Análisis de H1Z1 (PC)
Muchos de vosotros, sobre todo si jugáis de forma habitual en PC, conoceréis, aunque sea de oídas, H1Z1, un título que se publicó en la plataforma de Acceso anticipado de Steam en 2015 y que ha tenido que esperar tres largos años hasta que, por fin, ha salido de forma definitiva en PC, adoptando un modelo free to play desde hoy 8 de marzo.
El juego ha dejado atrás un proceso enorme de transformación que le ha llevado por un camino que comenzó siendo un título de supervivencia en un mundo de zombis al más puro estilo DayZ y que lo ha teminado convirtiéndose en un Battle Royale de moderado éxito que logra sobrevivir al empuje de títulos más modernos en su género como PlayerUnknown's Battlegrounds o Fortnite Battle Royale.
Un Battle Royale desenfadado y muy divertido
El género de los Battle Royale ha explotado durante los últimos meses y ha demostrado tener cabida para todo tipo de juegos, desde los que buscan la simulación más pura como los mod Battle Royale de Arma, hasta los que apuestan por una vertiente más desenfadada y divertida del género como podría ser este H1Z1.
Como viene siendo habitual, el objetivo del juego será lograr ser los únicos supervivientes de la partida, arrojándonos en cierto punto del mapa para recolectar armamento y utensilios, avanzar hacia las zonas seguras marcadas por un círculo verde y eliminar a todos los enemigos que nos encontremos por el camino.
En los tiempos que corren, vamos a asumir que ya la mayoría de vosotros conocéis estas mecánicas básicas de los Battle Royale aunque, por si aún queda alguien que sea ajeno a este tipo de títulos podéis encontrar una descripción más detallada de sus pormenores en nuestras impresiones del propio H1Z1. Con esto en mente vamos a ir detallando lo que hace a H1Z1 diferente de otros juegos, enumerando algunas de sus bondades y también de sus defectos para que tengáis claro en qué tipo de juego se ha convertido esta obra de DayBreak.
Una de las cosas que más nos llamó la atención al volver a H1Z1 después de estar varios meses sin jugar es que, en esta versión final, podremos escoger el sector en el que caeremos antes de comenzar la partida.
Recordad que, antaño, la zona de caída era completamente aleatoria y lo único que podíamos hacer era dirigirnos al punto en el que más nos convenía aterrizar.
Ahora este sector puede escogerse desde la pantalla de espera de la partida y además, mientras escogemos dónde vamos a aterrizar, en el mapa se nos indican las zonas donde más jugadores van a caer, permitiéndonos tirarnos sobre ellas si buscamos una partida de acción rápida o escoger un sector más calmado si preferimos optar por el sigilo y dejar la acción para la parte final de la partida.
Ritmo, ritmo
Un factor que hace que las partidas de H1Z1 tengan un corte más arcade, más frenético, es el ritmo que impone el propio juego a la hora de cerrar las zonas seguras, de expandir ese gas mortal del que deberemos de huir mientras nos enfrentamos con otros jugadores.
A los pocos segundos de aterrizar H1Z1 nos mostrará la zona segura y automáticamente tendremos 2 minutos y 15 segundos para terminar de recolectar el equipo necesario e irnos hacia esa zona a toda prisa, sobre todo si hemos caído en un punto bastante lejano de la misma ya que el gas se extiende tan rápido que si nos dormimos en los laureles no llegaremos a ponernos a salvo.
Este tiempo se va haciendo más breve a medida que avanzan las rondas, pasando a 2 minutos, 1 minuto y 20 segundos, etc. para aumentar el ritmo de la partida y así propiciar los encuentros entre jugadores, dándonos, de paso una sensación de prisa y de cierta ansiedad por movernos que nos han resultado bastante satisfactorias.
Además, a cada ronda que pasa, ese maldito gas verde que tanto nos incomoda se hace más letal, quitándonos muy poca vida en la primera ronda (intentando dar una oportunidad a todos aquellos que hayan tenido la mala suerte de caer lejos), pero empezando a "doler" bastante a partir de la segunda, siendo completamente letal en la parte final de las partidas.
Estos dos factores, como decimos, aumentan bastante el ritmo de la partida y, de paso, evitan largas esperas, momentos de aburrimiento y reducen a su manera la proliferación de jugadores camperos que en otros Battle Royale se tiran minutos y minutos esperando, arrinconados en un punto fijo con su rifle francotirador hasta que ven aparecer a un rival.
Mecánica de disparos sencilla, munición y armas por doquier
Otro de los aspectos por los que podemos decir de forma clara que estamos ante un juego de corte arcade es su mecánica de disparos sencilla, con diferencias en el poder de las armas, pero sin grandes añadidos como una caída de bala realista u otros aspectos que buscan títulos que apuestan más por ofrecernos una propuesta más cercana a la simulación.
También notaremos cómo a la hora buscar equipamiento nos encontraremos con facilidad con un montón de armas, munición por doquier y otros elementos como cócteles molotov, vendas, botiquines y un largo etcétera.
