Análisis Rebel Cops, estrategia, corrupción y acción táctica (PS4, PC, Switch, Xbox One)

This is the Police nos demostró que todavía quedaba espacio en el apretado y atiborrado género -al menos en PC- de la estrategia y la gestión táctica. Contándonos una historia madura, sólida y llena de dobleces, su primera parte nos llevó a trazar un límite entre el bien y el mal en la gestión de nuestra comisaría, y en la segunda parte, nos adentró aún más en el sucio mundo de los agentes que hicieron las cosas mal y se ven abocados a una espiral de destrucción en pos de lo que ellos consideran justicia. En poco tiempo, la serie de videojuegos de THQ se ha hecho un nombre en consolas y PC, tanto que la propia editora se ha decidido a sacar una suerte de spin-off o derivado que recoge alguna de las ideas de los títulos publicados hasta la fecha y los adereza con su propia personalidad.

Solos ante el peligro

Rebel Cops es un título de estrategia y acción táctica por turnos con unas bases muy tradicionales y clásicas, que se deja llevar por la estética minimalista de This is the Police en sus menús e interfaz y que, como si fuese el heredero realista de XCOM, nos traslada a un universo tridimensional cuando debemos combatir en las misiones como el implacable puño de la ley y el orden. Es a todas luces un juego más condensado y pequeño que sus predecesores, al menos en parte, ya que también esconde un buen número de secretos y mecánicas que lo hacen brillar con luz propia en la comparación con sus congéneres.

En este nuevo videojuego visitaremos la pequeña ciudad de Ripton, un lugar que ha estado dominado por completo por Víctor Zuev, un caudillo criminal que ha extendido con malas artes su influencia por todos y cada uno de los rincones de la localidad. Ya sean políticos, policías o empresarios, Víctor ha logrado convencerlos para que trabajen para él o miren para otro lado cuando la cosa se complica. Tiene subyugados a casi todos los habitantes, y nadie o casi nadie, pueden oponerse a su dictámenes. Tras un fallido atraco a un banco del pueblo, armados y exiliados del departamento de policía de Ripton, decidimos actuar sin importar las consecuencias.

Guiando a un reducido grupo de fieles policías renegados de su propio departamento -imaginad una especie de situación a los American Gangster de Ridley Scott-, deberemos mantenernos fieles a la ley, enfrentarnos a Zuev y todos sus lacayos y combatir contra el mal que está minando a nuestros vecinos y el otrora próspero y tranquilo Ripton. Este pretexto marca por completo el desarrollo del videojuego, que ahora nos obligará a luchar siempre contrarreloj, con pocos recursos y estando completamente sobrepasados en número. Somos muy pocos policías, y los criminales están por todas partes y el propio departamento de policía está corrompido hasta sus cimientos, con lo que tendremos impedimentos formales y de recursos cada dos por tres. Operamos desde una cabaña en mitad del bosque, viajamos en furgoneta de un lado a otro y nuestra radio apenas tiene cobertura. Es el más difícil todavía.

Como videojuego, Rebel Cops es un título más tenso que otros This is the Police. Tendremos que afrontar múltiples misiones de la historia, otras adicionales y secundarias destinadas casi exclusivamente a recuperar recursos o robárselos a los malos para poder aguantar un poco más en nuestra obstinada lucha contra las legiones de Zuev. Es una guerra sucia, muy compleja y en la que cada bala cuenta, para bien y para mal. Al no tener soporte ni ayuda que nos sustente, un disparo puede dejarnos en la cuneta y arrebatarnos a un buen agente, por lo que a veces habrá que correr riesgos. Cada batalla, tiroteo y encargo tiene un peso fundamental en el corto plazo, y aunque pueda ser el último día de servicio de uno de nuestros agentes, creednos que el sacrificio no será en vano si planteamos bien nuestra partida.

