy fiel a la esencia y estructura de su saga, así que no esperéis nada parecido a un 'Souls'.

Dicho esto, esta nueva entrega nos lleva al remoto planeta Rubicón 3, donde numerosas macrocorporaciones libran una cruenta guerra entre ellas para hacerse con una misteriosa y valiosísima sustancia conocida como Coral, un recurso con infinidad de usos y aplicaciones que todo el mundo quiere controlar. Sin entrar en muchos detalles, nosotros encarnaremos a un piloto de mecas que tras introducirse ilegalmente en el planeta empieza a ofrecer sus servicios como mercenario a las diferentes facciones que pugnan en la contienda.

A partir de aquí comienza una historia muy interesante y repleta de giros en la que no solo descubriremos la realidad sobre Rubicón 3, su pasado y el Coral, sino que también nos obligará a tomar algunas decisiones durísimas que definirán la ruta argumental que seguiremos y el final que veremos. Por el camino podéis esperar traiciones de todo tipo, batallas épicas, infinidad de sorpresas, apasionantes estrategias miliares, muchísima crítica social, personajes carismáticos que protagonizan algunos de los momentos más dramáticos de la aventura y bandos con puntos de vista muy diferentes y llamativos.

Casi todo esto se nos narra durante los hechos que van teniendo lugar durante las propias misiones, los mensajes de voz que nos llegan entre ellas y durante los informes previos a cada batalla, por lo que no esperéis nada demasiado cinematográfico más allá de algún que otro breve vídeo dirigido con un gusto exquisito.

La historia presenta un buen número de bandos distintos, incluyendo a los propios rubiconianos, quienes veneran al Coral como algo divino.

La trama central se entiende relativamente bien sin demasiadas dificultades, pero si decidís ahondar en su trasfondo vais a descubrir un universo apasionante, complejísimo y con una profundidad gigantesca que os va a encantar a poco que os guste la ciencia ficción. Rubicón 3 esconde muchísimos secretos e historias que merece la pena desenterrar, así que procurad no perderos ningún detalle, leed todas las descripciones de vuestros rivales en la Arena y prestad atención a los registros que encontréis al explorar.

Un diseño de misiones variadísimo y repleto de sorpresas

El bucle jugable en el que se estructura el título es muy simple: escogemos una misión, ganamos dinero al completarla y con esos ingresos compramos nuevas piezas y armas con las que personalizar y configurar a nuestro meca, algo que se vuelve muy adictivo a medida que los encargos se van complicando y la tienda va aumentando su catálogo con equipo cada vez más potente.

El juego incluye diversos tutoriales que nos enseñarán a jugar.

Las misiones como tal suelen ser bastante cortas y apenas duran entre 10 y 15 minutos, con muchas de ellas que terminaremos incluso en menos tiempo a poco que sepamos lo que estamos haciendo, por lo que todas ellas van muy al grano y dejan poco margen para la exploración, con montones de barreras invisibles que limitan las zonas por las que nos podemos mover. Esto no quiere decir que la exploración sea inexistente, ya que si nos desviamos e indagamos un poco es probable que encontremos registros y cofres con nuevas piezas para nuestro robot, pero dista mucho de ser uno de sus pilares principales. De hecho, generalmente estaremos tan ocupados con la acción tan frenética que suele tener lugar que pocas veces nos dará tiempo a hacer algo que no sea cumplir el objetivo principal que nos hayan encomendado.

Eso sí, si algo podéis tener muy claro es que el diseño de misiones es simple y llanamente sobresaliente, de lo mejor que hemos visto nunca en un juego de acción. El título se las está apañando constantemente para sacarse de la manga nuevas situaciones, objetivos y sorpresas que rarísima vez se repiten, convirtiendo la aventura en un viaje variadísimo que no deja que nos aburramos ni un solo segundo y que no conoce la palabra relleno. Tan pronto estaremos enfrentándonos a un poderoso jefe que intentando derribar una fortaleza móvil sobre la que tenemos que plataformear, defendiendo una base, realizando una infiltración, evitando satélites láser, buscando enemigos invisibles o recogiendo registros a contrarreloj, por mencionar tan solo unos pocos ejemplos.

Todas ellas son fantásticas, saben desafiarnos y nos proponen retos muy interesantes que nos obligan a ser flexibles y a ser capaces de adaptarnos, aunque probablemente lo que más nos ha gustado es la capacidad que tienen para jugar con nuestras expectativas y sorprendernos. No van a ser pocas las veces en las que en un informe de misión nos van a dar un objetivo y una vez estemos en la batalla sucedan cosas que harán que todo se desmadre y se produzcan giros completamente inesperados que cambiarán nuestras prioridades, consiguiendo que realmente sintamos que estamos participando en un gran y caótico conflicto bélico en el que siempre puede pasar cualquier cosa.

