Hoy es un día que los fans hemos esperado y temido a partes iguales desde hace mucho tiempo: Sonic da el salto a la gran pantalla para protagonizar su propia película de acción real. Si bien la crítica parece estar un tanto dividida, la mayoría suele coincidir en que es una película familiar que, a pesar de no sorprender, funciona bastante bien y que está cargada de guiños para los fans más veteranos del personaje. Mientras esperamos a terminar nuestra jornada laboral para poder ir a verla, hemos pensado que hoy es el día ideal para dedicar nuestra columna y directo retro a los juegos que forjaron la leyenda del erizo azul: su trilogía original para Mega Drive.
Jugamos en directo a las 17:00
Sonic the Hedgehog: El nacimiento de un icono
Antes de empezar, nos gustaría recomendaros que le echéis un vistazo al extenso reportaje que le dedicamos al personaje en Vandal hace un tiempo, donde profundizamos en los entresijos del desarrollo de cada uno de estos juegos, ya que aquí vamos a hacer un repaso mucho más ligero y breve, pues poco más se puede decir de estos juegazos de 16 bits.
Como todos sabréis, Sonic the Hedgehog nació para ser la respuesta de Sega al éxito de Nintendo y sus juegos de Super Mario Bros. Creado por Naoto Ohshima (quien diseñó a nuestro héroe) y Yuji Naka, el juego acabó llegando a las tiendas en 1991 con la esperanza de competir de tú a tú con el gran titán de la industria y así animar a los consumidores a comprarse una Mega Drive, un objetivo que cumplió de sobra gracias al increíble carisma del erizo y la enorme calidad de su primera aventura, algo a lo que le tenemos que sumar una agresiva estrategia comercial consistente en vender la consola en pack con esta aventura, lo que dio unos resultados excepcionales y permitió a Sega comerle mucho terreno a Nintendo, especialmente en Occidente.
El título como tal es bien conocido por todos: un excelente plataformas 2D con niveles grandes y amplios repletos de rutas distintas y secretos que se caracterizaba por la alta velocidad que podía llegar a alcanzar su protagonista, algo a lo que hay que sumarle elementos muy únicos y propios de la saga como loopings, bumpers, anillos, monitores qué romper para obtener potenciadores, vidas o anillos adicionales, etcétera. Todo lo que ha definido a Sonic ya estaba en este juego, incluyendo las fases de bonus para conseguir las Esmeraldas del Caos y poder ver su auténtico final.
Un detalle muy llamativo y que a veces el propio Sonic Team ha olvidado con algunas de sus entregas posteriores es que este juego era, ante todo, un plataformas. Sí, era más ágil de lo normal, pero aquí era mucho más importante calcular bien los saltos para evitar caídas y daños que correr como un loco, algo que solía tener consecuencias catastróficas. ¿Esto qué significaba? Que cada pocos pasos acabábamos reduciendo la marche para "plataformear" despacio y con buena letra. Sea de un modo u otro, Sonic the Hedgehog fue un juegazo con un apartado audiovisual que marcó una época y que nos dejó algunas de las melodías, sonidos y personajes más característicos del mundo de los videojuegos.
Sonic the Hedgehog 2: La secuela que tocó el cielo
La creación de Sonic the Hedgehog 2, una de las mejores secuelas que jamás se han hecho para videojuego alguno, no pudo ser más movido. Como segunda parte de uno de los juegos más exitosos del momento, la presión y las expectativas estaban por las nubes, pero el calendario de desarrollo fue de apenas 11 meses (de los cuales se perdieron 2) y el equipo creativo capitaneado por Yuji Naka y Mark Cerny, Sega Technical Institute, afincado en Estados Unidos, sufrió de serios problemas de comunicación entre sus empleados norteamericanos y japoneses.
Bien es sabido que Naka acabó muy descontento con las condiciones en las que tuvo que dar a luz a esta segunda parte, pero lo que no se puede negar es que supo estar a la altura y más, ofreciéndonos un juego sobresaliente que, a pesar de seguir muy de cerca la fórmula del original, mejoró en todo a su predecesor. Las fases de bonus eran mucho más divertidas y espectaculares, las zonas se dividieron en dos actos en vez de tres para así poder ofrecer una mayor variedad de entornos y mecánicas, los niveles eran mucho más grandes y extensos, y la curva de dificultad estaba medida al milímetro. Además, a nivel gráfico la mejora fue más que palpable, con unos escenarios mucho más detallados y unos sprites más conseguidos y mejor animados.
Pero sus mayores novedades y aportes a la saga las podíamos resumir en dos: Tails y Super Sonic. Con este juego, Sega introdujo por primera vez al carismático zorro de dos colas que se convertiría automáticamente en el inseparable compañero del erizo, lo que abría las puertas al juego cooperativo e incluso competitivo en un modo multijugador independiente. Como curiosidad, en este título todavía no podíamos usar sus habilidades de vuelo cuando lo controlábamos.
