La madre lleva años en la recámara de Netflix. Se trata de una de sus grandes bazas en lo referente al ámbito cinematográfico, un filme que atesora talento de muchos quilates y nombres propios con postín, desde su protagonista, Jennifer Lopez, convertida en una aguerrida e imbatible asesina profesional a su directora, Niki Caro, pasando por sus guionistas, Peter Craig o Misha Green. Desgraciadamente, algo falla. Con un punto de partida interesante, La madre no termina de convencer por culpa de un montaje discutible, una historia poco definida y un clímax frío e insuficiente. En Vandal la hemos podido ver en adelanto y os lo contamos en nuestra crítica sin spoilers.
Jennifer Lopez es una letal asesina en un filme que intenta ser León y que no termina de encontrar su propio camino y personalidad
La madre intenta ser muchas películas en una y no logra perfilar qué quiere contar o qué cree que debe presentar al espectador. Protagonizada por Lopez, que cerró un importante trato con Netflix hace unos años para la realización y producción de distintos contenidos, nos narra la historia de una letal asesina que se ve obligada a salir de su escondite para proteger a su hija, a quien dio en adopción años atrás luego de una operación que salió mal. Juntas se verán huyendo de todos los peligros que las acechan y de la larga sombra del pasado que arrastra una madre que lo sacrificó todo por garantizarle el mejor futuro a su hija.
Netflix no tiene ni un pelo de tonta. El portal de streaming parece obsesionado por capitalizar el éxito de las grandes sagas de acción como la reciente John Wick, buscando ser referente de la nueva oleada de cintas del género. Para ello se ha apoyado en el talento de Niki Caro, cineasta encargada entre otras de películas como la poco valorada reinterpretación del live action basado en el clásico de animación de Disney, Mulán (2020), la a reivindicar La casa de la esperanza o En tierra de hombres, su película más redonda.
Caro era la indicada para potenciar y marcar el carácter femenino de una cinta de esta índole, liderada por una mujer de armas tomar, que no deja descanso al espectador en ningún. La dirección de Caro es sólida y profesional, haciéndose más evidente cuando no hay demasiado accesorio, tiroteo o explosión por el camino, pero no puede luchar contra las evidentes muestras de un guion que hace aguas y aqueja de numerosas reescrituras o cambios en su historial.
En un principio se comentó que el libreto de La madre estaba a cargo de Misha Green, autora de series laureadas de destino dispar como Lovecraft Country o Underground y de Andrea Berloff, sumándose en un último momento Peter Craig, el nuevo chico para todo de Hollywood, que debutó con The Town junto a Ben Affleck y que en los últimos años ha encadenado éxitos como The Batman y Top Gun: Maverick, llevándose una nominación por la más reciente de ellas. Con tamaña mezcla en el guion es lógico pensar que hay demasiadas manos, tonos y maneras de contar historias colindando las unas con otras, algo que repetimos, se nota en el calamitoso desarrollo del filme a partir de su segunda hora. Por un lado tenemos una historia que repite todos y cada uno de los clichés del Hollywood reciente que tiene que ver con los niños secuestrados (preferiblemente del protagonista), repitiendo puntos centrales de la trama de El fuego de la venganza con Denzel Washington para luego caer en la bacanal de sangre y tiroteos descerebrados de la saga Venganza con Liam Neeson. Pero esto no es ni mucho menos lo peor de la película.
La primera mitad de la cinta, que es cuando La madre nos parece una mejor película en su conjunto, no deja respiro al espectador. Lo bombardea con persecuciones -rodadas en las Islas Canarias-, secuencias de lucha con sabor noventero, alguna que otra escena de tortura e interrogatorio y muchos secuaces cayendo bajo el fuego del silenciador de la protagonista. La producción de Netflix parece que intenta pagar peaje en todos los lugares comunes habidos y por haber en el género, y no nos parece mal. Lo que funciona, funciona. Y a estas alturas, hablar de fórmulas agotadas en la acción es una tontería. El problema llega La madre intenta parecer un thriller más serio y profundo, arrojándose con descaro al camino de la alegoría y la metáfora, lanzándonos secuencias en la que se intenta equiparar una y otra vez a la madre con una loba que protege a su cachorra.
Llegados a este punto, La madre se convierte en una suerte de copia de baratillo de la obra maestra de Luc Besson, Léon, con una Jennifer Lopez intentando enseñar a su vástago cómo sobrevivir y cazar. Es entonces, cuando la película tendría que demostrar que es algo más, cuando todo se viene abajo, desembocando en un clímax tan predecible como soso. Lo que podría haber sido una simple bagatela de acción, genérica y simple, da un salto al vacío al considerarse un muy serio relato sobre la maternidad. Regresamos al mayor problema de La madre: quiere ser muchos tipos diferentes de películas y no logra decantarse por ninguna. Sí, Jennifer Lopez es capaz de sustentarlo todo sobre sus hombros, tras Hustlers (Estafadoras de Wall Street) o Una boda explosiva, que se estrenó hace unos meses en Prime Video, su valía está fuera de toda duda, pero la Diva del Bronx no hace milagros. La madre puede llegar a ser entretenida, claro está, pero no logrará permanecer en la memoria de nadie.
Hemos visto La madre gracias al acceso anticipado de Netflix España y la agencia PR Garage.
