Ya ha pasado casi un año desde la primera parte de nuestro reportaje especial sobre los mejores jefes finales de la generación. Al igual que con el primer volumen, solo hemos escogido un jefe por título, para evitar que algunos juegos rellenen el reportaje entero ellos solos.
Además, con una generación tan larga como la que hemos vivido y con tantísimos juegos y jefes, es posible que muchos merecedores de estar aquí se hayan quedado por el camino, por lo que os animamos (aunque cuidado con los spoilers) a que compartáis con nosotros cuáles han sido las batallas que más os han marcado.
También os recordamos que el artículo está repleto de spoilers, por lo que os recomendamos consultar primero los títulos de los que hablamos en cada página para evitaros posibles destripes no deseados, algo que podéis hacer justo a continuación con el índice que os dejamos.
Selvaria (Valkyria Chronicles)
Valkyria Chronicles es una de las grandes joyas que nos ha dejado la generación. Puede que no tuviera el alcance que se merecía en un principio, pero a poco a poco ha conseguido ganarse su título de "juego de culto" a medida que más y más jugadores han ido descubriendo todas sus bondades. Un apartado gráfico precioso que no ha envejecido absolutamente nada, una profundidad jugable enorme repleta de posibilidades, una gran historia que trata de una forma muy acertada y madura el drama de la guerra, y unos personajes inolvidables son solo algunos de los motivos por los que ha conseguido conquistar a todo aquel que le ha dado una oportunidad.
Precisamente, si tuviéramos que destacar a uno de sus personajes, probablemente nos decantaríamos por Selvaria, la principal y carismática general enemiga a la que tenemos que hacer frente durante prácticamente todo el juego, subiendo los niveles de tensión a cotas insospechadas cada vez que aparece en una misión, ya que siempre se presenta como una rival invencible capaz de barrer a todo nuestro ejército en cuestión de turnos si no tenemos cuidado... Hasta que por fin descubrimos cómo hacerle frente en la que es probablemente la mejor misión de todo la aventura, ofreciéndonos de paso una batalla para el recuerdo y que difícilmente olvidaremos.
Sif (Dark Souls)
Dark Souls es uno de esos juegos que mencionamos anteriormente capaces de rellenar el reportaje entero por sí mismo, ya que raro es el jefe que no merece estar en esta lista. Cada uno probablemente tendrá su favorito, ya que hay muchos entre los que escoger y todos de gran calidad, pero como nos hemos propuesto escoger solo uno, nuestra elección finalmente recae sobre Sif, el Gran Lobo Gris.
Quizás no sea un jefe tan difícil e intenso como sí lo son muchos otros (Ornstein y Smough, por ejemplo), pero tanto el diseño de Sif como sus movimientos, forma de pelear, música y el escenario en el que se desarrollaba el combate, sumaban un conjunto mágico y totalmente hipnótico que hacían de esta batalla algo muy memorable. Además, si jugamos primero su expansión antes de enfrentarnos a él, veremos cómo la escena cinemática del principio cambia para mostrarnos cómo Sif nos reconoce a pesar de los muchos años que han pasado desde que nos conoció (Artorias of the Abyss tiene lugar en el pasado), aportando a la pelea mucho significado, tanto que no querremos darle el golpe de gracia, a pesar de que no nos quedará otra si lo que queremos es seguir avanzando...
Liquid Ocelot (Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots)
Puede que este combate no sea el más complejo, ni el más difícil, y que tampoco tenga las mejores mecánicas de todos los que hemos incluido en el reportaje, pero sí que tiene a uno de los villanos más carismáticos de toda la historia de los videojuegos, algo que solo de entrada ya le hace ganar bastantes puntos. Tras muchos juegos detrás de él, por fin había llegado la hora de hacer frente a Liquid Ocelot (hasta ese momento, Ocelot teóricamente poseído por Liquid tras implantarse su brazo) en un combate tal y como tenía que ser: cuerpo a cuerpo y homenajeando al enfrentamiento que tuvimos contra Liquid en Metal Gear Solid.
