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El ocaso de los Tactical RPG japoneses

Este género consiguió expandirse fuera de japón con la primera PlayStation y continúa vivo gracias a consolas como Nintendo Switch.

Desde su auge en los años 90, cuando vivieron todo un boom por su vertiente estratégica y narrativas cuidadas, hasta su posterior declive en la transición hacia nuevas generaciones de consolas, los TRPG han dejado una huella indeleble en la industria y aún a día de hoy, gracias sobre todo a su auge en consolas portátiles y teléfonos móviles, este género sigue vivo. Pero para conocer un poco más cuándo fue su edad de oro y por qué pasó, habrá que bucear un poco en sus comienzos como género.

El Auge de los Tactical RPG Japoneses

El género TRPG ocupa un lugar especial sobre todo en Japón, donde alcanzó su mayor esplendor. Estos juegos, que combinan elementos de estrategia en tiempo real o por turnos con la profundidad narrativa de los RPG, comenzaron a tomar forma a finales de los años 80 y principios de los 90. A medida que las capacidades técnicas de las consolas crecían, también lo hacía la complejidad y el alcance de estos títulos, dando lugar a una época dorada que los consagró como una de las joyas más preciadas en la corona de los videojuegos japoneses.

El Origen del género

El origen de los Tactical RPG se remonta a una época en la que la experimentación era clave para el desarrollo de nuevos géneros. En 1990, Nintendo lanzó en Japón Fire Emblem: Shadow Dragon and the Blade of Light para la Famicom (conocida como NES en Occidente), un título que no solo sería pionero en el género, sino que también establecería muchos de los elementos clave que definirían a los TRPG. Este título combina la planificación estratégica de un juego de guerra tradicional con elementos narrativos y de progresión de personajes propios de los RPG. Cada unidad en el campo de batalla no es simplemente un peón, sino un personaje con una historia, habilidades únicas y una importancia narrativa que se desarrollaba a lo largo de la obra. Esta mezcla fue revolucionaria en su momento, creando un nuevo tipo de videojuego que capturó la imaginación de los jugadores.

El éxito de Fire Emblem no solo dio pie a una longeva franquicia, sino que también inspiró a otros desarrolladores a explorar este nuevo territorio. Sin embargo, el género alcanzaría aún más calidad con el lanzamiento de Tactics Ogre: Let Us Cling Together en 1995 para la Super Famicom. Desarrollado por Quest, un estudio pequeño pero innovador, llevó el género a nuevas temáticas con su intrincada trama política, decisiones morales que afectaban el curso de la historia y un sistema de combate táctico profundo y desafiante. A diferencia de otros RPG de la época, donde la historia era en su mayoría lineal, este ofrecía múltiples caminos narrativos basados en las elecciones del jugador, lo que fue clave de su éxito en aquel momento.

Tactics Ogre no solo refinó los elementos estratégicos y narrativos de Fire Emblem, sino que también introdujo un nivel de complejidad y madurez que llamó la atención del público más adulto y exigente. Este título sentó las bases para lo que muchos consideran la era dorada de los Tactical RPG, marcando un antes y un después en el género. Su influencia sería evidente en títulos posteriores que intentarían, con diferentes grados de éxito, replicar su fórmula.

La consolidación del género en los 90

Con estos títulos pioneros, el camino estaba preparado para una explosión de nuevos RPG, que en esta década salieron como churros. La llegada de la PlayStation en 1994, con su capacidad para manejar gráficos 3D rudimentarios y escenas cinemáticas, proporcionó un terreno fértil para que el género floreciera. Desarrolladoras como Square, Atlus, y Konami comenzaron a experimentar con los elementos tácticos y narrativos que Fire Emblem y Tactics Ogre habían popularizado, pero llevándolos aún más lejos, en términos de escala y ambición.