Aquí también conviene destacar el excelente diseño de niveles, algo que ya es una seña de identidad de FromSoftware, con escenarios generalmente amplios y abiertos que están genialmente adaptados al tamaño de nuestro meca y a sus posibilidades de movimiento, por lo que saben jugar muy bien con la verticalidad para que tengamos que sacarle partido a nuestros impulsores de vuelo al mismo tiempo que propician refriegas muy diferentes y variadas en las que aprovechar el entorno y sus coberturas será importantísimo de cara a diseñar nuestra estrategia de combate.

Acción robótica de altos vuelos

Todo esto caería en saco roto si la acción como tal no terminase de funcionar como debería, aunque por suerte no es el caso. De hecho, es más bien al contrario, ya que pocos títulos vais a encontrar que consigan recrear unas batallas a bordo de mecas más divertidas, espectaculares y gratificantes que Armored Core 6. Para combatir dispondremos de hasta cuatro armas, una por cada mano y por cada hombro que usaremos con cada uno de los gatillos del mando (un esquema de control tremendamente intuitivo y muy coherente), aunque también podremos volar, impulsarnos para realizar esquivas y curarnos hasta tres veces por misión. Evidentemente, acciones como volar o las esquivas están limitadas por una barra de energía que se recarga rápidamente cuando no estamos usando nuestros impulsores, algo que va incluso más rápido si estamos en el suelo, así que no podemos perderla de vista si no queremos quedarnos vendidos en el peor momento.

Además de escoger las piezas con las que queremos montar a nuestro robot, también podemos personalizarlo a nivel estético escogiendo el color de la pintura y decorándolo con emblemas, ya sean predefinidos o creados por nosotros mismos.

Es aquí cuando entra en juego el montaje de nuestro robot, ya que dependiendo de las piezas y las armas que le coloquemos la jugabilidad cambiará muchísimo. Hay infinidad de armas distintas con propiedades completamente diferentes y muy únicas que debemos tener en cuenta (en muchos casos pueden cargarse o fijar a varios blancos a la vez), el peso de las piezas influye en nuestra movilidad y hay montones de pequeñas estadísticas a tener en cuenta que afectan a nuestra defensa, nuestra capacidad para resistir el aturdimiento, en nuestra velocidad de vuelo y un larguísimo etcétera.

Aquí no se trata de comprar la pieza más potente y cara que veamos, sino de encontrar las que se ajusten a lo que queremos y asegurarnos de que el conjunto de todas ellas dé como resultado una máquina coherente, eficiente y capaz de cumplir la misión a la que vamos a enfrentarnos. De hecho, todo lo que usemos para montar a nuestro meca tiene sus pros y contras, y hay detalles muy específicos, como la capacidad de carga y de energía, que limitarán qué podemos equiparnos si no queremos acabar con sobrecarga o un déficit en el rendimiento, límites que evidentemente podemos incrementar escogiendo las piernas y el módulo adecuado respectivamente, aunque sea a costa de sacrificar otras cosas. Hasta vuestra puntería a corta, media y larga distancia dependerá de lo que os pongáis.

No queremos enrollarnos mucho, pero os aseguramos que las opciones de personalización pueden llegar a ser abrumadoras y que uno de los mayores placeres que vais a encontrar en su propuesta radica precisamente en montar vuestros robots para definir vuestras estrategias y adaptaros a los retos que os encontréis. Quizá para una misión os venga mejor un meca lento y pesado capaz de aguantar muchísimo castigo y contraatacar con armas de gran calibre, mientras que en otras puede que lo ideal sea uno muy ligero y con muchísima movilidad que os permita colaros entre las líneas enemigas, aunque sea a costa de una defensa bajísima que nos haga extremadamente frágiles. ¿Un jefe se os resiste? Quizá sea especialmente vulnerable a ciertas armas que os faciliten la vida.

Las armas, a excepción de las que funcionan cuerpo a cuerpo, tienen un máximo de munición que tendremos que administrarnos para cumplir cada misión.

La clave para triunfar está en ser flexibles y en saber adaptarnos, así que nunca temáis probar y experimentar. Si una misión os da problemas, no dudéis en analizar las dificultades que os habéis encontrado y en hacerle los ajustes pertinentes vuestro robot. Evidentemente, para esto vais a necesitar comprar una buena variedad de piezas y armas, pero el ritmo al que se consigue el dinero está muy bien medido para que casi siempre podamos adquirir algo nuevo entre un encargo y otro.