El escenario de combate era espectacular, los puñetazos y patadas de ambos personajes sonaban con mucha contundencia, las pequeñas secuencias cinematográficas que aparecían entre fases estaban genialmente coreografiadas y el hecho de que a medida que se iba desarrollando la batalla fuéramos escuchando los temas principales de las entregas anteriores, no hacía más que engrandecer una gran lucha final cargada de significado y muy sentida para cualquier fan de la obra de Kojima. Puede que aporreando el botón de ataque y defendiéndonos de vez en cuando ganáramos, pero eso no evitó que nos dejara un recuerdo imborrable, especialmente tras descubrir poco después de derrotarle la auténtica verdad sobre este inolvidable "villano".
Alien (Alien Isolation)
Si bien el xenomorfo que nos persigue durante la nueva aventura de Creative Assembly no es un jefe final en un sentido tradicional, se nos hace imposible no valorarlo como tal tras los malos ratos que nos ha hecho pasar a lo largo de todo el juego, sintiéndose siempre como una criatura implacable y letal, capaz de acabar con nuestra vida antes de que nos enteremos siquiera de lo que ha pasado.
En realidad se trata de un jefe final que dura horas y al que no podemos matar, obligándonos constantemente a prestar mucha atención a todo lo que nos rodea y a cualquier sonido que pueda indicarnos dónde está para así evitarlo y llegar hasta el final. Un juego del gato y el ratón muy intenso en el que nosotros somos la presa, llevándonos a dar el 120% de nosotros mismos si queremos salir airosos y con vida de cada encontronazo que tengamos con esta temible y mítica criatura salida de la gran pantalla. Todo esto consigue que en el momento en el que por fin vemos los títulos de créditos respiremos aliviados sabiendo que la pesadilla por fin ha acabado, motivo más que suficiente para que figure dentro de esta lista.
Jhen Mohran (Monster Hunter Tri)
Monster Hunter es otra de esas sagas repletas de grandes jefes finales. No en vano, la mecánica principal de la serie gira en torno a darles caza, por lo que no nos ha resultado nada fácil quedarnos con una sola de las criaturas a las que tuvimos que hacer frente en su tercera entrega. Al final, tras mucho meditarlo, nos hemos decantado por el Jhen Mohran, una de las batallas más épicas y originales que ha dado toda la saga.
Esta se divide en dos fases. La primera de ellas vamos a bordo de un barco repleto de armas de todo tipo capaz de navegar por el desierto, lo que nos llevará a participar en una intensa persecución mientras usamos cañones, arpones, un gong para asustar al monstruo e incluso un gigantesco matadragones. Todo ello a la vez que protegemos el barco para que no lo destruya y buscamos los mejores momentos para subirnos a su lomo y exponer sus puntos débiles.
Una vez superada esta fase, llega el enfrentamiento final. Esta vez con el barco parado y con el Jhen Mohran aproximándose a lo lejos de forma lenta, pero constante, momento en el que nos tocará sacar a relucir nuestras armas y lanzarnos al ataque para dañarle las patas y obligarle a retroceder, ofreciéndonos unas vistas impresionantes y haciéndonos sentir como auténticas pulgas mientras luchamos para acabar con él sin que nos aplaste por el camino.
Además, para que la batalla fuera todavía más épica, Capcom tuvo la genial idea de hacer que empiece a sonar el tema principal de la saga siempre y cuando seamos capaces de impactarle con el Matadragones en esta fase. Sin duda, una gran lucha que sin ser la más difícil ni la más agraciada de rejugar (la batalla es bastante larga y farmear a este monstruo se puede hacer algo pesado), consiguió dejarnos un recuerdo de la primera vez que salimos victoriosos de ella que difícilmente olvidaremos.
Cronos (God of War 3)
God of War nos ha dejado también una buena cantidad de jefes finales para el recuerdo, especialmente su espectacular tercera entrega. Espectacular, esa es sin duda la palabra que mejor ilustra la batalla contra Cronos, una de las más impresionantes a nivel visual que hemos tenido nunca el placer de jugar en un videojuego. Cronos es una criatura gigantesca, tanto que hace palidecer a cualquiera de los colosos de Shadow of the Colossus, consiguiendo que nos sintamos como una pulga en el momento que llegamos hasta él.
