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PS4, XBOne, Switch:
PC:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Ubisoft Toronto
Producción: Ubisoft
Distribución: Ubisoft
Precio: 79,99 €
Jugadores: 1
Formato: Blu-ray
Textos: Español
Voces: Español
Online: -
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Análisis de Starlink: Battle for Atlas (PS4, PC, Xbox One, Switch)

Ubisoft cristaliza el sueño de la infancia de muchos jugadores al construir un entretenido título de naves espaciales, acción y juguetes interactivos.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Análisis de versiones PS4, PC, Xbox One y Switch.

El espacio, la última frontera. Es muy difícil encontrar un tema más inspirador que el espacio para un videojuego. Contaba Laurent Malville, director creativo de Ubisoft Toronto, que su inspiración para concebir Starlink: Battle for Atlas nacía de la pasión y la atracción que muchos hemos experimentado en la infancia por las estrellas y los mundos distantes. Esa ansia por la exploración de lejanos satélites, por pilotar naves de vanguardia y por combatir extraterrestres extraños y amenazantes, es el núcleo de este curioso videojuego para Nintendo Switch, PlayStation 4 y Xbox One. Unificando aventuras, acción y juguetes interactivos, Starlink llega dispuesto a conquistar un territorio algo abandonado tras el fracaso y la retirada de otras licencias y sagas parecidas, como Disney Infinity, Skylanders o LEGO Dimensions.

Explorando el sistema Atlas

Starlink: Battle for Atlas arranca como las historias clásicas de ciencia ficción: con un grupo de héroes y heroínas aventurándose hacia la inmensidad del espacio. Ya sea por la promesa de un mundo mejor, la idea de conseguir un nuevo hogar para la humanidad o la posibilidad de hallar nuevas fuentes de energía, la exploración de horizontes lejanos y distantes siempre ha servido de punto de partida para este tipo de fábulas de ficción y videojuegos.

En Starlink viajaremos, en un futuro distante, a un sistema galáctico conocido como Atlas, compuesto por siete planetas de naturaleza y origen distinto, así como por varios satélites y enormes campos de asteroides.

Como pilotos y exploradores de Atlas, deberemos combatir contra los extraterrestres de la Legión Olvidada planeta a planeta.

Como miembros y pilotos de la Iniciativa Starlink, nuestra misión será la de recoger y estudiar nuevos materiales y recursos energéticos bajo la forma del llamado Nova, así como combatir unos peligrosos extraterrestres que nos pondrán las cosas difíciles. Estos alienígenas, conocidos como la Legión Olvidada, están capitaneados por Grax, un atribulado y mezquino líder que quiere obtener la clave para desarrollar energía ilimitada y conquistar la galaxia con sus ejércitos. Como os podéis imaginar, el argumento es muy simple y a veces un mero pretexto para avanzar, pero está construido en base a una serie de clichés tan inocentes que a veces es difícil no sentir cierto cariño o interés por las desventuras de un grupo de pilotos bastante carismáticos -sin contar a Fox McCloud de StarFox, claro está, que hace un cameo más que notable en el videojuego para Nintendo Switch-.

De una forma u otra, nos veremos envueltos como pilotos en una lucha constante por la supervivencia en un sistema mayoritariamente hostil, visitando planetas muy variados, ayudando a los nativos atenazados por los villanos de la Legión Olvidada y recogiendo minerales o recursos con los que mejorar nuestra base nodriza, la Equinox, o nuestras propias naves, añadiéndoles desde blindajes más efectivos a armas más poderosas. Es aquí cuando entra el sistema de juguetes interactivos y naves modulares, una cualidad que nos permitirá modificar nuestras naves y que nos ofrece todo tipo de combinaciones de pilotos, cabinas, alas y armas.

