Buceando en mi búsqueda por juegos interesantes de tiempos pasados, salió en una charla Team Buddies para la primera PlayStation, un juego de estrategia en tiempo real adaptado a consola, donde la gestión de recursos las hacemos con el mando y disparando a nuestros rivales. Y título que pocos conocen, pero del que me habían hablado muy bien.
Este juego fue desarrollado por Psygnosis Camden Studio -ahora SCE London Studio-, un sello del que conocemos su historia, con grandes juegos que llegaron a ser top en muchos sistemas. Además de ello, su currículo nos demostró que eran capaces de hacer videojuegos de muy diferentes géneros, como Shadow of the Beast y Destruction Derby.
Además de dominar un sinfín de registros, el Psygnosis Camden Studio vio en PlayStation una plataforma perfecta para crear de la nada un videojuego que incluía estrategia en tiempo real, protagonizado por unos simpáticos obreros recolectores. Un juego atrevido, singular, y por el que parece que no han pasado los años.
Tan libre como divertido
El videojuego de hoy, por el que ya han pasado casi 16 años, es uno de esos clásicos atemporales a los que el paso del tiempo no les afecta demasiado, quizás sólo a nivel gráfico, y son disfrutables si los jugamos hoy mismo. El estilo gráfico empieza por mostrarnos una perspectiva cenital, desde la que podemos tener visión clara para realizar las diferentes acciones.
Usaba un motor gráfico muy sencillo, que mostraba unos entornos poligonales sin grandes alardes, pero preparado para desenvolverse bien cuando había mucha acción en pantalla. Gráficamente está bien pensado, ya que el aspecto caricaturesco elegido para los escenarios convence cuando estamos jugando con cuatro jugadores, cada uno con su propia pantalla.
El juego tiene un modo historia en el cual podíamos enterarnos de la peripecias de estos pequeños. Los personajes se diferencian por colores, y viven disfrutando de todo lo que les da su lugar de residencia, hasta que un día, una extraña nave da sombra a su país, y empiezan a llover cajas del cielo. Estas cajas son las que llevan a la ruina a los Team Buddies, ya que, llenos de armas y demás objetos, el caos se apodera de toda la tierra porque empieza una guerra sin fin. Por otra parte, entramos a formar parte de un programa de televisión, el cual lo están retransmitiendo en directo para su planeta. Debemos tomar el control de uno de estos pequeños guerreros y terminar el caos, pero ya están todos separados por colores y se han repartido el mundo entero.
El modo historia se compone de 8 mundos, con un jefe a final de fase cada mundo par, y cada uno se compone de 4 misiones. Las primeras fases son una toma de contacto con el sistema de control, ya que disponemos de detallados tutoriales por si nos atascamos al realizar alguna opción.
Las cajas son el poder del juego, ya que debemos enviar nuestras tropas a recolectarlas mientras nosotros vamos delegando tareas para empezar a armarnos y terminar con nuestra misión. Lo cierto es que la variedad de situaciones que nos encontramos en cada misión es otro de sus logros, ya que los mundos contienen muchos entornos diferentes que hacen que cada partida en un mundo nuevo logre ser diferente, ya que el objetivo puede ser muy en cada misión.
Los controles son tan sencillos como muy bien pulidos, y la respuesta es precisa ya sea saltando, recolectando, lanzando cajas, disparando, conduciendo una moto o manejando un gran robot, siempre se controla sin problemas.
El modo historia supone un gran reto y ofrece una diversión muy alta, y además está bien traducido y doblado a nuestro idioma, y tenemos que completar este modo si queremos desbloquear armas y demás recompensas que disfrutaremos en los modos multijugador, donde el juego da lo mejor de sí mismo si tenemos a mano un grupo de amigos para disfrutarlo.
En el multijugador podremos configurar la partida a nuestro gusto, eligiendo los equipos y modo de juego. Podemos elegir entre Destrucción -un todos contra todos- para ser el único superviviente, Captura, donde tenemos que capturar animales y ganar puntos, Dominación, donde el objetivo es mantener los objetos con tu color para ganar, y el Bomb Ball, un modo en el que tenemos que arreglárnoslas para hacer explotar una bomba en el núcleo de enemigo rival.
Un multijugador que podría funcionar muy bien hoy en día, ya que todo el mundo tiene conectada su consola a internet. Este juego de la desaparecida Psygnosis nos hace recordar que detrás de una sencillez gráfica podía esconderse un juego profundo y realmente divertido, como muchas de sus mejores creaciones.