Por otra parte, como buen seguidor de Dragon Ball que era, Naka decidió darle una transformación a Sonic muy similar a la de los saiyans de la obra de Akira Toriyama. Así pues, si reuníamos las siete Esmeraldas del Caos (una más que en el primer juego) y conseguíamos 50 anillos, nuestro erizo se volvería dorado, sus púas se pondrían de punta y se convertiría en Super Sonic. En este estado nuestros anillos descendían poco a poco, pero pasaríamos a ser muchísimo más rápidos, nuestra capacidad de salto mejoraría considerablemente y, por si fuese poco, nos volveríamos completamente inmunes al daño. Una auténtica pasada que en plena fiebre de Dragon Ball causó auténtico furor entre muchos de nosotros.
Sonic the Hedgehog 3... y Knuckles
Y llegamos a uno de los casos más curiosos de la industria: el de Sonic 3. El equipo de desarrollo tenía pensado un juego tan grande, completo y ambicioso a nivel técnico que les resultó virtualmente imposible meterlo en un solo cartucho, así que decidieron dividirlo en dos títulos que se acabarían comercializando de manera independiente. La primera parte fue Sonic 3, un gran juego que seguía la fórmula ganadora de Sonic 2 y que añadía una buena variedad de entornos, nuevos potenciadores en forma de escudos, fases bien diseñadas, nuevos y espectaculares niveles de bonus y la posibilidad de volar con Tails, pero al que se le empezaba a notar ya cierta falta de ideas a la hora de plantear nuevas situaciones jugables. Además, al ser solo la mitad de un juego, resultaba extremadamente corto y era algo más fácil que sus predecesores. Al menos, incluía una batería para guardar la partida en diferentes ranuras, toda una novedad para la saga.
Poco después llegaría a las tiendas Sonic & Knuckles, la segunda parte del final de esta trilogía, donde las fases y su tamaño mejoraron muchísimo. Además, aquí nos dieron la posibilidad de jugar con Knuckles, cambiando por completo nuestra forma de afrontar los niveles gracias a su capacidad para escalar, planear y romper rocas, aumentando así sus valores rejugables. Curiosamente, es el juego de Sonic de Mega Drive que mejores zonas nos ha dejado y que más variedad de situaciones nos ha aportado, como la inolvidable batalla final volando en el espacio con Super Sonic o el estresante segundo acto de Sandopolis.
Pero lo más llamativo de todo fue que el cartucho de Sonic & Knuckles fue bastante especial, ya que incluía una ranura a la que podíamos conectar la tercera entrega para así "fusionar" ambos juegos y tener el auténtico Sonic 3 que todos esperábamos, una auténtica bestialidad con infinidad de actos, tres personajes y 14 Esmeraldas del Caos que conseguir (gracias a las cuales podíamos acceder a la transformación de Hyper Sonic, Hyper Knuckles e incluso de Super Tails) que muchos consideran como el mejor juego del erizo hasta la fecha. Además, esto también abría nuevas posibilidades, como poder jugar con Knuckles las fases de Sonic the Hedgehog 3 y abrir nuevas rutas inéditas en ellas a las que el resto de protagonistas no podían acceder.
La compatibilidad del cartucho iba más allá y si lo conectábamos a Sonic the Hedgehog 2 ganaríamos la posibilidad de jugar dicho juego con Knuckles. En el caso de hacerlo con la primera entrega, podríamos disfrutar de una gran cantidad de fases de bonus. De hecho, una gran curiosidad es que si conectábamos cualquier otro juego a Sonic & Knuckles nos generarían un nivel de bonus propio.
Sonic es un personaje que ha pasado por muchos baches, pero que siempre ha estado ahí y que a muchos nos lleva acompañando y divirtiendo con sus aventuras desde que tenemos uso de razón, y por ello no podemos alegrarnos más de que siga siendo tan popular y querido a día de hoy, y que Sega siga intentando recuperar su antigua gloria con joyas como Sonic Mania. No todos sus juegos son igual de buenos, pero los mejores son tan atemporales que da igual cuándo decidas echarles una partida, pues siempre te van a divertir igual. Y en eso, la trilogía de Mega Drive pocos rivales tiene.
Y para vosotros, ¿cuál es vuestro Sonic favorito de Mega Drive?
Hoy se estrena la película de Sonic y lo vamos a celebrar esta tarde jugando a sus primeras entregas en directo. Nos ha surgido una duda, ¿cuál es vuestro Sonic favorito de Mega Drive?
— Vandal (@VandalOnline) February 14, 2020