Modificando nuestra nave, añadiéndole partes de otros vehículos y armas especiales, resolveremos puzles y seremos más eficientes en combate.
El sistema de juguetes interactivos de Starlink nos permite cambiar pilotos, cabinas, alas y armas para crear combinaciones únicas

Starlink: Battle for Atlas puede jugarse sin necesidad de tener estos juguetes -hay una opción digital que nos ofrece disfrutar de sus aventuras sin figuras de ningún tipo-, pero la verdad es que con ellos todo adquiere un cariz mucho más entretenido, pues se fomenta la construcción y la creatividad, así como la originalidad y la sensación de que estamos con algo más que un simple juego. Para ello, el título de Ubisoft se vende junto a un soporte que se engancha al mando de nuestra consola, y que nos permite tener un rápido acceso a nuestra nave y juguete en todo momento. En el caso de Nintendo Switch -versión que hemos analizado-, dicha base tiene dos pequeñas bahías de acople para los Joy-Con. Lo más sorprendente de este sistema, que es un tanto aparatoso, es lo bien que funciona.

Puede parecer algo aparatoso, pero el sistema de naves modulares e interactivas funciona muy bien.

Los cambios de módulos, pilotos y armas son instantáneos y en unos segundos estaremos viendo cómo nuestra nave refleja en el videojuego todas las transformaciones que hemos hecho en la vida real. ¿Tenemos un enemigo débil al hielo? Buscamos nuestro cañón de andanada de hielo y lo colocamos en la bahía de acople de las alas de nuestra nave. ¿Ese enorme monstruo tiene miedo del fuego? Quitamos y ponemos el lanzallamas. De esta manera, cambiaremos de naves, pilotos y armamento según nuestras necesidades, invitándonos a una constante adaptación contra los enemigos y peligros del videojuego. Es quizás uno de los mayores aciertos del título, su pasión por establecer una fuerte sinergía entre el mundo virtual de Atlas y nosotros, convidándonos a que experimentemos con combinaciones locas sin transiciones o esperas. En uno de los momentos más tensos del análisis, nos vimos obligados a reemplazar una de nuestras naves caídas en combate por otra, y dado que nuestra estrategia contra la enorme criatura que nos había dado caza había fallado estrepitosamente, decidimos probar otro de los cazas espaciales, añadiéndole otras armas por el camino para aumentar nuestra efectividad.

¿Merecen la pena estos juguetes para jugar a Starlink? Creemos que sí. Ubisoft ha anunciado, además de los set de inicio que incluyen el juego, una nave, varias armas y un piloto -dos en el caso de Switch ya que en este pack viene Fox a modo de extra-, hay distintos kits de personalización en forma de vehículos, armas o pilotos individuales. Por otra parte, y si queremos jugar en cooperativo, la empresa francesa comercializará varios soportes para las naves, que nos permitirán encajar los juguetes en un mando extra o en un par adicional de Joy-Con. La gama es bastante variada y completa, y está disponible en grandes superficies y los comercios especializados en videojuegos.

La exploración de nuevos planetas, más allá del combate, es vital. Tendremos que recoger recursos o abrir nuevos puestos de investigación.

Ubisoft ha confeccionado una receta propia para su aventura especial, de gran personalidad, pero que se atreve a picotear de algunos videojuegos muy recientes con los que comparte género. Por una parte, tenemos un juego que se enmarca cómodamente en la aventura y la acción, con combates contra enemigos y naves espaciales en tierra, aire y espacio, y por otra, un juego de exploración en el que los recursos y los botines a descubrir son parte del día a día.

Starlink: Battle for Atlas nos llevará por una campaña muy bien estructurada y equilibrada, llena de misiones variadas que irán desde abatir puestos y estructuras de la Legión Olvidada a otras en las que tendremos que eliminar enormes Titanes, unos monstruos de gran tamaño. A esto hay que sumarle grandes cantidades de viajes espaciales de un planeta a otro -aunque hay viaje rápido, la sensación de exploración y aventura se incrementa si nos tomamos algo de tiempo en los desplazamientos-, en los que distintos piratas intentarán darnos caza, tendiéndonos trampas y emboscadas en el frío espacio a las primeras de cambio.

