Cuando corría el año 1995 las consolas de 16 bits estaban llegando -quizás a sabiendas pero no queriéndose dar cuenta de ello- al final de sus vidas mientras ya se hablaba de la potencia de las nuevas consolas, allá en el horizonte.
Pero la historia nos ha demostrado que en el ocaso de una consola, a veces se reúnen para la ocasión, como si de una reunión de sabios se tratase, juegos que ponen un broche de oro a una consola que lo ha dado todo, como en este caso fue la gran Mega Drive.
La consola de Sega hizo frente a Super Nintendo, y demostró que a pesar de tener un hardware inferior a esta, lo que realmente importó -e importa- son los grandes juegos que la acompañan, algo que Comix Zone contribuyó a engrandecer la leyenda de esta gran consola.
Sega presents:
Comix Zone fue lanzado el primer día del lejano año 1995. La principal característica del juego es su fuerte estética cómic y la manera en que nuestro personaje se mueve entre viñetas y dibujos. El juego nos pone en la piel de Sketch Turner, dibujante de cómics que se ve envuelto en una extraña y surrealista situación: mientras dibuja uno de sus cómics, fuera, en la ciudad de New York hay una fuerte tormenta que hace que de repente alguien le agarre por el cuello y le meta en el mundo de tinta y papel.
De alguna manera Sketch va a parar a una realidad alternativa en la que su propio cómic es ahora el escenario bajo sus pies. El villano que hace no mucho tiempo estaba en su cabeza, pasa a través de sus manos al papel, y de este, a ser su peor enemigo, puesto que este sale de las viñetas para ser ahora el dibujante que traerá de cabeza a nuestro protagonista.
¡Estoy en mi propio cómic!
Así es como se nos recibe en la primera viñeta, aún aturdidos por el golpe de la caída en este extraño mundo, la general Alissa nos estaba esperando para mandarnos una misión especial de la que apenas nos da pista, tan solo espera que seamos el héroe de esta aventura, ¡Qué locura!
Saltaremos a la siguiente viñeta, donde la mano del villano nos irá dibujando los enemigos que debemos vapulear, puesto que si consigue matarnos, él se quedará en el mundo real, y nosotros en nuestro propio cómic por siempre.
Como si de un beat 'em up plataformero se tratase, Turner deberá usar sus puñetazos, patadas, mil y un objetos, y la inestimable colaboración de su querida rata, para llegar hasta la última página que de esta genialidad en forma de videojuego se encargará de tenernos pegados al televisor durante los seis episodios que dura.
La genialidad de este juego está en muchos de sus detalles. Si nos fijamos en el vídeo que acabamos de ver, si recogemos los objetos sin dejar que la general nos explique nada, nos regalará unas bellas palabras censuradas. La parte gráfica es sencillamente genial, puesto que la idea de meterte en un cómic es innovadora, también lo será la forma en la que se representan todos los gráficos del juego, todos ellos con ese colorido y estilo de los cómics típicos americanos de los años ochenta y principios de los noventa.
La excelente dirección artística corrió a cargo de Peter Moraweic, diseñador y productor de este juego que presentó a Sega una demostración (parece ser que sobre un Amiga) que encandiló a todos pero que se demoró demasiado en su producción, algo que repercutió en sus ventas directamente.
Pero si el apartado gráfico era excelente, debido también a unos sprites gigantes y bien animados, la parte sonora no se quedó atrás, y fue encargada a Howard Drossin, quien colaboro en las bandas sonoras de Sonic 3 o la película Blade: Trinity, demostrando así su versatilidad, todo ello amoldándose a las limitaciones técnicas, en este caso al modesto chip de sonido de Mega Drive y que se lo repartían entre el FM Yamaha YM2612 y el Texas instruments SN 76489.
Lo peor de este juego es sin duda lo tarde que fue lanzado para la plataforma que estaba destinado, puesto que aunque no se dice cuando se empezó el proyecto, sí se habló de que se demoró demasiado, por lo que nos podríamos hacer una idea de lo que habría sido este juego en, por ejemplo, el año 1991, año en el que Sonic debutó y que quizás habría completado un momento espectacular de la consola, y no acompañarla a la salida como hizo en 1995.
Pero no nos queremos poner melancólicos hablando de lo que pudo ser, puesto que aún en el año que fue lanzado, y a pesar de que no gozó del éxito que se merecía, fue lanzado también a otras plataformas como fueron PC, y años más tarde en Game Boy Advance.
Lanzado más actualmente en plataformas de descarga digital, es la forma más cómoda de la que podemos disfrutar de nuestro amigo Turner en su viaje a su propio cómic. Estas versiones, con pocas alteraciones gráficas, y con apenas unos filtros para que algunos jugones susceptibles no se dañen los ojos con semejantes tamaños de pixeles.
Algunos planes hubo de lanzar una versión 3D para Sega Saturn, pero se abandonó ante la línea descendente que tuvo Saturn fuera de Japón.
Comix Zone fue algo nuevo, no en su base, puesto que era un beat 'em up de corte clásico, pero si en las formas, ya que la ambientación que se creó fue muy llamativa y efectista. La jugabilidad acompañaba a una dificultad justa que hacía que llegar al final no fuera un paseo, y en conjunto fue un juego redondo.
Lo realmente sorprendente es que esta genial fórmula no haya sido repetida apenas en el mundo de los videojuegos, por lo que el cartucho de Comix Zone es aún más grande. En la época en la que PlayStation empezaría a dominar, Mega Drive recibió uno de los mejores juegos de su catálogo y una obra imprescindible que todo jugón de antaño debe probar desde el principio, hasta su última página.