Un mundo de corrupción dentro y fuera de la comisaría

Rebel Cops es un juego que nos castigará por cada buena acción que hagamos, y que nos pondrá al límite. Como si fuésemos los protagonistas de una película de policías de los años ochenta o noventa -de hecho, el título se ambienta en esta última década-, deberemos combatir contra la mafia que ha infestado el pueblo. Cada escenario diseñado para las misiones está muy bien ambientado y planteado de forma isométrica, en un estilo similar, aunque más detallado, a los vistos en This is the Police 2. Tendremos que responder por turnos a los desafíos que se nos planteen en el juego, que podrán ser desde tener robos en pequeñas sucursales bancarias a asaltar con nocturnidad y alevosía almacenes llenos de drogas y armas. Como capitanes de un grupo de policías rebeldes que siguen teniendo algo de amor propio y moralidad en su interior, deberemos impartir justicia, siendo consecuentes con nuestras acciones.

Nuestra escuadra de fieles irá ganando experiencia y aumentando sus habilidades, algo que nos ayudará en el combate, permitiéndonos mejorar su puntería, su rendimiento o incluso su rango de acción, un factor que nos puede ayudar mucho sobre todo si tenemos en cuenta que hablamos de un juego estratégico por turnos. Aunque combatir el crimen es algo duro, sucio y que teniendo en cuenta las circunstancias puede acabar con la muerte de nuestro rival, el título de THQ Nordic juega con nosotros permitiéndonos el uso de ciertas acciones no letales, como el arresto o la posibilidad de dejar inconscientes a los criminales con un golpe de nuestra porra o el taser. Esto, que puede parecer una mera característica opcional, pronto se convierte en una especie de expresión del propio sentir del juego.

Como os decíamos, tenemos recursos limitados, y cada bala cuenta. En casi cualquier otro juego podríamos desperdiciar balas contra los criminales que se nos crucen por el camino, porque siempre volvemos a la comisaría y al polvorín y nos nutrimos de munición. Rebel Cops nos propone otro planteamiento, y la gestión de recursos es vital. A veces es mejor usar el sigilo y dejar inconsciente a alguien que matarlo, e incluso, en determinadas misiones, el título nos invitará a ello a través de objetivos adicionales. ¿Hay dinero para comprar armas o equipos? Claro, lo hay, y podemos acceder a mejores armas, objetos y enseres vitales mediante un puñado de dólares en el mercado negro, pero os advertimos: son bienes preciados y muy caros.

También tenemos que luchar contra la opinión pública. Imaginad que vivís en un pueblo lleno de villanos que controlan el periódico, la tele local y las pocas emisoras de radio. Y en el que la policía, al menos de cara a la galería, es bastante tibia con el crimen. ¿Cómo se vería que unos agentes de la ley disparan a matar y entran pasándose por la quilla a una banda de matones de poca monta? Como una acción peligrosa y perfecta para ser considerada como brutalidad policial. La percepción pública influye en los recursos y en el precio de los mismos, así como en el apoyo general de Ripton, por lo que hay que combatir sin descanso contra las mafias, sí, pero manteniendo una cierta brújula moral que nos ampare por el bien de nuestra misión. Aunque la gestión se ha disminuido mucho en comparación a This is the Police -no hay reclutamiento, no hay gestión-, este elemento de relaciones con el pueblo nos ha gustado mucho, ya que Weappy Studio se vuelca en general en la acción, planteándonos una serie de misiones que aunque son cortas y muy lineales, se hacen muy amenas.

No esperéis una gestión profunda ni clases o roles definidos para cada policía. Es el equipo el que marca su función o papel en el combate, ya que todos los agentes son iguales. La única diferencia, como os comentábamos, es su propia evolución y experiencia, y el tipo de arma o equipo que porten. A veces nos veremos obligados a elegir con mucha presión, decidiendo si equipar a nuestros mejores agentes con un chaleco antibalas o darles esa protección a los menos experimentados para que así tengan una oportunidad de vivir en un tiroteo. Cada nivel es un aventura por sí solo, y aunque son muy pequeños y condensados -la extensión de cada diorama virtual no es muy allá-, podemos elegir rutas y distintas tácticas a la hora de afrontar nuestras tareas.