Los Titanes actúan como grandes jefes finales. Tienen sus puntos débiles, y dado su tamaño, son uno de los rivales más temibles.
Los combates en el espacio son muy divertidos, pero pasaremos gran parte del tiempo luchando a ras de suelo

En estas lindes, cuando el videojuego nos da nuestra ración de combate entre naves espaciales al estilo dogfight, Starlink cumple con creces. Tenemos intensas guerras contra extraterrestres a pie a planeta, enormes buques de forajidos escondidos entre asteroides y rodeados de minas y costosas batallas contra los Titanes, unos monstruos colosales que son el testigo viviente de una época remota. Ofrece acción directa, sin contemplaciones, con un control fácil y divertido, que nos tendrá enganchados durante horas. No es Everspace, pero sí se le parece en ciertos aspectos, y por momentos tendremos incluso ecos del mítico Colony Wars. Pero al mismo tiempo, Ubisoft ha querido otorgarle al videojuego un gran componente de estrategia y recolección de recursos, que se sazona con cierto aderezo rolero en la progresión de armas, naves y pilotos.

El combate espacial contra forajidos y piratas es una de las partes más divertidas y entretenidas del videojuego.

¿En qué se traduce esta combinación? Pues que al igual que en el fallido -y resurgido- No Man's Sky de Hello Games, pasaremos mucho tiempo estableciendo puestos de extracción de recursos, campamentos de exploración y despejando ruinas de una antigua civilización para conseguir jugosos premios. A esto hay que sumarle la imperiosa necesidad de obtener créditos y ciertos minerales para aumentar el nivel de la Equinox, nuestra base de operaciones, y la constante lucha de facciones de nuestros aliados que nos traerá un poco por el camino de la amargura si no estamos demasiado pendiente de ella. Muchas veces, la tarea de recoger minerales y recursos puede hacerse tediosa, así que la necesidad de automatizar al máximo esta tarea aliándonos con los nativos de cada planeta y cumpliendo sus requisitos y encargos, será poco menos que un peaje obligado en el juego.

Pasaremos buena parte del juego buscando recursos y construyendo refinerías o puestos de avanzada en los distintos planetas.

Starlink tiene un esquema muy básico y claro como videojuego, y de ahí no se sale demasiado. A los pocos minutos de partida ya tendremos una noción más o menos clara de su estructura, y aunque esto no es algo necesariamente malo -supone en el fondo un buen trabajo de diseño de mecánicas y niveles de cara al jugador-, sí es cierto que puede suponer una pequeña decepción para aquellos usuarios que busquen un desafío mayor o una variedad más ingente de objetivos y cosas por hacer. Hay muchas misiones, algunas secundarias de interés y la sensación de exploración nunca se pierde, pero el impacto que podría generar un juego así, se dispersa cuando nos hacemos a su rutina. Sí, tenemos algunos puzles -que nos invitan a cambiar de arma para resolverlos-, y a veces hay misiones de hackeo o de búsqueda y catalogación de la flora y fauna local, pero no terminan de ser del todo divertidas.

Subir de nivel a nuestras naves y pilotos, mejorando características y habilidades, será esencial.

A este gran pero de falta de punch o capacidad de retención al jugador a las pocas horas del inicio, hay que sumarle una dificultad relativamente escasa, con muchos altibajos en el tran. Habrá momentos realmente buenos, como combates que nos sobrepasen -el nivel de nuestros enemigos como en un videojuego de rol, es muy importante y a tener en cuenta- o regiones en las que no es recomendable entrar a menos que estemos muy bien pertrechados o con la experiencia suficiente como para salir indemnes.

Un estilo audiovisual muy atractivo

Starlink: Battle for Atlas es, a grandes rasgos, un videojuego muy bonito. Los niveles de producción de Ubisoft son incuestionables y vuelven a hacerse notorios en un título que usa con acierto una gran colección de reclamos audiovisuales para abrumar al jugador. Tenemos planetas exóticos, con ecosistemas distintos, que nos llevarán a visitar desde junglas de lo más extrañas a verdaderas tundras heladas, pasando por vastos mundos llenos de cenagales, satélites desérticos o eriales arropados por ruinas de una civilización extinta. Los planetas del sistema Atlas son muy distintos entre ellos, algo que añade cierta variedad y dinamismo a través de fuertes contrastes al videojuego, sobre todo cuando pasamos de uno a otro en las diferentes misiones. A eso hay que sumarles ciertos ciclos horarios en cada planetoide, confiriendo así un variado y colorido plantel de superficies y escenarios en los que combatir. El espacio también tiene sus propias regiones, con cinturones de asteroides de gran densidad y enormes buques varados en mitad de ellos.

