Análisis de Gal Gun 2 (PS4, PC, Switch)
Algún día habrá que tratar en serio la doble moral de los sistemas de clasificación con respecto al tema de la violencia explícita, donde hay manga ancha, y el sexo o el erotismo, mucho más restringido. Aunque es verdad que existen algunos juegos que bordean el mal gusto, no es ese el caso de Gal Gun 2, un juego bastante tontorrón y desde luego de lo más fuerte que ha pasado por consolas, pero que ha sido rechazado en Alemania.
Esta secuela de una saga abiertamente dedicada al fan service sigue los pasos de sus predecesores –Gal Gun, Gal Gun Double Peace y Gal Gun VR- con una delirante historia protagonizada por un joven que encuentra una extraña aplicación en su móvil: ha sido seleccionado para erradicar los demonios que están alterando la vida en el instituto. Nuestras herramientas para tan importante tarea son una especie de casco de realidad virtual y la pistola de feromonas, capaz de neutralizar a las eufóricas chicas –escolares e incluso profesoras- que se sentirán ciegamente atraídas hacia nosotros.
Gal Gun 2 es sencillamente un juego de disparos sobre raíles, es decir, parecido a aquellas máquinas tan populares de pistola en arcades –Time Crisis, Virtua Cop, House of the Dead- donde no desplazamos al personaje por el escenario como si fuera un FPS -first person shooter-.
Sí podrás mover la cámara desde tu posición estática, porque las chicas aparecerán desde cualquier ángulo y en algunas situaciones el protagonista quedará parapetado detrás de un objeto, pudiendo sacar un poco la cabeza para apuntar, pero eso es todo.
La jugabilidad consiste generalmente en limpiar la zona de las apasionadas compañeras con nuestra pistola de feromonas; si aciertas en su punto débil, que es alguna parte de su cuerpo, quedarán extasiadas automáticamente –equivale a un headshot-. Después pasaremos a otra localización, y en ocasiones incluso aparece más de una opción a elegir, haciendo el recorrido un poco diferente –si no mucho, al menos cambia el lugar de disparo-.
Al acoso físico de las chicas se suma una especie de proyectil, que como viene siendo habitual en la saga, son frases en japonés con aspecto "físico", lo que significa que debemos disparar a los caracteres antes del impacto. Hay jóvenes poseídas por unos pequeños demonios que son más resistentes, y antes de acabar con ellas debemos disparar a esas criaturas que llevan sobre los hombros o la cabeza. En ese momento puedes usar una especie de aspiradora para atrapar a los demonios e impedir que controlen a otras chicas.
La verdad es que Gal Gun 2 podría ser un juego más destacable con un periférico de precisión como las viejas pistolas, pero el uso del pad le resta mucha diversión y complejidad. Esto no ha cambiado respecto al análisis de, por ejemplo, Double Peace, y si has disfrutado de aquel juego no deberías tener problema en hacerlo con Gal Gun 2.
Sin embargo, sí hay algunas pequeñas diferencias en el desarrollo respecto a pasados juegos, entre ellos que se ha potenciado un poco más el aspecto de romance y simulación, es menos arcade o lineal en su historia. Podemos repetir las misiones para conseguir mejores récords y aceptar encargos, pero también existe un límite de días para nuestra cuota de demonios cazados. Cada día podemos participar en una cantidad límite de misiones opcionales que nos proporcionan puntos necesarios para desbloquear las de historia.
A medida que avanzamos también obtenemos diversos regalos con los que agasajar a las chicas del juego –a cualquiera de las que nos enfrentamos durante la partida-. Esto abre la posibilidad de citas y algunos minijuegos con las jóvenes posando mientras "exorcizamos" sus demonios internos con nuestra pistola, girando a su alrededor. Este aspecto es sin duda el más incómodo frente a la pantalla, pero los jugadores de Gal Gun y ciertos JRPG ya habrán visto estas situaciones muy similares en el pasado, a veces tocando la pantalla de una portátil.
Luego potenciando las relaciones con las dos chicas principales podremos acceder a más finales, así que en el fondo no deja de ser un shooter donde disparamos con un cursor, pero ahora es menos lineal y también el contenido es mayor, fácilmente triplica la duración del primer Gal Gun, más la posibilidad de repetir para ver nuevos finales.
Respecto a los gráficos, las imágenes hablan por sí solas. Tiene una estética anime y en PS4 funciona a 60 imágenes por segundo, pero está muy lejos de ser un portento técnico. Los escenarios, además de vacíos y sin interacción, son bastante pequeños. Durante la partida nuestro personaje da unas vueltas por la zona –sube y baja escaleras, da vueltas en un gimnasio, etc.- pero dentro de una misma misión no hay más variedad. Sorprende que como shooter sea menos ambicioso que algunas recreativas de los 90.
Nos llega con voces en japonés y textos en inglés. La música es olvidable y lo que vamos a escuchar durante los tiroteos son los gritos eufóricos de las estudiantes, casi gemidos.
Conclusiones
Si lo comparaos con anteriores entregas, es cierto que Gal Gun 2 presenta algunas mejoras y no debería decepcionar a sus fans. Tampoco hay ninguna sorpresa y arrastra limitaciones técnicas pero sobre todo de control, puesto que jugar a un título "de pistola" con palanca es la solución menos mala, pero no la idónea ni la más divertida. Las misiones de protección, por ejemplo, se hacen más engorrosas de lo que deberían.
Ahora bien, tampoco es un juego terrible ni realmente merece ninguna prohibición en el mercado. Incluso en las situaciones menos afortunadas, no pasa del punto picante y humor absurdo que puedes encontrar en otros medios japoneses, como el manga y el anime. Gal Gun 2 tiene problemas más importantes que su temática.
Hemos realizado este análisis en PS4 Pro con un código que nos ha proporcionado Meridiem Games.