Lo realmente importante es que cualquier modificación que hagamos, por pequeña que sea, la vamos a notar a los mandos, y el desarrollo de la acción es simple y llanamente espectacular. Combatir es una experiencia tremendamente divertida, accesible y profunda que acierta de pleno a la hora de transmitirnos la sensación de estar pilotando máquinas de un tamaño descomunal y una fuerza destructora sin igual. Los tiroteos pueden ser tan ágiles y frenéticos como queráis dependiendo de vuestra configuración, pero si hay algo que nunca falla es lo divertidos, intensos y desafiantes que resultan, algo que gana enteros gracias a lo bien que responden los controles y a lo tremendamente satisfactorios que son los impactos cuando conseguimos acertar en los enemigos.

También conviene destacar la existencia de una barra de aturdimiento que nos permite dejar en un estado vulnerable a nuestro contrincante si conseguimos impactarle las suficientes veces seguidas, algo que no solo hará que se queden vendidos, sino que también reciban muchísimo más daño de lo normal, por lo que conviene tener nuestras armas recargadas y preparadas para destrozar a nuestro contrincante cuando consigamos aturdirlo. Se trata de una mecánica que funciona de maravilla y que debemos tener muy en cuenta a la hora de configurar nuestro meca, ya que se presta a que podamos desarrollar estrategias consistentes en equiparnos armas que nos permitan aturdir con facilidad junto a otras de gran potencia para usar cuando exponemos a nuestro contrincante. Eso sí, los enemigos también pueden aturdirnos a nosotros, así que no bajéis la guardia.

Tenemos múltiples espacios para guardar decenas de diseños y acceder a ellos rápidamente sin tener que volver a montar nuestros mecas pieza a pieza.

El único pero que podemos poner aquí lo tenemos en la cámara. No es que sea mala como tal, pues, por lo general, suele funcionar bastante bien, aunque hay algunas situaciones en escenarios relativamente cerrados o arenas algo más pequeñas de lo habitual donde sí que nos ha llegado a dar algún que otro problemilla.

Más accesible que nunca, tan desafiante como siempre

En otro orden de cosas, cabe señalar que se trata de un juego mucho más accesible de lo que podría parecer a primera vista, ya que incluye numerosos tutoriales, un modo entrenamiento para que podamos probar nuestros mecas en una gran variedad de situaciones distintas y las primeras misiones son muy asequibles y están diseñadas para ayudarnos a que nos familiaricemos con los controles y mecánicas.

La variedad de enemigos es altísima.

Ahora bien, que el juego nos ponga las cosas fáciles para que aprendamos a jugar no quiere decir que no sea exigente, ya que la dificultad acaba llegando, sobre todo, con sus imponentes y espectaculares jefes, donde encontraremos los que son, sin duda alguna, los mejores momentos de toda la aventura.

Son unas batallas muy desafiantes, con una puesta en escena soberbia, con múltiples fases, de una escala sobrecogedora, intensas y con unas rutinas impecables que nos llevarán a tener que esquivar ataques capaces de dejarnos con la boca abierta y restarnos muchísima vida si no tenemos cuidado. En nuestro caso, hemos conseguido liquidar a la mayoría en unos pocos intentos, con varios de ellos que han caído incluso a la primera, pero ya os vamos avisando que hay alguno que otro que supone un pico de dificultad importante que nos ha hecho sudar sangre hasta que hemos dado con la estrategia y la configuración adecuada.

De hecho, la prueba de fuego la vais a tener en el jefe de la misión final del primer capítulo, todo un muro que nos pondrá a prueba y que no derribaremos si no demostramos que realmente hemos aprendido a jugar. Tras él, no volvimos a tener casi ningún escollo, no porque el juego se vuelva menos exigente (al contrario), sino por la mejora que experimentamos como jugadores.

Los jefes suponen, sin duda, los momentos cumbre del juego.

También nos ha gustado mucho cómo el propio juego entiende la dificultad a diferentes niveles para que cada jugador pueda encontrar una experiencia hecha a su medida. Si solo buscáis completar la historia y llegar hasta el final, el título nos permite hacerlo con una mayor variedad de configuraciones de lo que viene siendo habitual en la serie, por lo que casi no os vais a encontrar situaciones en las que debéis usar mecas y piezas concretas para sobrevivir. Podrán ser más o menos óptimas nuestras construcciones, pero hay cierto margen que podemos compensar con habilidad y una buena estrategia.