Debemos prestar atención al entorno, eligiendo bien las rutas, las distancias y las coberturas -un elemento que nos podrá salvar la vida e incluso ocultarnos si queremos ser sigilosos-, y aunque la inteligencia artificial no es nada del otro mundo -de hecho, incluso en los niveles de dificultad más alto se nos antoja torpe e inquisitiva-, un error puede costarnos caro. Es quizás uno de los mayores puntos negros del videojuego, pues a veces podemos plantear con mucho ahínco una misión, ejecutarla a la perfección y sentirnos satisfechos, pero podemos repetirla, ser algo más alocados y caóticos y terminarla de igual manera con honores. El título nos hace algunas trampas, con movimientos que no esperamos gracias a la inclusión de algunos scripts por parte de los criminales -como una llamada a refuerzos o la aparición de algún matón más fuerte de lo normal- que cambian el devenir de la partida, pero la gran mayoría de las misiones pueden superarse sin demasiados problemas si tenéis experiencia en el género.

Sabemos que es el ejemplo recurrente y que ya lo hemos recalcado el comienzo del análisis, pero consideramos que este Rebel Cops es una especie de XCOM simple y minimalista, que recoge el guante de This is the Police 2 y lo potencia con algo más de detalle en el combate. Sin embargo, y aunque la tensión es constante -repetimos, cada bala cuenta- y la gestión de recursos y el manejo de la opinión pública marca el precio al que podemos conseguir cada equipo, se nos antoja todo un poco simple. Sí, hemos vivido situaciones increíbles -como una vez que dejaron herido a un compañero y tuvimos que arrastrarlo a hombros entre fuego enemigo para llevarlo a un agente que portaba un botiquín para así curarlo-, pero no vemos un reto suficiente para los más veteranos en el género, que tomarán al juego como una especie de anécdota. A este punto en su contra debéis sumarle que es un título corto -aunque sale a precio reducido-, que podréis completar en unas ocho horas.

Un juego con personalidad en lo artístico

THQ Nordic y Weappy Studios dieron con la clave a nivel audiovisual con This is the Police. De hecho, se trata de una saga con personalidad, que ofrece unos diseños para personajes muy simples y minimalistas, pero que son capaces de narrarnos unos hechos duros propios del género policiaco más turbio y severo. Aquí vuelven a tirar de él, aunque suben en detalle y complejidad, tanto en las animaciones como en el diseño de los protagonistas o los mapas isométricos en 3D, que aumentan en detalle con respecto a la secuela. De hecho hemos notado un ímprobo esfuerzo por mantener ese halo de producción cinematográfica al estilo de la reciente Tres anuncios a las afueras o las clásicas cintas de Arma letal, con escenarios urbanos, almacenes, intrincadas instalaciones y tiroteos callejeros, o la propia serie de televisión de Fargo. El sonido, sin ir más lejos, aboga por saxofones y melodías que, si tenéis el oído un poco entrenado, relacionaréis con el género policiaco a las primeras de cambio.

En términos de interfaz apreciamos un refinamiento con respecto a las anteriores obras del estudio. No es que existan demasiadas diferencias, pero si vemos los menús y los textos más claros, fáciles de entender, aunque nosotros nos hemos encontrado con algún que otro momento de desconcierto manejando a nuestras tropas con un mando de PlayStation 4. A veces, acciones como abrir una puerta o ventana o incluso curar a un compañero que está al lado, necesita de un menú contextual que únicamente se abre cuando posamos el cursor de forma milimétrica y muy exacta. No es algo especialmente grave, pero sí puede llegar a desesperar porque en algunas circunstancias el margen para activarlos es muy reducido. Rebel Cops está traducido al español a nivel de textos.

Conclusiones finales

Rebel Cops es un entretenido spin-off de This is the Police que recoge elementos del género táctico por turnos y lo adereza con un par de ideas muy interesantes, como el hecho de que seamos un grupo de policías rebeldes en un cuerpo corrupto y a merced de las mafias. Corto y directo, enfocado a la acción y el combate, es un juego corto, que puede ofrecer poco para el aficionado más experimentado en estas lindes, pero que conquista a poco que nos gustasen los anteriores títulos del estudio. Con un estilo artístico destacable y un contexto muy cinematográfico, es un juego más pequeño en extensión y ambición que This is the Police pero igualmente divertido.

Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código proporcionado por Dead Good Media.