Análisis de Okami HD (PS4, Xbox One, PC)

Si decimos que Ōkami es uno de los mejores juegos de Hideki Kamiya quizás suene exagerado, pero no lo es. Todo un logro para el currículum del director de clásicos como Resident Evil 2, Devil May Cry, Viewtiful Joe, The Wonderful 101 o Bayonetta. Lanzado originalmente en plena despedida de PlayStation 2, en 2006 -2007 en Europa-, este cuento folclórico japonés se convirtió inmediatamente en un clásico de los 128 bits.

Quizás las ventas nunca han acompañado a la licencia, no al menos para lo que merece, pero hay que reconocer que Capcom se ha esforzado en varias ocasiones por dar más visibilidad a la aventura de Amaterasu, ya sea con la secuela de Nintendo DS Ōkamiden, una adaptación a Wii, una remasterización en PlayStation 3 y diverso material de merchandising que ocasionalmente se pone a la venta. Capcom sabe que es un juego muy querido y bien valorado por los fans.

Tras remasterizar con éxito de ventas casi la totalidad de los Resident Evil principales –más con el remake de Resident Evil 2 en marcha-, la editora no ha dudado en explicar en alguna ocasión que continuará explorando más relanzamientos clásicos. Lo hará con Devil May Cry –otra vez-, y ahora nos llega Ōkami a PlayStation 4, Xbox One y PC, nueva versión con muy pocas novedades pero, al menos, otra oportunidad para disfrutar de él en más plataformas.

Una pintura en movimiento

Ōkami ha sido analizado en tres ocasiones -PS2, Wii, PS3- y os recomendamos leer los artículos para más información, pero resumiremos brevemente en qué consiste esta joya del extinto Clover Studio.

No se trata de un RPG, sino de una aventura de acción que ha sido comparado en no pocas ocasiones con la saga The Legend of Zelda. Está protagonizado por la Diosa del Sol, que ha tomado forma de lobo blanco. Es un juego bastante libre en apariencia, no hasta el punto sandbox, en el que vamos desbloqueando nuevas zonas según resolvemos encargos de personajes, puzles y algunos desafíos de combates. En el fondo es un juego lineal, pero hay muchísimo por ver y hacer en cualquier momento, y es que el juego es enorme una vez empezamos a descubrir nuevas áreas que sirven de mazmorra y todas las misiones opcionales que nos recompensan con mejoras en nuestros parámetros básicos.

Una de sus características principales es el uso de un pincel mágico. En cualquier momento se pausa la acción para trazar una línea con el pincel, y según la forma, activaremos un efecto u otro. Comenzamos con uno que restaura objetos –puentes, cuerdas…-, otro que causa cortes –partir objetos y enemigos- e incluso pintar el sol. Según progresamos habrá nuevas habilidades que resuelven puzles imposibles de superar de otra manera, por ejemplo causar una brisa de viento, o para facilitar los combates –provocar fuego-. De esta manera, a veces, podrás regresar a zonas pasadas e interactuar con el escenario de forma que antes no podías.

A lo largo del recorrido nos enfrentaremos a diferentes espíritus demoníacos. Quizás el sistema de combate no sea muy sorprendente, no al menos viniendo del creador de DMC o Bayonetta, pero son luchas rápidas que no aburren. Además de los golpes básicos disponemos del pincel, que será útil para causar efectos mágicos o realizar el golpe de gracia –un corte-. Un sistema de puntuación nos recompensará en cada enfrentamiento con dinero para adquirir ítems curativos, armas y otros objetos, e incluso aprender nuevas técnicas en unos templos dispersos por el mapa.

Definir qué es lo que hace tan bueno a Ōkami es complicado, pero destacaríamos que como aventura global es casi perfecta. Casi, porque es un juego tan amplio –pasarás fácilmente de las 60 horas- que es fácil que en algún momento pierda algo de ritmo. No es un problema de historia, que se divide en tres grandes bloques, sino de un arranque que se puede hacer un poco lento –a veces los diálogos pecan de ser demasiado largos-. Os pedimos paciencia, porque superadas las 5-10 primeras horas te será muy difícil dejar el mando.

