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FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Bungie
Producción: Bungie
ANÁLISIS

Análisis Destiny 2: La forma final - La mejor expansión del shooter MMO es épica, emotiva y espectacular (PC, PS5, Xbox Series X/S, PS4, Xbox One)

Bungie pone punto y final a la historia que lleva contando 10 años con la mejor campaña hasta la fecha, tanto en la historia como en lo jugable y en lo artístico.
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Actualizado: 9:05 26/6/2024
Análisis de versiones PC, PS5, Xbox Series X/S, PS4, Xbox One.

¿Cómo se pone punto y final a una historia que se ha narrado durante una década? ¿Cómo se cierra una era en un MMO que ha mutado varias veces en los últimos diez años? ¿Cómo se prepara un estudio que lleva lustros centrado en un único juego para dar el paso a tener varios títulos como servicio en activo? Así. Tal y como lo ha hecho Bungie. Destiny 2: La forma final es una expansión importantísima para Destiny y para la compañía. Veníamos de la decepción que supuso Destiny 2: Eclipse. Las expectativas eran altas. Bungie las ha alcanzado y las ha superado con la mejor expansión de su MMO de disparos, un contenido adicional que va más allá de ofrecer una de las mejores campañas que hayan ofrecido, en cualquier saga, los creadores de Halo.

El cierre de la saga de la Luz contra la Oscuridad

Esta es la batalla final. Después de descubrir que el Testigo es el responsable último de todos los conflictos a los que nos hemos enfrentado durante diez años, el ser que ha manipulado el universo como si este fuera una marioneta y él un titiritero, llegó el momento de poner fin a sus argucias. De combatir a la Oscuridad empuñando la Luz, pero también ayudándonos de la propia Oscuridad. La batalla se libra ni más ni menos que en el interior del Viajero, ese gigantesco y misterioso orbe, siempre sobre nuestras cabezas, que nos ha concedido la Luz para ser Guardianes. Con esta premisa se construye una campaña intensa, variada, espectacular y nostálgica. Un argumento que se estructura de manera diferente a las anteriores campañas: con cada misión nos adentramos cada vez más en el Débil Corazón, un mapa que, durante la historia, no es un hub desde el que acceder a las misiones, sino que estas nos van llevando de izquierda a derecha, desde el inicio al final del escenario.

Hay mensajes para no agobiar a los nuevos jugadores: Si visitas la Torre durante la campaña, te indica que te centres en la campaña.

En lo jugable, es la mejor campaña que haya ofrecido Destiny. Es cierto que no hay un gran cambio si nos ponemos reduccionistas: hay que matar alienígenas, coger motas, averiguar la manera de quitar escudos de los enemigos… Pero esta vez hacer todo eso es más interesante y divertido que nunca por varios motivos. Los enfrentamientos son muy variados porque además de ofrecer jefes duros y de hacer frente a todos los tipos de enemigos que nos hemos encontrado antes en el Sistema Solar, se añade una facción, los Horrores (el primero de su tipo lo conocimos en la anterior expansión, el Torturador), que hacen más interesantes los combates con las criaturas voladoras que nos ralentizan con sus alaridos o los hechiceros que nos congelan y nos atan temporalmente.

La dificultad está muy bien medida. En las anteriores expansiones, el modo normal era un paseo y el modo leyenda un auténtico reto para los veteranos. Aquí, en normal ya os encontraréis situaciones en las que moriréis un puñado de veces, dejando la mayor dificultad como uno de los varios alicientes que hay para rejugar la campaña. Sin llegar a ser tan intrincados como los de una mazmorra, los puzles son más complejos y variados, aunque hay uno en concreto que se hace pesado y ralentiza un ritmo que, por lo demás, es fantástico: alterna constantemente entre momentos de avance, oleadas, exploración, momentos narrativos y muchas secciones de plataformas. Porque el interior del Viajero es un lugar surrealista, de arquitecturas imposibles, donde los sitios que conocemos se tornan pesadillescos, en los que lo familiar contrasta con lo extraño. Es un entorno diverso y sorprendente que nos lleva, incluso habiendo un indicador que marca la ruta, a buscar el camino que debemos seguir.

