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Crítica de The Sandman - Los sueños no siempre se hacen realidad

Netflix estrena hoy la primera temporada de The Sandman, la adaptación del cómic de Neil Gaiman. ¿Merece la pena esta nueva serie?
Crítica de The Sandman - Los sueños no siempre se hacen realidad
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Por norma general, las adaptaciones son un terreno muy peligroso. Pasar de las viñetas o las páginas una historia ya existente al formato cinematográfico tiene sus riesgos, porque este no posee el mismo lenguaje que la lectura y prácticamente, en su mayoría, hay que realizar diversos cambios y ajustes para que la historia encaje dentro de un margen de duración asequible para el espectador. Netflix nunca le ha tenido miedo a esas adaptaciones, lo cual tiene su parte positiva y su parte negativa. Positiva porque arriesga y se mete en charcos a los que pocos se acercarían. Negativa porque se necesita mucho trabajo y talento para que esto salga bien.

Una serie dispersa con demasiado contenido que abarcar

The Sandman no es una obra sencilla de adaptar. Ya solo por su gran bloque onírico representa un reto interesante. Sin en cuenta por supuesto que Neil Gaiman es un autor poco corriente dentro de la industria del cómic, no es el visceral Garth Ennis o el brutal Brian Azzarello, que consiguen sorprender con las generosas dosis de hemoglobina que aparecen en sus viñetas. Gaiman es un artista de la enigmática, los puzles y los giros de guion sorprendentes. Es por ello por lo que puede que The Sandman tendría que haberse tratado con un poco de mimo y no ser parte de ese carrusel de novedades que la gigante del streaming suele lanzar cada dos por tres, aun a pesar de estar atravesado una fuerte crisis actualmente.

La ficción protagonizada por Tom Sturridge como Sueño, o Morfeo, se compone de diez episodios y en vez de navegar por unos terrenos similares a los de David Lynch, lo hace imitando parte del recorrido y presentación que vimos en productos como Outcast, Good Omens o la nueva adaptación de Constantine a televisión con un Matt Ryan muy acertado. Lucifer podría ser la excepción teniendo en cuenta que no busca seguir el tebeo a pies juntillas en cuanto a tono, alejándose con un personaje principal más burlesco y un tono picantón más elevado y American Gods puede que encaje más en el marco de The Sandman. Pero en líneas generales The Sandman transmite una sensación similar a aquellas: le falta garra.

The Sandman

El mundo onírico de Morfeo no se explota en demasía y hay demasiados personajes que buscan ser también protagonistas.

Allan Heinberg, desarrollador de la serie, no consigue que las secuencias de The Sandman sean lo suficientemente atractivas como para enganchar al espectador. La historia, aun siendo original en televisión, no se siente como tal y parece que se han desechado demasiados conceptos de la obra original para intentar sintetizar al máximo la historia y que así esta pueda llegar a un mayor número de espectadores. En cada serie de televisión o película que se estrena hay que pasar por una fase de aprendizaje en la que, como espectadores, aprendemos las reglas sobre las que se erige ese producto. No obstante, con The Sandman las cosas son un tanto diferentes porque las reglas pueden ir cambiando a voluntad y dependiendo de la situación, y ahí es donde Netflix ha buscado comprimir al máximo los temas principales: funcionamiento de los sueños, poderes de Morfeo, existencia de otras deidades, representación de figuras bíblicas que no aportan nada...

The Sandman se siente extraña, como un producto que no es capaz de capturarte en sus redes a pesar de tener todos los ingredientes fantásticos para poder hacerlo. Quiere convertirse en la nueva serie de éxito y eso impide que asiente bien sus bases, precipitándose y presentando a un conglomerado de personajes que en la mayoría de ocasiones no llegan a ninguna parte. The Sandman nos transporta aquí y allá sin tener un rumbo claro. Su finalidad la determina Morfeo, pero hay demasiados factores de por medio que entorpecen un poco su desarrollo. Hay elementos como la representación, en muchas ocasiones, de un CGI forzado que nos hacen dudar sobre la velocidad a la que se han construido determinadas puestas en escena. Y esto sorprende, en parte, porque el mismo Neil Gaiman ha participado en el libreto de la ficción y ha estado, en teoría, muy pendiente de la serie, pero es evidente que hay una voluntad de expansión que se percibe a medida que pasan los capítulos.

The Sandman

De más a menos y con demasiados frentes abiertos

The Sandman empieza con un piloto muy potente, oscuro y con un tono que casi roza el género. A ello se le suma la presentación de un mundo de fantasía, con el Reino de los Sueños como eje central, que poco a poco va marchitándose debido a que Morfeo ha sido capturado. Ese punto de partida tan interesante va diluyéndose sin remedio y acabando en unas aguas extrañas que, como decíamos, transmiten una sensación que es difícil transmitir, porque la serie se queda en tierra de nadie sin aportar gran cosa y sin dejar claro qué es lo que busca más allá de presentar un universo nuevo. La ficción no es desde luego nada convencional y puede, en parte, que no estemos acostumbrados a esa apertura narrativa que realiza abriéndose a que otros personajes recojan constantemente el testigo protagonista. Pero el caos que genera eso, el cóctel de información, tramas, subtramas y pérdida del norte es lo que se termina quedando como poso. The Sandman parte de un material demasiado amplio como para acotarse tanto.

The Sandman está disponible en Netflix y se compone de diez episodios.

En sí, The Sandman es un sí, pero a la vez un no. Su atmosfera oscura repleta de monstruos y mitología es lo más atractiva, y la interpretación de Tom Sturridge como Morfeo es memorable, ya no podríamos ver a otro artista representando al personaje en pantalla. El piloto, repetimos, es excelente y tiene piezas que sirven de puente para mantener un poco el interés, pero en líneas generales es un producto muy vacío que quiere abarcar mucho y aprieta muy poco. Demasiados conceptos, ideas, personajes y tramas que no llevan a ningún puerto por ahora. Es evidente que de haber una temporada 2 la cosa quedará más clara y se podrá explotar mejor el producto de Gaiman. No obstante, en estos instantes The Sandman no termina de despegar como debería. Por lo menos, eso sí, las bases de para una nueva tanda de capítulos ya están establecidas y eso quiere decir que la cosa se puede mejorar y pulir. Ahora bien, antes hay que pasar el trámite de los diez episodios de la primera temporada.

Xavi Mogrovejo

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