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Una mirada semanal al pasado, recordando grandes juegos clásicos y momentos de la historia del videojuego.

Die Hard Arcade: ¡40 pisos de acción y aventura!

Sega convirtió la odisea de John McClane en un arcade demoledor.
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Actualizado: 17: 0/0/21:31
El flyer de la recreativa mostraba la Torre Nakatomi en toda su gloria, pero no el rostro de Willis (para no soltarle pasta).

Aunque parezca increíble, aún no habíamos recuperado uno de los brawlers más memorables que Sega parió en la década de los 90. La creación de Die Hard Arcade unió a Oriente y Occidente, a AM1 y Sega Technical Institute, a Sega y Fox Interactive, para convertir a John McClane, el héroe de Jungla de Cristal, en el protagonista de un monumental arcade de peleas que, si bien ha envejecido bastante a nivel gráfico, sigue siendo absolutamente alucinante en cuando a mecánica y variedad de movimientos.

El proyecto original, bautizado como Dynamite Deka (que podría traducirse como Detective Dinamita), ya estaba claramente inspirado en Jungla de Cristal, aunque Sega Japón no tuvo que preocuparse por los abogados de la Fox. La división de videojuegos del estudio (Fox Interactive) estaba más que encantada ante la posibilidad de hacer caja en los recreativos mientras preparaban el lanzamiento, también para ese mismo 1996, de Die Hard Trilogy (otra joya a reivindicar) en PlayStation y Saturn. Así que les otorgaron la licencia de la película para el mercado occidental, mientras en Japón el juego se quedó con el título original (y nombres diferentes, Bruno Delinger y Cindy Holiday, para la pareja protagonista).

Al igual que sucedía en la película, John/Bruno acababa zurrando a los 'malosos' vestido con su mítica camiseta de tirantes.

John/Bruno y su compañera Kris/Cindy (esta última controlada por el segundo jugador), aterrizaban en la azotea de un rascacielos de Los Ángeles (versión occidental) o San Francisco (versión japonesa) con el objetivo de neutralizar a una banda criminal liderada por un tal Wolf Hongo, empeñada en reventar una gigantesca caja fuerte (vamos, como Hans Gruber y sus muchachos en la peli). Para animar aun más la cosa, han secuestrado a la hija del presidente de los Estados Unidos. Lo que se dice "un completo".

El lerdo de Hongo no sospechaba que la hija del presidente se ocultaba dentro de su mesa.

Die Hard Arcade supuso el canto del cisne del Sega Technical Institute, el grupo de desarrollo fundado por Mark Cerny en 1990. Los americanos trabajaron codo con codo con el departamento AM1 de Sega Japón, bajo la batuta del gran Makoto Uchida. Sí, el tipo que lideró el desarrollo de clasicazos como Golden Axe, Altered Beast o Alien Storm. A este no se le ocurrió otra genialidad que combinar la mecánica brawler que tan bien conocía con la revolución poligonal que Sega había abanderado desde el ecuador de los 90 con Virtua Racing y Virtua Fighter. Y aquello, literalmente, nos voló la cabeza.

El uso del entorno 3D permitió a Uchida y su equipo jugar con diferentes ángulos de cámara. Aquí tenéis a John esposando a un terrorista.

El uso de un entorno 3D (fue el primero de su género en ofrecer gráficos poligonales con mapeado de texturas) permitió a Uchida y su equipo romper las barreras de los brawlers y jugar con distintas cámaras para imprimir a Die Hard Arcade el ritmo y la espectacularidad de una película. Entre pelea y pelea, la placa nos obligaba a pulsar el botón correcto en diversos Quick Time Events (ojo, tres años antes de que Shenmue viera la luz). Si fallabas al darle al botón correcto te tocaba partirte la cara con algunos sicarios más. También incorporaron un pequeño, aunque espectacular segmento, en el que teníamos que ir esquivando ascensores mientras escalábamos por una fachada. Puro Jungla de Cristal.

Si acertabas con el botón correcto durante los QTE podías zumbar al enemigo de un solo golpe. Fallar implicaba tener que enfrentarse a varios.

Los gráficos de Die Hard Arcade no han envejecido bien (al igual que ha sucedido con otras placas de la época, como el primer Tekken), pero su mecánica sigue siendo alucinante. No solo por que patear caras seguirá siendo divertido hasta en el 2056, si no por la gran cantidad de movimientos distintos que los jugadores podían realizar con solo un stick y tres botones (patada, puñetazo y salto).

El catálogo de llaves de 'Die Hard Arcade' era impresionante, para tratarse de un brawler.