Hay muchas especies de animales autóctonas de cada planeta. Recoger información sobre ellas y aprender más de los ecosistemas es otra de las tareas opcionales.

Otro aspecto muy trabajado y digno de mención es el relativo al diseño de las naves espaciales. Starlink: Battle for Atlas viene con toda una flota de pilotos y naves, cada una con su propias líneas y forma, siendo esta última completamente influenciada por la personalidad de cada aeronauta. Si bien la historia del videojuego será la que nos de las pistas y claves para entender a cada uno de los integrantes de la Iniciativa Starlink, cada jugador comprenderá, con un simple vistazo, qué función desempeña cada nave en el juego gracias a la morfología de cada vehículo.

Sin embargo, no todo luce tan bien a nivel visual. El juego adolece de evidentes problemas de jaggies en la versión de Nintendo Switch, y el popping o el clipping hacen de las suyas en algunos escenarios y momentos. No es nada grave, y son problemas que se evidencian más cuando conectamos la consola al televisor que cuando disfrutamos de una partida en el modo portátil o de sobremesa, pero que pueden afear un poco la experiencia y que la separan de las versiones algo más lustrosas y pulidas de Xbox One y PlayStation 4. En el plano sonoro vuelve a demostrar lo que cuida Ubisoft a sus títulos en este aspecto, con melodías épicas, efectos sonoros muy variados y contundentes cuando tocan y con una retahíla de pequeñas remezclas de los temas originales de StarFox, que aumentan el apartado en varios enteros. El título está traducido y doblado al castellano, con una selección de voces e interpretaciones de gran nivel en nuestro idioma.

A nivel artístico, el videojuego de Ubisoft se luce con planetas muy exótico, vistosos y diferentes entre ellos.

Conclusiones finales

Starlink: Battle for Atlas es un videojuego de naves muy divertido. Su mayor atractivo reside en su sencillez, pues sabe combinar desde su misma base elementos de acción desenfrenada, exploración y rol. El sistema de juguetes interactivos y naves modulares, que nos permite trastear con naves espaciales hechas a escalas y ver cómo reaccionan de forma inmediata en el videojuego, nos ha parecido todo un aliciente que fomentará creatividad de los más pequeños a la hora de resolver problemas, puzles o combatir contra enemigos. Sin embargo, Ubisoft comete un error de falta de concreción en el planteamiento jugable del videojuego, invitándonos a una constante lucha por los recursos, minerales y puestos de exploración que acaban por dispersar en exceso su propuesta y sus aciertos.

Pese a que es entretenido, y tiene buenos valores de producción, a veces no termina de definirse. Y es una pena, pues tanto en sus figuras como en su propuesta jugable, residen grandes fortalezas. En cualquier caso, es un título recomendable, entretenido y lleno de contenido. Hará disfrutar a jugadores y coleccionistas de todas las edades por igual.

Hemos analizado Starlink: Battle for Atlas en Nintendo Switch gracias a un código de la versión digital deluxe y un surtido de naves y figuras proporcionado por Ubisoft.

NOTA

7.5

Puntos positivos

Sus batallas espaciales son muy divertidas.
Su universo galáctico está lleno de cosas por hacer.
El sistema de juguetes interactivos es increíble.

Puntos negativos

Pese a su buen apartado artístico, gráficamente es algo irregular.
A veces puede hacerse repetitivo.
Intenta abarcar demasiado.

En resumen

Starlink es un juego entretenido, que ofrece buenas batallas de naves espaciales y exóticos mundos por explorar. Sus juguetes interactivos son toda una sorpresa, pero a veces el resultado global del título peca de irregular y repetitivo.