Cuenta la historia de cómo existió una época en la que nosotros, españoles medios, salíamos con el pecho hinchado, revista de micro ordenadores en mano, y con algunos juegos sobresalientes subrayados en ella. Época en la que los videojuegos estaban reservados a ser producidos exclusivamente fuera de nuestras fronteras.
Pero de repente, y gracias al sudor de un grupo de entusiastas, se dieron los pasos para que nuestro país sacase a relucir que existía un campo de talentosos programadores, grafistas y músicos que fueron reconocidos internacionalmente.
Los ochenta pueden quedar muy lejos para algunos, pero para otros fue la época en la que un amigo del colegio se hizo famoso junto a otros amigos programando en Basic y creando desde cero un videojuego adictivo y singular.
Por eso fue tan importante la grieta que había abierto el precursor de Fred. La pulga despertó la curiosidad ante un juego de España, y Fred supuso la confirmación de que en la antigua Iberia se hacían los videojuegos sorprendentemente bien.
Triunfa en el Reino Unido, dominarás el mundo
Indescomp fue la responsable de empujar a estos dos juegos, y además de facilitar el desembarco del ZX Spectrum en nuestro país, también tenía la ambición de sacar sus propios juegos y encontrar su sitio.
Y vaya si lo consiguió. No solo sorprendieron a la máxima autoridad de Amstrad en sus propias oficinas, sino que Fred logró una genial acogida en Inglaterra por parte de prensa y público. Triunfar en el Reino Unido significaba un salto a la fama instantáneo, además de un escaparate por el que los países vecinos vigilaban con lupa para girar la cabeza hacia a sus ordenadores y gritar: ¡Lo quiero aquí!
No es extraño ver sagas enteras famosas de nuestros queridos micro ordenadores traducidas al alemán o italiano, ya que una de las emocionantes opciones de estos ordenadores era la de tocar el código de arriba a abajo con una sencillez asombrosa.
En el mundo de los videojuegos made in Spain se repite mucho el tópico con el que muchas bandas musicales, y muchos inventos fueron gestados: desde una silla en una casa normal, o en un garaje, confeccionado para dar rienda suelta a la imaginación.
También nos dejaron con geniales historias de cómo tres brillantes hermanos creaban geniales juegos mecánicos con los que se sorprendía medio barrio, sino cómo también de su garaje nació una de las empresa de videojuegos más famosas en la edad de oro del videojuego español, ¿recuerdas cuál fue?
El primer héroe que lanzamos desde nuestro país se llamaba Fred. Un nombre, como poco, no común en castellano, pero que es el diminutivo de Alfred, en castellano Alfredo, un nombre que cobra sentido al entender que Fernando, Paco y Charly decidieron con algo de licor, según ellos mismos cuentan, y que fue elegido al sonar "contundente e internacional".
Y así fue como Fred fue lanzado en 1983, (Roland on the Ropes sólo cambió el nombre en la versión para Amstrad). El juego era un plataformas en el que debíamos encontrar la salida a fuerza de recorrer y memorizar el laberinto en el que nos perdíamos más de una y dos veces. Fue ambientado en Egipto por "pura lógica" según sus creadores, ya que la piedra angular de Fred era salir de un laberinto, y ¿qué mejores laberintos que los de las pirámides egipcias?
La parte curiosa viene en su versión Amstrad. Como dijimos hace unas líneas, la versión para este ordenador se cambió el nombre por el de Roland on the Caves, de la misma manera que la Pulga se llamó Roland in the Caves, ya que formó parte de una "franquicia" en la que Roland fue la "mascota" de Amstrad, aunque en el segundo juego no dio tiempo a cambiar la parte gráfica. En nuestro país conservó el nombre pensado por nuestros amigos.
Fred es un antropólogo y explorador armado con una pequeña pistola. En los laberintos recorremos tumbas, sorteando trampas y enemigos como momias, animales o fantasmas, todo ello a través de un divertidísimo laberinto. Las limitadas balas harán que afrontemos a cada enemigo con cautela, y que sepamos recoger todos los tesoros con el menor número de disparos posible.
La finalidad era resolver el laberinto recogiendo la máxima cantidad posible de tesoros, hasta que se acabara la barra de energía. No todos los enemigos podrán ser destruidos, por lo que la dificultad se le añadirá a veces, el de la huida. Cómo dijimos, Fred resultó en un éxito para las masas en el reino unido, y por lo tanto, en media Europa.
Fred se convirtió en el segundo videojuego con sabor español, y sin duda, la confirmación de que aquí se hacían las cosas muy bien, y que éramos capaces de estar a la altura de los más grandes ¿Os imagináis competir en la actualidad con varias compañías patrias dominando el mercado entres sagas como FIFA, Zelda, God of War o Killzone? No fue un sueño, en el año 1983 lo demostró Fred, el genial héroe español, puesto que comenzaba, gracias a él, una carrera a la que se unieron grandes de nuestro país.