La herencia de Virtua Fighter iba más allá del uso de los polígonos, y quedaba reflejada en un catálogo de llaves absolutamente alucinante. No sólo podías ejecutar hasta cuatro especiales, a base de pulsar diferentes secuencias de botones, sino que contabas con diversas llaves cuerpo a cuerpo más propias de un arcade de lucha uno contra uno que de un brawler. Incluso podías arrestar a los criminales si llevabas una pistola.

Podías utilizar diferentes armas y objetos: pistolas, un rifle antitanque, un pimentero…

¿Una pistola? Sí, amigos. Porque además de ejecutar patadas aéreas, rodillazos en el rostro o un bonito suplex, en Die Hard Arcade podías usar las armas que dejaban los enemigos al besar al suelo (pistolas, ametralladoras, cuchillos, hachas) y bellezas del calibre de un lanzamisiles o un rifle antitanque (que barría, literalmente, con todo lo que tenía por delante). También podías lanzarles un televisor a la cabeza o, en un bonito guiño al primer Streets of Rage, usar un pimentero para aturdir brevemente a los fulanos.

En un momento puntual de la placa teníamos que ascender por una escalera, mientras esquivábamos los ascensores.

Dado que la recreativa corría sobre una placa ST-V (Sega Titan Video), que era básicamente una Saturn con cartuchos en lugar de CD-ROM, la conversión doméstica de Die Hard Arcade para la consola de 32 bits entró en los planes de Sega desde el primer minuto de desarrollo, aunque esta no llegaría a las tiendas hasta principios de 1997 (enero en Japón, febrero en EE.UU. y Europa).

La carátula occidental de Saturn, a pesar de tener la licencia oficial, apostó por una suerte de garrulo como imagen del juego.

Aunque era un auténtico espectáculo, y contaba detrás con una licencia de indudable gancho, en Sega eran conscientes del problema que suponía lanzar en Saturn una recreativa que podías pulirte fácilmente en 20 minutos (a base de meter monedas), así que limitaron el número de continues a tres en la versión doméstica. Por suerte, y a modo de simpático extra, incorporaron un pequeño clásico recreativo de 1979, Deep Scan, y a base de hundir submarinos podías conseguir créditos extra para Die Hard Arcade. Por cierto, aunque no contaban con la licencia de Jungla de Cristal para ese territorio, Sega no se cortó un pelo a la hora de cascar a un clon de Bruce Willis en la carátula japonesa de Saturn. Curiosamente, la versión occidental, que sí contaba con la licencia, apostó por un anónimo tipo con cara de garrulo para la portada. Seguramente para no soltar pasta a Willis.

En cambio, la versión japonesa, aun sin contar con la licencia de la peli, mostraba a un clon de Bruce Willis.

En 2006 Dynamite Deka (ya sin la licencia de Fox) aterrizaría en las PlayStation 2 japonesas, dentro del sello Sega Ages 2600. El volumen 26 de la colección estaba dedicado por completo a la recreativa de 1996, y permitía jugar con los gráficos originales o con unos "mejorados". Además incorporó muchos guiños a clásicos Sega, en forma de un modo Altered Beast (protagonizado por dos bestias mutadas) y otro con las skins de Ax Battler y Tyris Flare repleto de referencias a Golden Axe.

El éxito de Dynamite Deka hizo posible el lanzamiento de una secuela recreativa en 1998, ya sin la licencia de Jungla de Cristal y rebautizada en Occidente como Dynamite Cop tanto en los salones como en el posterior port a Dreamcast (que llegaría a las tiendas un año más tarde). En esta nueva entrega, diseñada y dirigida de nuevo por Makoto Uchida y que corría sobre una placa Model 2, podíamos elegir entre tres personajes: Bruno Delinger, Jean Ivy y Eddie Brown.

En 2006 desembarcaría un tercer capítulo a los salones recreativos, Dynamite Deka EX: Asian Dynamite, sobre hardware Naomi. Servidor jamás llegó a verla "en directo", pero según comentan en Hardcore Gaming 101 (echad un vistazo a los estupendos post que dedican a la saga), el proyecto se desarrolló en China bajo supervisión de Sega Japón.

Bruno Delinger regresaría de entre los muertos, muchos años después, para formar parte del elenco del maravilloso Project X Zone de 3DS. Y sí, a pesar de no contar con la licencia oficial de la peli, seguía siendo clavadito a Bruce Willis.

Bruno (nombre varonil donde los haya) no quiso perderse aquel festival llamado 'Project X Zone'.

¿Recordáis vuestra primera partida con Die Hard Arcade en Saturn? ¿Es Die Hard Trilogy una de las joyas más infravaloradas de la primera PlayStation? ¿Alguno llegó a jugar a la tercera recreativa de la saga? Como siempre, esperamos vuestros comentarios y anécdotas.

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