Esto da pie a una lucha realmente variada, en el que tendremos que escalar, poner en práctica nuestras habilidades plataformeras, esquivar los ataques del titán, superar QTE, correr por nuestras vidas y luchar contra enemigos menores en todo tipo de situaciones. Todo ello mientras vamos dañando a Cronos y nos las vamos apañando para darle muerte... ¡Incluso desde su interior! Como decimos, una batalla que nos dejó con la boca abierta y la mandíbula totalmente desencajada ante lo que veíamos en pantalla. Y, evidentemente, con toda la brutalidad y el gore por el que se ha caracterizado la serie.
Jeanne (Bayonetta)
Nunca nos cansaremos de repetir lo mucho que nos gustan los juegos de Platinum Games, maestros del género de la acción y de los pocos estudios que son capaces a día de hoy de ofrecernos grandísimas batallas contra jefes finales en todos y cada uno de sus títulos. Siendo Bayonetta una de sus obras cumbres (la que más para muchos), a nadie le debería de extrañar el buen repertorio que tiene de este tipo de enfrentamientos, aunque quizás pocos serán tan recordados como la lucha final que tenemos contra Jeanne, la amiga y rival de nuestra carismática bruja.
Si bien todos los combates que tenemos contra Jeanne son bastante buenos, el que tiene lugar en el capítulo 14 se lleva sin duda la palma, ofreciéndonos toda la espectacularidad y la intensidad por la que se ha caracterizado la obra de Platinum Games, pero elevada al cuadrado, ya sea batallando recorriendo una ciudad montados en un cohete o en la pared de un rascacielos. Además, la lucha es muy técnica y nos obligará a medir todos y cada uno de nuestros movimientos con mucho cuidado para esquivar en el momento adecuado y contraatacar en cuanto tengamos ocasión. Puro espectáculo, puro Platinum Games.
Al Gore (South Park: La Vara de la Verdad)
South Park: La Vara de la Verdad es, sin duda alguna, la adaptación definitiva que hemos visto nunca de una serie de televisión al mundo de los videojuegos. Prácticamente ningún juego hasta la fecha había conseguido que nos sintiéramos como si realmente estuviéramos dentro de un capítulo de la serie en la que se basa, algo que esta nueva entrega de South Park ha conseguido y con creces, dejándose notar en cada palmo del juego la mano de Trey Parker y Matt Stone, los creadores de este fenómeno televisivo.
Bajo la apariencia de un juego de rol japonés con combates por turnos se esconde un título divertidísimo e imprescindible para cualquier fan de la serie, ofreciéndonos batallas muy locas y originales, especialmente contra sus jefes finales, con ataques como llamar por el móvil a nuestros padres por portarnos mal e incumplir las normas.
Para la ocasión hemos decidido quedarnos con Al Gore, quien al igual que en la serie no parará de molestarnos con sus locuras, especialmente con sus cansinos e insistentes mensajes de Facebook, obligándonos a tener que hacerle frente para poder eliminarle de nuestra lista de amigos (si no lo hacemos nos dará la tabarra durante todo el juego) en una batalla en la que tendremos que presenciar cosas como una exposición de diapositivas sobre los devastadores efectos del calentamiento global, a la vez que luchamos contra una serie de agentes especiales que llegarán para defenderle.
Y todo ello mientras se cree un superhéroe, con capa incluida. Por si fuera poco, en otro momento del juego se disfrazará del temible Hombre Oso-Cerdo con el que está tan obsesionado para luchar contra nosotros, sirviendo así como dos jefes distintos que sabrán cómo sacarnos más de una carcajada.
Daimon (Dragon's Dogma: Dark Arisen)
Aunque dijimos que solo íbamos a escoger un jefe por juego, en esta ocasión vamos a hacer un poco de trampa y a excusarnos en el hecho de que Daimon pertenece a una expansión para incluirle en la lista, a pesar de que en el primer volumen ya incluimos un jefe de Dragon's Dogma. Como ya comentamos en su momento, el título de Capcom está repleto de grandes combates de este tipo, algo que se llevó un paso más allá con Dark Arisen, una expansión tan difícil como intensa.