No obstante, Ōkami sabe remontar rápidamente con nuevas zonas –cuevas, aldeas, palacios…- y siempre estamos descubriendo o haciendo algo nuevo. Cuando termines, echarás la vista atrás a todas las historias, subramas y personajes que has conocido, y será imposible olvidar este viaje. Pocas aventuras de esta extensión nos mantendrán con interés hasta el final.

No queremos incidir mucho en su apartado artístico porque Ōkami es mucho más que una fachada bonita, pero es obvio que el juego permanecerá asociado a un estilo gráfico muy determinado, un trazo de pincel con líneas inestables que encaja muy bien con la ambientación de la historia y la música. Música, por cierto, también de inspiración muy nipona, con intensos tambores para las luchas y melodías más tranquilas durante la exploración.

La remasterización

Un apartado con pocas novedades, ya que el mayor salto gráfico –resolución- lo vimos con PlayStation 3. Ahora es posible jugar en 4K –PS4 Pro, Xbox One X o PC-, pero no es algo que añada más detalle a una imagen tan limpia, de ahí que hay muy pocos incentivos para su compra respecto a PS3, e incluso Wii si el tema visual no es nuestra obsesión. Eso sí, mantiene los 30fps en todas sus versiones.

Trae pequeños cambios respecto a las anteriores versiones, aunque ninguno relevante. Se puede elegir el formato 4:3 de PS2, que muestra bandas negras en los laterales. No ofrece ninguna ventaja y no lo recomendamos: Ōkami merece lucir en formato panorámico.

También rescatado de PS2 –y eliminado en posteriores conversiones- está el minijuego de la pantalla de carga, que recompensaba con algunos ítems extra. Curioso como extra opcional, pero tampoco es aconsejable; en las plataformas actuales los tiempos de carga son breves y no hay ninguna razón para entretener al usuario con ellas, así que nos parece bien que por defecto estén desactivadas.

Es una remasterización que cumple con su cometido, al igual que hizo la de PS3. Más que criticar sus fallos, sí podemos decir que se queda un poco corta para lo que podría haber sido: una versión indispensable para fans. La ausencia más importante es que nuevamente llega sin traducción, una oportunidad perdida para marcar distancias respecto al resto de versiones. Es necesario conocer el idioma para disfrutar de su densa historia y saber nuestro próximo objetivo en cada misión; el lenguaje no es complicado pero conviene estar acostumbrado a su lectura.

Igualmente se podría haber aprovechado para incluir una remasterización de Ōkamiden, nuevos desbloqueables de algún tipo –comentarios de equipo, etc.-, mantener control opcional por movimientos –con Move o Kinect-, aprovechar el panel táctil del DualShock 4 para dibujar o, siendo excesivamente optimistas, poner voces a los personajes –el juego utiliza un murmullo cuando hablan que resulta un poco incómodo durante largas charlas, os aconsejamos bajar su barra de volumen-. En definitiva, una remasterización correcta que podría dar más de sí.

Conclusiones

Ningún aficionado a las aventuras debería perderse Ōkami. Ambicioso, con personalidad, una historia entrañable y redondo en lo audiovisual. Un lanzamiento que sólo podía hacer una Capcom en estado de gracia.

Si lo has jugado recientemente –en especial con su adaptación a PS3-, no presenta grandes novedades y es difícil argumentar que merece otra compra, pero creemos que un juego así merece aparecer en más plataformas actuales. ¿Quién sabe si el Ōkami HD logrará dar luz verde a ese Ōkami 2 que Kamiya tiene en la cabeza?

Hemos realizado este análisis en su versión PS4 con una copia que nos ha proporcionado Koch Media.