A finales de los 80 y principios de los 90, los salones recreativos estaban en pleno auge, y compañías japonesas como Konami y Capcom nos regalaron arcades para el recuerdo como Sunset Riders, Final Fight o Street Fighter II, entre muchísimos otros.
Por aquel entonces, con la gran variedad de muebles que había en aquellos sitios, apostar por una compañía como Konami era hacerlo sobre seguro, ya que pocos fiascos recordamos en su haber, y con Mystic Warriors volvieron a dar en el clavo.
El juego de hoy fue realizado por los responsables del legendario Sunset Riders, con todo lo que ello significa. Ya que es uno de los juegos que marcaron a toda una generación por el carisma de sus pistoleros y por el humor con el que se tomaba el Salvaje Oeste y todas sus situaciones, como salir de una cantina agarrando una botella de alcohol y una chica incluido.
Aquel run and gun de 1991 fue un juego sobresaliente, con unos jefes finales duros y que nos hacían sudar cada vez que volvíamos a introducir otra moneda o esquivábamos cientos de disparos arrastrándonos por la tierra. Por eso, querer seguir con una secuela espiritual dos años después con el listón tan alto era tarea difícil, pero los chicos de Konami decidieron cambiar aquellos vaqueros por unos samuráis, y la historia del viejo Oeste por una malvada empresa que lo amenaza todo. ¿Cómo resultó este juego basado en un clásico de la misma compañía?.
Del Oeste al futuro cibernético
La historia de Mystic Warrior se basa en que la empresa Skull muestra sus verdaderas intenciones al querer dominar el mundo, y para ello cuenta con todo tipo de ninjas aventajados y de un sinfín de máquinas. Bajo seguimiento están nuestros cinco protagonistas, y ya que el juego siempre tenía un máximo de cuatro jugadores, alguno de nuestros compañeros que no elegíamos era secuestrado por líder de las malvadas tropas ninja.
Los cinco personajes a elegir tenían unos estilos bastante marcados y con disparos algo diferenciados, pero sobre todo disponía cada uno de un arma propia, que utilizaban en el combate cuerpo a cuerpo con los enemigos. Los ninjas a elegir estaban bien representados por los personajes disponibles, y teníamos desde el clásico Kojiro hasta el monje Brad -que ponía la nota de humor en el juego-, encontrando todo tipo de ninjas desde el Japón feudal.
Al principio disponíamos del disparo básico en forma de estrellas ninja, que podíamos potenciar con los diferentes power up que nos encontrábamos. El juego se inspiraba claramente en Sunset Raiders y copiaba su base jugable a la hora de controlar a los ninjas, pero incluyendo algunos movimientos como el poder colgarse de las plataformas más altas, y apostaba por darle espectacularidad en todo momento al juego, algo que no jugaba a su favor en todas las ocasiones.
Gráficamente corría sobre un hardware capaz de mover a nuestros cuatro compañeros y multitud de enemigos y vehículos sin despeinarse, pero como decíamos, estos momentos en muchas ocasiones se tornaban algo caóticos, ya que a pesar de que los personajes tenían colores bastante diferenciados, muchas veces costaba seguir al tuyo.
Mystic Warriors era un juego más frenético que Sunset Riders, y aparte de acabar con las hordas de enemigos comunes, nos enfrentábamos a jefes de mitad de fase, que en muchas ocasiones eran vehículos, de tierra, mar o aire. La jugabilidad era tan sencilla de aprender como siempre en este tipo de arcades, y con sólo dos botones podíamos disparar en todas las direcciones, saltar hacia las plataformas de abajo y arriba para huir de los enemigos o disparos, y el siempre útil dash para esquivar.
Su temática fue un tanto criticada, al unir el mundo de los ninjas con la tecnología y la robótica, y aunque quizás pueda ser una de las razones por la cual el juego no terminó de cuajar entre el público, Konami se esforzó y nos regaló un sinfín de situaciones tan diferentes como la bajada de una montaña en una tabla de snow, o un enfrentamiento desde una vagoneta contra un jefe mitad hombre mitad tren.
La variedad de situaciones estaba asegurada, pero en lo artístico -a pesar de que gráficamente lucía bastante bien-, hay algunas situaciones como el efecto de agua en la fase del río algo mal resuelto, y queriendo seguir la estela que dejó dos años atrás su arcade de pistoleros.
Esta es posiblemente la peor parte de Mystic Warriors, y el hecho de compararlo con Sunset Raiders, ya que si lo hacemos, el juego de hoy puede que no sorprendiera tanto, pero es lo suficientemente bueno como para darle una oportunidad. Sin ser especialmente largo, sí que era sorprendente, espectacular y divertido, por ello sólo podemos recomendarlo si tenéis la oportunidad de comprar la placa arcade, ya que es uno de aquellos que nunca salió de su versión recreativa.