Eso sí, pocas batallas nos cautivaron tanto como la última. Daimon no solo tenía una bella historia que nos iban narrando a medida que le hacíamos frente, sino que también nos presentaba una batalla tremendamente espectacular, muy desafiante, larga y con multitud de mecánicas distintas que teníamos que aprendernos si queríamos derrotarle, algo a lo que había que sumarle el temazo que sonaba durante el combate y el imponente diseño del que hacía gala la criatura. No sabemos si Capcom se animará a desarrollar Dragon's Dogma 2, pero si con ella nos fueran a ofrecer más jefes como este, no podemos esperar con más ganas que esta hipotética secuela se convierta en una realidad.
The Final Song (Drakengard 3)
O "La Trolleada Final", como es conocida comúnmente por todo aquel que se haya pasado la última obra hasta la fecha de Taro Yoko. La batalla final de Drakengard 3 tiene el honor de ser una de las más inquietantes, extrañas, siniestras, bellas, frustrantes y desesperantes que hemos tenido el placer de jugar. Para que lo entendáis mejor, tenemos que viajar al 2004, año en el que se puso a la venta la primera entrega de la saga en Europa. En él tuvimos que superar un combate contra un jefe final que cambiaba las mecánicas habituales del título para ofrecernos una especie de minijuego rítmico de una dificultad altísima que tuvo a más de uno frente a la consola durante horas intentando superarlo, ya que un fallo suponía nuestra muerte irremediable. Solo duraba dos minutos, pero había que memorizarlos al dedillo y podían llegar a hacerse eternos.
Por ello, la sensación de alivio que transmitía el hecho de matarlo y saber que nunca jamás tendríamos que volver a pasar por algo parecido era incomparable. Sin embargo, diez años después, nuestro amigo Yoko nos tenía preparada una "desagradable" sorpresa en respuesta a las múltiples quejas que recibió por el diseño de ese jefe: otro del mismo corte pero mucho más difícil todavía. Os resultará fácil haceros a la idea de lo que cualquier fan de la saga pudo sentir cuando, tras más de 30 horas de juego batallando tanto a pie como a lomos de un dragón, llegó a su batalla final y se encontró nuevamente ante un infernal minijuego rítmico.
Básicamente el combate consiste en ver una hipnótica y hermosa (a la par que siniestra) secuencia de vídeo mientras activamos el escudo de Mikhail pulsando cualquier botón para que así se pueda defender de los ataques enemigos. Estas ofensivas van al ritmo de la bella canción que suena de fondo, por lo que tendremos que ir pulsando los botones sin perder el ritmo. Un fallo y estamos muertos, por lo que no hay posibilidad de error, y cada vez que nos toca reiniciar, nos tocará tragarnos 30 segundos de vídeo en los que no hacemos nada.
Para rizar más el rizo, cuando ya creemos que lo tenemos todo controlado y nos pensamos que con la vista nos podemos guiar bien para acertar las pulsaciones, la cámara empieza a hacer giros extraños, molestos zooms y todo tipo de triquiñuelas que nos impedirán guiarnos por lo que vemos, obligándonos a aprendernos de memoria la canción, su ritmo y los momentos en los que hay que pulsar los botones. Y todo ello durante más de siete minutos. Una dificultad desmedida que obligó a más de uno a crear vídeos en YouTube con iconos a lo Guitar Hero para que aquellos que perdieran la paciencia pudieran sincronizarlos con el juego y superar el enfrentamiento de una vez por todas.
Esta es una de esas batallas que consiguen crear un sentimiento de amor/odio muy fuerte con el jugador, ya que quizás muchos la odien, pero es tan especial y bella (y frustrante), que difícilmente será olvidada, por lo que no encontramos motivos para que no esté en esta lista, cerrando de paso nuestro repaso por los mejores jefes finales que ha dado la generación.