Esto hace que, una vez más, el objetivo de los jugadores sea huir del gas tóxico y matar a sus rivales, sin necesidad de estar demasiados minutos recolectando equipamiento ni buscando de forma desesperada una mirilla o munición para poder abordar con posibilidades la partida.
La única parte negativa en este sentido es que gracias a esta gran cantidad de loot u objetos que nos encontramos de forma bastante sencilla, hacen que una de las características más interesantes que tenía H1Z1, que era la fabricación de objetos como flechas explosivas, pierda toda su importancia.
Auto Royale, un añadido divertido y loco que le da un aire diferente
Junto al lanzamiento definitivo del juego, Daybreak ha estrenado en H1Z1, de momento en forma de beta, un nuevo modo llamado Auto Royale con el que pretenden darle un nuevo giro de tuerca a un género que está ansioso por recibir nuevas ideas.
Este modo se centrará en la acción sobre vehículos, poniendo a equipos de cuatro jugadores en un Hammer o turismo del que no se podrán bajar para enfrentarlos entre sí con la misma premisa que en el modo normal: huir del gas tóxico y eliminar al resto de los equipos para ganar la partida siendo los únicos supervivientes.
Aquí Daybreak ha decidido dar rienda suelta a la imaginación ofreciéndonos una fórmula que parece beber de Carmaggedon o de otros juegos de batallas entre coches, pudiendo activar diferentes poderes que iremos recolectando por todo el mapa como nitros, saltos para nuestro coche, regeneradores de vida y un largo etcétera de objetos que nos serán muy útiles a la hora de enfrentarnos con el resto de vehículos enemigos.
Se trata de un modo que aún debe de mejorar ciertos aspectos porque, al menos de momento, tiene varios bugs relacionados con las físicas de los vehículos que realizan algunos movimientos extraños, se quedan atascados en zonas que no deberían y otros fallos típicos de un modo en beta.
En líneas generales, nos hemos divertido bastante con este nuevo modo, disfrutando de su acción a raudales tanto como cuando nos ha tocado conducir, como cuando hemos ido como pasajeros encargándonos de disparar a todo aquel que se nos ponga por delante para acabar con su mísera existencia.
Unos gráficos normales pero bien optimizados
Uno de los dramas que vivió H1Z1 durante sus primeros meses de vida y que suelen compartir la mayoría de los títulos que pasan por la plataforma de Acceso anticipado de Steam, eran sus problemas de rendimiento en todo tipo de ordenadores.
Por suerte, en esta versión final H1Z1 parece haberse puesto las pilas y quitando los pequeños bugs que nos hemos encontrado en el modo Auto Royale y que en ocasiones no podíamos escoger la zona de caída en el modo normal. Por lo demás, el juego se ha mostrado bastante sólido al menos en nuestro equipo con un Intel i7 7700K, NVIDIA GeForce GTX 1070 Ti, 16GB de RAM, Windows 10 64 y disco duro SSD.
A 1080p, con todo en alto y en todo momento pudimos disfrutar de más de 100 fps sin bajones significativos, algo que no podría ser de otra manera porque, H1Z1 es un juego que no destaca por sus gráficos, ofreciéndonos una experiencia correcta a nivel visual pero que se queda lejos de todo lo que puede ofrecer un juego en 2018.
A nivel sonoro el juego tampoco destaca y simplemente cumple con todo lo que se le exige. La librería de sonidos es un tanto básica y la música un tanto monótona pero la localización espacial de todos los sonidos como pisadas o disparos, esencial en este tipo de títulos, es buena y cumple con su función.
Conclusión
H1Z1 es un juego que ha madurado muy bien durante sus últimos meses de vida antes de salir en su versión final al mercado, siendo a día de hoy una experiencia sólida y muy divertida convirtiéndose, tal y como ya remarcamos en nuestras impresiones, en un Battle Royale ideal para todos los que quieran adentrarse en el género o los que no quieran complicarse la vida con propuestas un tanto más exigentes como Fortnite Battle Royale o PUBG.
La otra cara de la moneda la encontramos en que, como decimos, es un juego radicalmente distinto a lo que compramos (entre ellos el que os escribe) cuando salió a la venta en 2015, recordándonos que apostar por un juego en su acceso anticipado no siempre tiene garantías. En mi caso (disculpad que utilice la primera persona durante una frase) el cambio, la mutación del juego no me ha importado, pero, ¿qué hay de al que sí lo ha hecho?
Otra parte negativa es que tantos años en la plataforma de Acceso anticipado han provocado que pierda fuelle en su base de jugadores y que, a nivel gráfico, se quede bastante atrás de otras experiencias que podemos ver en este 2018.
H1Z1 es un buen juego para empezar, un título free to play divertido con el que podremos desconectar, pasar un buen rato y disfrutar de unas buenas partidas con nuestros amigos, sobre todo si decidimos probar las locuras de su nuevo modo Auto Royale, lo que no sabemos es si, a día de hoy, con grandes rivales tanto de pago como gratuitos en el mercado, tiene alguna posibilidad de competir contra los mismos.
Hemos realizado este análisis con un código proporcionado por Best Vision PR.