A lo largo de la historia y de las misiones secundarias se introducen puzles y mecánicas que, sin innovar, refrescan la experiencia.

El Débil Corazón también es un lugar cargado de narrativa ambiental y de panorámicas sugerentes e inolvidables, un espacio apropiado para el mejor argumento de la historia de Destiny. Bungie tenía muchos hilos que cerrar y ciertos temas que desarrollar, y tras lo que hicieron en Eclipse no estábamos seguros de si lo conseguirían. No solo lo han logrado, sino que en una trama conclusiva, nostálgica y que a la vez mira al futuro profundiza en los personajes como nunca antes (al final, Destiny nunca ha ido de nosotros, sino de quienes nos rodean), desarrollándolos emocionalmente con mucho gusto, dando detalles que apenas se habían rozado sobre elementos fundamentales para este universo. Es una campaña que siempre va a más, tanto en lo que haces como en lo que te cuentan, en las emociones y en lo artístico. Una historia que se desarrolla con más escenas cinematográficas que nunca; están tan trabajadas que dejan muy expuestas las limitaciones del longevo motor gráfico de Bungie para realizar momentos narrativos sin salir de la partida. El cierre es magistral, un momento espectacular que va más allá de la épica necesaria para poner fin a una trama desarrollada durante diez años: nos recuerda qué ha sido lo realmente importante en esta década de Destiny.

Pero hay mucho más. Aunque la campaña se puede completar en unas ocho horas y media jugando tranquilamente, os recomendamos dar un rodeo. La forma final se publicó sin la última misión, a la espera de que alguna escuadra del mundo completara la incursión, para después lanzar esa última batalla. Antes de participar en ella, es buena idea hacer las misiones secundarias que os ofrecen en el Débil Corazón varios personajes, algunos nuevos y otros que vuelven. Durante esas misiones se desarrollan algunos hilos narrativos que quedan colgando en la historia principal y que nos parecen importantes para dar más épica y sentimiento a ese enfrentamiento final. Algunas de ellas tienen momentos jugables inéditos en Destiny, y todas juegan con la nostalgia de una manera que nos ha sorprendido. A esto hay que sumar alguna misión secreta imperdible y un sistema que nos ha encantado: un modo para rejugar las misiones de la campaña en dificultad leyenda pero con nuevas mecánicas y puzles que exigen la cooperación (y la comunicación) de al menos dos jugadores.

En el Pionero elegimos el camino de retos que superar para obtener una recompensa.

La mayor fantasía de poder y una incursión dificilísima

La expansión, por supuesto, va mucho más allá de la campaña. Una vez completada, el Débil Corazón se convierte en un destino al que acudiremos con asiduidad para realizar actividades con las que conseguir recompensas. Además de ser un lugar tan vistoso como inquietante, se ha renovado cómo funciona el sistema de patrullas en este lugar. Hay una actividad constante que tarda en ponerse intensa pero que cuando lo hace es genial, y se ha añadido en esta zona una manera para obtener armas y armaduras que permite a cada jugador elegir los retos o jefes a superar para obtenerlas; por cierto, ese sistema también se ha incluido en las actividades semanales (Asaltos, Gambito y Crisol), algo sobre el papel positivo pero que vuelve a obligar a pasar por modos de juego que no gustan a todos los jugadores para conseguir las recompensas. Esto también provoca que la interfaz y los menús de Destiny sean todavía más complejos y casi incomprensibles para un nuevo jugador.

De igual modo que las expectativas con la campaña eran altas, la incursión en la que nos enfrentaríamos al Testigo tenía que ser inolvidable. Y lo es. Es una experiencia que se puede alargar muchísimas horas por la dificultad para comprender sus mecánicas, pero también porque exige ejecutarlas casi al milímetro. La escuadra de seis jugadores se debe coordinar con la precisión de un reloj suizo mientras combaten a enemigos poderosísimos, realizan puzles y prestan atención a un temporizador siempre amenazante, todo a la vez. Es una de las raids más difíciles, complejas y divertidas, incluyendo Último Deseo.