Además, el título nos hace muchas concesiones con la inclusión de puntos de control a los que podemos volver si morimos, recargando de paso toda nuestra vida, munición y kits de reparación (por supuesto, todos los jefes tienen uno justo en el momento en el que empieza la pelea). Y sí, también hay momentos en los que podemos curarnos y reabastecernos, y cada vez que morimos nos dan la oportunidad de cambiar la configuración de nuestro meca antes de reaparecer en el punto de control.

Puede que nos cueste un jefe muchos intentos o que una misión se nos atragante, pero poco a poco se puede avanzar y disfrutar de la historia. Ahora bien, si lo que buscas es llevarte al límite y poner a prueba tus dotes como piloto e ingeniero, encontrarás el desafío que buscas en el menú de repetición de misiones, donde podrás volver a jugar cualquier encargo que hayas completado y se valorará tu actuación con un rango.

Vamos a tener que jugar muy bien para conseguir el rango S en las misiones más avanzadas.

Por supuesto, el objetivo aquí es conseguir una clasificación de S, la nota más alta, algo para lo cual vais a tener que completar las misiones sin despilfarrar munición, sin morir ni una sola vez y recibiendo el menor daño posible, así que dar con el meca óptimo se convierte en algo imprescindible. Lo que no nos ha gustado tanto es que solo nos den un rango al repetir misiones desde su correspondiente menú, de modo que si durante la historia hacemos una misión perfecta, no nos darán nuestra merecida S y nos tocará volver a jugarla.

Una aventura altamente rejugable con múltiples finales y sorpresas tras la primera partida

En total, llegar al final con todas las arenas completadas es algo que nos ha llevado poco menos de 20 horas, una cifra que puede variar mucho dependiendo de vuestro nivel de habilidad, del tiempo que dediquéis a crear configuraciones en el garaje, de las veces que queráis repetir una misión y de lo que queráis explorar los escenarios en busca de cofres y registros.

La búsqueda de cofres y registros también añade su granito de arena al alto valor rejugable del que hace gala el título.

Ahora bien, os recomendamos encarecidamente que no dejéis de jugar tras los títulos de créditos, ya que el juego es muy rejugable y guarda muchas sorpresas tras ellos. Esto se debe, principalmente, a que existen varios momentos en los que nos harán escoger entre un encargo y otro. Dependiendo de nuestra elección, la ruta argumental cambiará, veremos unas misiones u otras y llegaremos a un final distinto.

Esto va más allá en el modo Nuevo Juego+, donde no solo aparecerán nuevas misiones que no están presentes en la primera vuelta, sino que también se añaden decisiones dentro de algunos encargos que nos permitirán seguir una ruta alternativa que, nuevamente, tiene consecuencias a posteriori, tanto en lo argumental como en las misiones que nos encontraremos. También hay otro tipo de sorpresas, pero os dejaremos que las descubráis por vosotros mismos.

Ya que hablamos de Nuevo Juego+, decir que en este modo la dificultad se mantiene igual y que mantendremos todas las piezas que hayamos desbloqueado para nuestro robot, así como nuestro rango de la arena, por lo que las siguientes vueltas suelen ser muchísimo más rápidas (nuestra segunda partida no nos duró ni 10 horas).

Un multijugador algo descuidado

Por supuesto, FromSoftware no se ha olvidado de incluir un modo multijugador que nos permite poner a prueba nuestras construcciones contra las de otros jugadores, aunque hay que destacar que esta vez no hay ningún modo cooperativo como en la entrega anterior, por lo que todas las opciones online son únicamente competitivas.

Una de las funciones online del juego nos permite subir nuestros diseños y mecas para compartirlos con nuestros amigos y conocidos a través de un código.

El problema es que a esta modalidad se le ha dado un trato tan secundario que acaba quedando relegada en un pequeño extra que podría haber dado mucho más de sí. No en vano, no existen tablas clasificatorias, listas de partidas, modos puntuados para los jugadores más competitivos ni un sistema de emparejamientos tradicional, así que todo se acaba resumiendo en crear salas personalizadas o buscar una a la que unirnos para librar combates de 1 contra 1 o 3 contra 3.

No busquéis más porque no lo vais a encontrar, así que haríais bien en tomaros este modo como un añadido casual que como algo realmente importante y relevante, especialmente si tenemos en cuenta que ya se están encontrando ciertas configuraciones de mecas extremadamente poderosas que están generando algunos desequilibrios. Eso sí, las partidas que hemos podido jugar han funcionado perfectamente y sin lag de ningún tipo, lo que nos ha permitido disfrutar de unas batallas fluidas y satisfactorias, algo imprescindible en un juego de estas características.

