Ghosted (Ghosting en España) va camino de convertirse en una de las peores películas del año. Y sí, podríamos decir que es algo más que merecido. Ana de Armas y Chris Evans, protagonistas de esta comedia de acción para Apple TV+, parecen no haber sido suficiente como para evitar el hazmerreír del público y las malas críticas que está cosechando el filme de la manzana para su plataforma de streaming. ¿Qué ha pasado? Os lo contamos todo con una crítica sin spoilers.
Ni Ana de Armas ni Chris Evans logran salvar una comedia sosa sin nada destacable
Ana de Armas, que no tuvo demasiada suerte con Blonde, también criticada por su falta de calidad, lleva varios proyectos encadenados con la acción y el cine más comercial. La hemos visto en Puñales por la espalda (2019) y Sin tiempo para morir (2021), demostrando que la actriz hispano-cubana está en lo más alto en su conquista de Hollywood. Parece haberse abonado a eso de la acción desmedida, y tras Ballerina y protagonizar la fallida El agente invisible, un fracaso firmado por los hermanos Russo para Netflix, ha afirmado que no volverá al mismo hasta dentro de un tiempo. Su falta de gancho en Ghosting parece confirmar este hastío en la intérprete, que intenta hacerlo lo mejor posible. El bueno de Evans, fuera de Marvel y el amparo del escudo de Steve Rogers, sabe que llueve fuerte y tampoco tiene tanta suerte como esperaba.
Ghosting nace como un nuevo intento de Apple por ser relevante entre el gran público en lo referente al ámbito cinematográfico, terreno que, al contrario que en el de las series, no ha logrado hacer tanta mella como esperaban. Sí, han ganado un Óscar con CODA, pero las ambiciones de Cupertino son mucho mayores y apunta a un segmento de público más amplio, aquel al que aspiran los grandes estudios de Hollywood y majors. Pero están en una fase de expansión, y les importa poco cómo conseguir este plus de notoriedad. Están dispuestos a lograr sus objetivos a cualquier precio.
Este fallido filme intenta emular a las comedias de acción, muy populares durante los noventa y principios de los 2000, en el que dos estrellas con carisma llevaban el peso de un filme en el que la comedia de situación y las secuencias espectaculares se dan la mano. Era una fórmula a prueba de bombas, pero como podemos ver en webs como Rotten Tomatoes, no ha salido bien. Apenas logra el 29 % de aprobados y el público se está cachondeando de ella.
Rhett Reese y Paul Wernick -que han firmado cositas como Deadpool o Zombieland- han intentado cuajar un guion que recoge mucho de los tics de aquellos años, pero en esta película, dirigida por Dexter Fletcher, autor de la interesante Rocketman y la hortera pero oscarizada Bohemian Rhapsody, nada funciona. En principio, lo tiene todo: una pareja con química formada por Ana de Armas y Chris Evans, un buen presupuesto y un director con cierta experiencia en esto de manejar a actores y actrices de proyección y grandes producciones. Si le preguntásemos a ChatGPT y su inteligencia artificial qué película puede funcionar y tener éxito entre el público, y cuáles son sus ingredientes o componentes necesarios, posiblemente nos remitiría a un proyecto como esta Ghosting.
Ghosting nos cuenta la historia de Cole (Evans), un chico cualquiera -que trabaja como granjero- que se enamora perdidamente de Sadie (de Armas), una enigmática mujer que resulta ser una agente secreta. A través de la estructura de la comedia de situación, se construye una relación improbable que acabará desencadenando lo más variados eventos. Hasta ahí la teoría. La práctica demuestra que ni los mejores ingredientes cuajan si se deja en malas manos o uno se fija en lo que hace la competencia -en este caso, Netflix- para atraer a las ansiadas legiones de suscriptores y espectadores.
La película no tiene carisma, es aburrida por tramos, y aunque la pareja protagonista demuestra ponerle interés e intención -los dos mantienen una relación de amistad fuera de la pantalla-, su director no es capaz de capitalizarlo en pantalla. No es Mentiras arriesgadas de James Cameron ni Misión Imposible 3, ni siquiera la sosa Noche y día también con Tom Cruise y Cameron Díaz. Es algo insípido y falto de carisma. En menos de un fin de semana, la producción será condenada al olvido en el imaginario colectivo.
La película, que ya está disponible en la plataforma de Apple, es el epítome de lo mal que anda el streaming y la competencia entre servicios de vídeo bajo demanda. No todo es cuestión de seguir el modelo de Netflix -del que ahora se está arrepintiendo- y lanzar paladas de pienso para suscriptores a cualquier precio, y Apple, que ha demostrado tener un gran control de calidad en su distribución de series y documentales, tendría que comenzar a aplicarse el cuento en el ámbito cinematográfico. Sí, llegarán Napoleón de Ridley Scott y lo nuevo de Martin Scorsese a callarnos la boca en unos meses, pero en Cupertino tendrían que dejar de mirar a la competencia y sus vicios -que a veces es cierto que atinan- y seguir apostando por ese toque propio que los ha caracterizado en los últimos tiempos.