Las incursiones y otros contenidos de final de juego son más accesibles porque el Poder de la escuadra se empareja con el del líder.

Por suerte, para superarla disponemos de nuevas herramientas. Cada clase tiene nuevas súper, aspectos con los que personalizar sus subclases, se añade equipamiento exótico del objeto de clase por primera vez, hay varias armas exóticas nuevas bastante interesantes, y por supuesto, está la nueva subclase prismática. Básicamente, se trata de una subclase que permite combinar habilidades, granadas y súper de todas las demás, lo que, junto a fragmentos y aspectos que tienen en cuenta las mecánicas de cada subclase, permite crear combinaciones tan demoledoras como divertidas. Por ejemplo, jugando como Hechicero nos acompañaban constantemente dos torretas, una electrificante y otra congelante, lanzábamos fuego por los dedos y no parábamos de recoger cosas por los escenarios que potenciaban nuestros ataques o los recargaban. La pantalla muestra más luces y chisporroteos que la feria del pueblo. La subclase prismática eleva la fantasía de poder que ofrece Destiny, y apostaríamos que será la base sobre la que se construirá el futuro de la saga.

Sobre esto también hay que hablar. En el futuro cercano, ya presente, está el cambio en el desarrollo de la expansión a lo largo del próximo año. El modelo de temporadas se ha sustituido por los episodios. Son tres al año, divididos a su vez en tres actos que se publicarán cada seis semanas. Esos actos añadirán historias, misiones, actividades y recompensas. Pero por lo que hemos visto hasta ahora, no hay mucho cambio, ni a mejor ni a peor, en el tipo de actividades que se ofrecen, aunque sí parecen interesantes, y de nuevo, nostálgicas, en lo narrativo: este primer episodio tratará sobre los ecos que la batalla contra el Testigo ha dejado a lo largo del Sistema Solar, lo que sirve como excusa para traer de vuelta personajes y localizaciones.

En lo visual mezcla lo surrealismo y lo inquietante con lo bello; un contraste también presente en la épica y emotiva banda sonora.

Conclusión

Destiny 2: La forma final es el final que se merecía Destiny 2. Es complicado cerrar de manera satisfactoria 10 años de historias, una década de cambios, ampliación y profundización. Dos lustros de recuerdos, de situaciones memorables, tanto las marcadas por el juego como las vividas con nuestros compañeros de escuadra. Al fin y al cabo, Destiny es un universo complejo de ciencia ficción y fantasía espacial, pero también es la fantasía de poder de los jugadores, y tan importante es la historia establecida por Bungie como la historia vivida con nuestros amigos. Y La forma final tiene en cuenta todo eso, combinando una campaña magistral, nuevas mecánicas interesantísimas, una incursión formidable y una ambientación inolvidable. Bungie ha logrado poner un punto y coma satisfactorio a la promesa que hicieron en 2014. Ahora queda por ver cómo se desarrolla este año, y sobre todo, que es eso de Destiny 2: Fronteras planeado para 2025: por su nombre, quizá nos vayamos más allá del Sistema Solar.

Hemos realizado este análisis gracias a un código para PC (Steam) facilitado por Garage PR.

NOTA

9

Puntos positivos

En lo jugable y en lo narrativo, la mejor campaña de Destiny.
Artísticamente, en lo visual y lo sonoro, es espectacular.
La subclase prismática lleva más allá la fantasía de poder.

Puntos negativos

En la campaña hay algún puzle pesado que disminuye el ritmo.
Sigue siendo complicado entrar en Destiny, aunque algo ha mejorado.
En lo técnico cada vez se le ven más las costuras.

En resumen

Con la mejor expansión de Destiny y una de las mejores campañas de la historia del estudio, Bungie pone punto y final a una historia desarrollada durante diez años, y punto y coma a uno de los videojuegos más influyentes de la industria moderna.