Análisis Dangerous Driving, el sucesor espiritual de Burnout (PS4, Xbox One, PC)
No podemos empezar este texto sin reconocerle a Three Fields Entertainment el mérito de su viaje. Fiona Sperry y Alex Ward, los padres de Criterion y de la saga Burnout, abandonaron el estudio después de que Electronic Arts cancelase Project EA - Epic Adventure, un título diferente a Beyond Cars, también cancelado.
Videoanálisis
Entonces, fundaron un nuevo estudio, Three Fields Entertainment, con el objetivo de crear un nuevo Burnout. Para autofinanciarse hicieron multitud de proyectos menores, incluyendo varios que recuperaban las bases del modo Crash de esta saga.
Finalmente, el sucesor de uno de los mejores arcades de la historia llega a nuestras consolas y ordenadores; eso sí, algo lastrado por el presupuesto.
La senda que no siguieron
Dangerous Driving es un arcade de conducción donde correr en dirección contraria, cerca del tráfico, derrapando y haciendo que nuestros rivales se choquen serán la clave del éxito. Sigue así muy de cerca el camino marcado por Burnout 3: Takedown, algo bastante importante. En cierto modo, hace como si la cuarta entrega no hubiese existido, y toma un rumbo ligeramente diferente.
En lugar de continuar con las características que éste introdujo –como el poder impactar contra el tráfico que corría en nuestra dirección–, vuelve a la fórmula de la tercera parte y le añade un nuevo giro: los coches que reciban un takedown permanecerán en la carretera, por lo que nuestra manera de conseguir turbo también irá añadiendo nuevos obstáculos a la siguiente vuelta, con el peligro adicional que ello conlleva. Es un pequeño detalle que, sin revolucionar la fórmula, le da un toque de personalidad.
Por lo demás, Dangerous Driving reúne nueve pruebas; algunas ya conocidas y otras nuevas. Carreras tradicionales, grandes premios compuestos por varias carreras, intentar conseguir el máximo número de takedowns, contrarrelojes, persecuciones policiales, carreras uno contra uno, carreras de supervivencia… Además, inspirada por Burnout 2, se introduce una en la que tenemos que enlazar Burnouts –gastar la barra del turbo de una vez para que se rellene de nuevo automáticamente–, ahora llamados Heatwaves, y que nos invita a completar una carrera sin takedows para intentar alcanzar la mayor velocidad posible.
La verdad es que tenemos una muy buena cantidad de desafíos, bastante variados entre sí. Es cierto que la primera mitad del juego puede ser algo sencilla y algunas carreras pueden ser poco emocionantes, ya sea porque los rivales nos esperan o porque los adelantamos y no son capaces de alcanzarnos. La segunda mitad es mucho más emocionante y exigente.
El modo principal cuenta con casi 70 pruebas, divididas por categorías de coches. Ir progresando nos permite conseguir nuevos vehículos y nuevas pruebas, como os podéis imaginar. Además, cada una puede completarse con medallas de bronce, plata u oro, además de una secreta de platino que implicará hacerlo excelentemente bien.
La curva donde patina
Dangerous Driving, en general, consigue transmitirnos las sensaciones que recordábamos de Burnout, pero es innegable que tiene algunos problemas notables. El principal es la física de los coches y la conducción, poco pulida, además de algún que otro bug. No es raro que nuestro coche vuele o haga algún movimiento extraño, o que no sepamos cómo va a reaccionar al impactar contra un guardarraíl.
En Burnout, siempre que no fuésemos demasiado de frente, nuestro coche se pegaba al guardarraíl al coger una curva, a costa de perder velocidad. Aquí puede que pase eso, o también puede que nuestro coche salga rebotado sin razón aparente. Esto se acentúa, curiosamente, al inicio del juego con los coches más lentos. También echamos de menos esas batallas encarnizadas en las que intercambiábamos pintura con los rivales hasta que uno se llevaba el takedown. Ahora es casi imposible mantener esos rifirrafes, ya que los coches no intentan forcejear contigo y, o bien se alejan, o bien reciben el takedown al impactar contigo.
Pueden parecer pequeñeces, pero son parte de la esencia de la saga en la que se inspira, y se nota en el resultado final. El manejo tampoco es el mejor. Te acostumbras y se juega bien, y los coches responden con precisión cuando lo necesitas, pero no hay grandes diferencias entre los diferentes tipos de vehículos, y los derrapes –algo fundamental– no nos terminan de convencer.
La luz en el silencio
Dangerous Driving, al igual que sus predecesores, se ve bastante bien. Es muy vistoso, gracias a su iluminación y sus efectos de distorsión. En detalle, sus carencias se hacen obvias, pero en movimiento podría pasar por un juego de alto presupuesto. Tiene detalles cuidados, como la destrucción de los coches –que, en según qué pruebas mantienen los daños que reciben– o los efectos de partículas, que suman del cara al conjunto final.
Aunque son bastante sencillos, contamos con una decente cantidad de entornos –siete diferentes– con algunas variantes, todos inspirados por entornos naturales estadounidenses, incluyendo bosques, montañas nevadas, cañones o lagos. De igual modo, tenemos seis categorías de coches, con un total de 27 vehículos y, como podéis imaginar, no faltarán los inspirados por la Fórmula 1.
Es curioso, eso sí, que las carreras se desarrollan en absoluto silencio, a excepción de los efectos de sonido. El juego tiene música para los menús, pero no para las carreras. Las razones son obvias: falta de presupuesto. Es normal que hayan preferido gastar el dinero que habría supuesto adquirir los derechos de esa música en hacer nuevas pistas o coches. La alternativa ha sido integrar Spotify en el juego. Necesitas una cuenta Premium, pero tras vincularla puedes escuchar tu música e incluso controlarla con la cruceta. Y sí, jugar a Dangerous Driving con la banda sonora de Burnout 3: Takedown es otro mundo.
El camino del caos
Nos encanta que Three Fields Entertainment haya conseguido llegar hasta aquí y haya conseguido completar su misión: ofrecernos un sucesor espiritual de Burnout. Se nota que el presupuesto ha sido muy limitado, sobre todo en cosas como la falta de música, pero a la hora de jugar nos lo hemos pasado bien. Es una pena que no se haya profundizado más en pulir las físicas y la conducción, algo que habría hecho que saliese un juego más redondo.
En este caso, sabemos que el estudio va a seguir apoyando el juego, y ya hay anunciada una actualización que se lanzará durante el primer mes y que incluirá el modo multijugador online. Esperemos que aprovechen esa actualización para mejorar esos apartados que comentamos. Aun así, si eres un hardcore fan de Burnout, creemos que lo vas a disfrutar mucho.
Hemos realizado este análisis en Xbox One X con un código de descarga proporcionado por Tara Bruno PR.