Una dirección de arte soberbia

En lo que respecta a su apartado audiovisual, si algo destaca en Armored Core 6 es su apabullante dirección de arte. El diseño de los mecas y naves, la grandiosidad y escala de los escenarios, el uso de la luz y el color, la puesta en escena, los cielos llameantes de Rubicon 3… Es un juego cuyas imágenes tienen una fuerza sobrecogedora que dan forma a un universo de ciencia ficción simple y llanamente apasionante.

La dirección de arte de la que hace gala en todo momento es una auténtica pasada.

En lo técnico dista de ser de lo más puntero que nos vamos a encontrar, aunque el modelado de los robots es impecable, así como sus animaciones, las cuales nos permiten apreciar cómo se mueven de manera independiente las articulaciones de cada una de sus piezas de un modo muy convincente. Los efectos también están logrados y refuerzan el espectáculo de los combates con su constante presencia en pantalla, mientras que los escenarios son los que se llevan la peor parte, con algunas texturas y elementos que, sin ser malos, no terminan de convencer del todo a poco que nos paremos a prestarles atención, algo que suele ser muy difícil en un juego como este en el que apenas nos dan tiempo para respirar.

Eso sí, en PS5 (la versión a la que hemos tenido acceso) la calidad de la imagen es altísima y todo se mueve a 60 fps con una suavidad exquisita, algo imprescindible en un título de este estilo. Como curiosidad, podemos activar el trazado de rayos en el garaje, pero no durante las misiones.

Finalmente, el sonido nos deja una banda sonora que encaja muy bien con la ambientación de ciencia ficción de la aventura, manteniendo un tono generalmente melancólico que se intensifica y gana epicidad cuando salen en escena los jefes, aunque también tenemos que decir que nos ha pasado muy desapercibida durante la mayor parte del tiempo y no nos ha terminado de dejar la misma huella que lo escuchado en otras producciones de FromSoftware.

Leer subtítulos con el nivel de intensidad de estos combates es algo prácticamente incompatible.

Los efectos sí que están a un nivel sobresaliente: variados, reconocibles y muy contundentes, mientras que el doblaje nos llega en inglés y japonés con subtítulos en español. Como podréis suponer, los personajes hablan mucho durante las misiones y suelen decir cosas importantes tanto de la trama como de los objetivos que tenemos que cumplir, y prestar atención a los textos mientras los combates no nos permiten ni pestañear se puede convertir en toda una odisea si no dominamos ninguno de los dos idiomas de oídas (en nuestro caso no hemos tenido problemas al jugar con las voces en inglés, pero al ponerlas en japonés nos resultó casi imposible leer los subtítulos durante las refriegas), por lo que se echa mucho más en falta un doblaje al español que en la mayoría de juegos para que todo el mundo pueda disfrutarlo en las mejores condiciones.

Conclusiones

Armored Core 6: Fires of Rubicon es un sueño hecho realidad para los fans de la ciencia ficción y los mecas. Una aventura intensísima, exigente, variada como pocas, fantásticamente diseñada, rejugable, con una dirección de arte sobrecogedora y con unos jefes tan épicos como espectaculares. Por si no fuese suficiente, también ha conseguido romper por fin muchas de las barreras de la saga para hacerla más accesible que nunca sin tener que sacrificar por ello la enorme profundidad por la que siempre se ha caracterizado, teniendo aquí un punto de entrada ideal para que cualquiera que esté interesado en su propuesta pueda disfrutarla. Sin duda, FromSoftware lo ha vuelto a hacer, firmando un nuevo imprescindible que ningún amante de los juegos de acción se debería perder. Recomendadísimo.

Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para PS5 que nos ha facilitado Bandai Namco.

Redactor

NOTA

9.2

Puntos positivos

Todo lo relacionado con la acción y los combates está a un nivel magistral.
Las enormes posibilidades de personalización que ofrece.
El diseño de misiones, niveles y jefes. Es muy rejugable.

Puntos negativos

La cámara puede dar algún problemilla en cierta situaciones.
Se echa en falta un doblaje al español.
El multijugador podría haber dado más de sí.

En resumen

Una imprescindible y variadísima aventura de acción a bordo de mecas repleta de grandes combates, jefes para el recuerdo y misiones genialmente diseñadas que destaca por la intensidad de sus batallas y sus enormes posibilidades de personalización.