La brecha entre crítica especializada y público amante de los videojuegos es cada vez más notable. El fenómeno en el que se ha convertido Five Nights at Freddy's no lo esperaba, probablemente, ni la propia Blumhouse, la productora detrás de este ambicioso proyecto que busca crear una nueva saga cinematográfica para expandir aun más su sello en salas comerciales. El filme firmado por Emma Tammi no es que sea, en líneas generales, ninguna reinvención en ningún caso, pero logra satisfacer a los fans aun sacrificando uno de sus puntos clave: el terror.
Five Nights at Freddy's tiene el peor problema que puede tener una película de terror: no dar miedo
Por extraño que parezca, si uno tiene presente la filmografía de James Wan y se hila un poco fino se puede establecer una clara conexión entre Five Nights at Freddy's y Silencio desde el mal, una de las obras más infravaloradas del director. Antes de arrasar en el terror para pasar a convertirse en uno de los nuevos maestros del género en su etapa contemporánea, y más reciente, con Insidious y Expediente Warren, el también director de Aquaman dirigió un filme sencillo, con una trama que seguía a pies juntillas sus giros inesperados de guion vistos en Saw y que introducía, en cierto modo, su obsesión con las posesiones y las invasiones demoníacas.
La obra de Tammi, que cuenta con un libreto firmado por el propio creador de los videojuegos originales de Five Nights at Freddy's, Scott Cawthon, tiene también ese punto pesadillesco en el que el protagonista se ve perseguido por una serie de presencias fantasmales encarnadas en muñecos (en este caso, animatrónicos), con esos giros de guion "inesperados" como sorpresa.
Sin embargo, si bien el planteamiento puede ir más o menos de la mano, refiriéndonos sólo al esqueleto que compone sendos proyectos, el mayor problema de Five Nights at Fredys es la dirección de Tammi, que está claramente influenciada por el lenguaje mainstream y predominante en Hollywood con una sucesión de planos constante para favorecer el movimiento, añadiendo a ello un conjunto de jumpscares puestos prácticamente en bandeja para sobresaltar a los espectadores de forma gratuita recordándole, cada cierto tiempo, que está viendo un filme de terror y que es mejor mantenerse alerta. En ese aspecto, el terror está prácticamente ausente durante todo el metraje, puesto que apenas se genera tensión ni tampoco suspense para ir cocinando sustos o crear mal rollo, quedando como un drama familiar con ligeras briznas de show macabro.
Teniendo el factor terror sometido sólo a sobresaltos puntuales y extremadamente forzados e innecesarios, la película se refugia en el sadismo de sus animatrónicos y en ofrecer el máximo fan service posible. Si bien ese punto gore queda muy apaciguado para llegar a un público más amplio, en el aspecto de ampliar lo visto en los títulos para consolas y PC la cosa sí mejora. Lo que consigue Five Nights at Freddy's es darle una buena forma a los personajes de Scott Cawthon con un guion que reúne los acontecimientos principales de la saga para crear un producto que sirve de maravilla como introducción o complemento del producto base. Cawthon aprovecha el filme para dar mayor pista a sus personajes para ahondar en ellos, alejándose de las cámaras de seguridad, lo que no está mal, pero al no tener una buena ejecución en el terror el proyecto se desinfla.
Conclusiones
Five Nights at Freddy's es sólo un regalo para los amantes del videojuego que pasaron un mal rato frente a los monstruos de feria de Cawthon estando a los mandos. El filme tiene un fondo que hasta podría relacionarse fácilmente con las novelas de Stephen King, pero al exponer a sus criaturas desde el principio y poner tan por encima la dramática del personaje interpretado por Josh Hutcherson, hace que el terror brille por su ausencia y el producto de Blumhouse se convierta en un pozo de easter eggs para los aficionados y en un breve tren de la bruja que no termina de despegar a pesar de tenerlo todo a su favor: un lugar abandonado, unos animatrónicos espeluznantes y una puesta escena bien lograda, pero mal aprovechada.