La semana pasada hablamos de Maniac Mansion. En aquel lejano 1987 se dio forma a una aventura gráfica que llegó para cambiarlas a todas, para marcar el camino por el cual todas se lanzarían las demás compañías sin rubores, puesto que el nuevo sistema de apuntar y clicar dio vida al género.
Pero no fue hasta seis años después cuando todos los seguidores de las aventuras en la alocada mansión verían cómo la historia continuaba. En 1993, y ya con bastantes aventuras gráficas en el mercado, LucasArts, asignó a Dave Grossman y Tim Schafer para que lideráran el nuevo juego sobra la alocada mansión. Esto pasó porque los jefes de LucasArts que vieron como estos dos asistentes que ayudaron a Ron Gilbert en anteriores juegos (los dos Monkey Island entre otros) estaban preparados para liderar un proyecto. Así, esta vez con Ron Gilbert ayudando a escribir la historia, regresaron a la mansión con una de las más alocadas aventuras jamás contadas, que vino a destrozar el mito de "segundas partes nunca fueron buenas".
Sobra decir que después de Maniac Mansion, LucasFilm, y después LucasArts, dejaron en la historia juegos como The Secret of Monkey Island y Monkey Island 2: LeChuck's Revenge, e Indiana Jones and the Last Crusade y The Fade of Atlantis, hasta entonces en el olimpo donde dormían los mejores juegos de la historia, hacían que cada nueva historia que nos viniera a contar LucasArts fuera esperada con el hype de antaño, tan diferente al de ahora, en ocasiones pequeñas y escasas pantallas estáticas sobre las cuales apenas se daban detalles.
Lo cierto es que en 1993, y ya con el boom de la prensa "videojueguil" en auge, nos hacía acosar a nuestro kiosquero que huía de nosotros al salir del trabajo, preguntándole si ya había recibido la revista. El que suscribe recuerda con emoción la portada en la mítica MicroManía, que mi querido kiosquero colgada por encima de las demás: ¡Allí estaba! ¡Bernard corriendo y el tentáculo púrpura detrás! , con una pistola y ¡brazos!
Después de sacar las religiosamente contadas 225 pesetas, tenía todo el hype entre mis manos. Algo contraproducente, ya que pasó algo de tiempo hasta que pude probar el juego. Pero por fin. Y tras un cambio de disquetera de "tres y medio" Day of the Tentacle apareció en el monitor conmigo delante, y mis hermanos y amigos detrás.
Maniac Mansion II
La historia de Day of the Tentacle nos habla de cómo un tiempo después de los acontecimientos que tuvieron lugar en la mansión, de los seis compañeros disponibles en la primera aventura, sólo Bernard Bernoulli, el más nerd del grupo, vuelve. Una de las creaciones del Dr. Fred Edison, el tentáculo púrpura, bebe de un residuo tóxico. Inmediatamente después de convulsionar, le crecen dos pequeños brazos, lo que le hace sentirse invencible y ¡Con ganas de conquistar el mundo!
En este genial vídeo podemos ver la intro doblada de manera amateur al castellano, ya que la aventura original en CD, contaba con las voces en inglés y todos los textos legibles en nuestro idioma.
Lo barato sale caro
Bernard lleva a sus amigos a la mansión, ya que después de conocer los graves hechos a través de una carta planean volver al pasado, y evitar que el tentáculo púrpura beba de los residuos y conquiste el mundo.
Para ello, deciden usar las "Chron-O-John's" del Dr. Fred, máquina del tiempo cuyo "condensador de fluzo" está basado en un diamante. Diamante que eligen mal para viajar en el tiempo, ya que al ser de imitación, no funcionará bien, y en el momento de partir hacia el pasado, ¡algo sale mal!
Manda a los amigos de Bernard a distintas épocas, a Hoagie doscientos años en el pasado, cuando se está redactando la Constitución de los Estados Unidos y Laverne doscientos años en el futuro, ¡un futuro dominado por los tentáculos!
Pero ya no hay vuelta atrás y después de haberla "liao parda", lo único que nos queda es encontrar un diamante auténtico y hacer que nuestros amigos, vuelvan a poner en marcha, cada uno desde su época, la Cron-O-Letrina, y regresar todos a la época correcta.
Un heavy entre Benjamin Franklin y George Washington
En la aventura podremos elegir a cualquiera de los tres personajes, en la época en la que estén. Pero aquí empieza lo bueno de Day of the Tentacle: Cada acción repercutirá en el futuro, por lo que lo que hagamos en el pasado, tendrá sus consecuencias visibles en el futuro.
Aquí está lo que hace grande a este juego, la solidez con la que están pensadas e ideadas todas las acciones. Lo que hagamos en el pasado con Hoagie, afectarán a Bernard que está en el presente y a Laverne en el futuro, mientras que las acciones de Bernard lógicamente solo influirán a Laverne.
El juego logra absorbernos por sus hilarantes situaciones, muchas decisiones lógicas y otras no tanto. Además, contaba con unos gráficos sorprendentes, muy cercanos a los dibujos animados y excelentes escenarios. El apartado visual, sin duda es uno de los alicientes del juego, pero la música, ya en midi, también logra sorprender con algunas míticas y recordadas pistas:
Incluso muchas de estas fueron luego interpretadas por otros medios, como en esta orquesta:
Músicas ambientales y temas inolvidables nos acompañarán en esta alocada aventura en la que nos veremos envueltos hasta acabarla por completo, ya que las situaciones enganchan por su comicidad e intriga.
La jugabilidad adictiva, los increíbles gráficos y la banda sonora fueron arropados por un guión sólido y elaborado que hizo de Day of the Tentacle una de las mejores aventuras gráficas que jamás se han creado.
¿Exagero? Pruébalo. Hoy día sigue siendo una aventura fresca, de las de antes, de las que no tenían una fecha cercana de lanzamiento que cumplir y por ello sacar a la venta un juego con "remaches" y cosas inacabadas.
Day of the Tentacle fue tejido con mimo, con paciencia, hasta que sus creadores estuvieron orgullosos de lo que habían creado: una aventura gráfica épica, que nos trasladó a muchos a un increíble mundo en el que vivimos mil y una situaciones y al que muchos de nosotros, estamos esperando volver, ¿quizás algún día?