La combinación de narrativas con mayor complejidad y distintas temáticas, la mejora en cuanto al combate estratégico y un mayor desarrollo de los personajes hizo que estos juegos no solo fueran entretenidos, sino que empezaran a amasar una cantidad importante de jugadores. Los TRPG comenzaron a atraer a una audiencia que buscaba algo más que acción rápida: buscaban historias complejas, desafíos intelectuales y la satisfacción de superar obstáculos mediante una planificación más cuidadosa y la toma de decisiones.

En este contexto, la segunda mitad de los 90 vio el lanzamiento de algunos de los títulos más icónicos del género como Final Fantasy Tactics (1997) y Front Mission 3 (1999). Estos juegos no solo consolidaron las bases establecidas por sus predecesores, sino que también expandieron el alcance del género, atrayendo a un público internacional y marcando el inicio de lo que muchos consideran la época dorada de los Tactical RPG.

Edad de oro y expansión global

El auge de los Tactical RPG japoneses durante la década de los 90 no se limitó al mercado interno. Con el éxito de la PlayStation, muchos de estos títulos comenzaron a ser localizados y distribuidos en Occidente, donde fueron recibidos con entusiasmo por una audiencia que nunca antes había tenido acceso a este tipo de experiencias. Juegos como Final Fantasy Tactics y Vandal Hearts introdujeron a los jugadores occidentales en el mundo de los TRPG, y aunque el género nunca alcanzó la misma popularidad masiva en el extranjero, logró crear una base de fans apasionados que continuarían escogiéndolo durante años.

Este periodo marcó el pináculo de la popularidad de los Tactical RPG, con un flujo constante de lanzamientos que exploraban diferentes escenarios, mecánicas y enfoques. Desde conflictos medievales hasta futuros distópicos, el género demostró ser increíblemente versátil, capaz de adaptarse a una amplia variedad de contextos y estilos. Con la entrada al nuevo milenio, los Tactical RPG habían cimentado su lugar en la historia de los videojuegos, pero los cambios en la industria y las preferencias de los jugadores comenzarían a trazar el camino hacia un inevitable declive.

La importancia de la PlayStation en la edad de oro del TRPG

A mediados de la década de 1990, la industria estaba en plena transición. Las consolas de 16 bits, como la Super Famicom y la Sega Mega Drive, habían dominado el mercado, pero las limitaciones técnicas de estas plataformas comenzaban a hacerse evidentes. En este contexto, la llegada de la PlayStation en 1994 marcó un punto de inflexión que no solo cambiaría el panorama general de los videojuegos, sino que también jugaría un papel crucial en el auge de este género.

Más allá de las limitaciones de los 16 Bits

La consola de Sony, con su capacidad para manejar gráficos en 3D y su uso de discos compactos (CD-ROM) en lugar de cartuchos, abrió nuevas posibilidades para los desarrolladores. Los CD-ROM no solo ofrecían mayor capacidad de almacenamiento, lo que permitía incluir más contenido en los juegos (como cinemáticas, bandas sonoras de alta calidad y escenarios más detallados), sino que también eran significativamente más baratos de producir en comparación con los cartuchos tradicionales. Esto incentivó a muchas desarrolladoras a experimentar con ideas más ambiciosas, incluyendo la creación de mundos más vastos y complejos que antes no eran posibles.

Para los TRPG, un género que se beneficiaba enormemente de narrativas amplias, mapas extensos y sistemas de juego con algo de profundidad, la PlayStation ofreció el entorno perfecto. Títulos como Final Fantasy Tactics (1997), desarrollado por Square, se aprovecharon al máximo de estas capacidades. Este título, que se convirtió rápidamente en un referente del género, presenta gráficos isométricos en 3D que permitían a los jugadores visualizar el campo de batalla desde diferentes ángulos, añadiendo una capa de profundidad estratégica que no había sido posible en generaciones anteriores de consolas. Además, la capacidad de la consola de Sony para renderizar escenas cinemáticas permitió a los desarrolladores contar historias con una calidad visual sin precedentes en ese momento.

Salir de Japón y triunfar

Este dispositivo japonés se convirtió en una consola global, con una base de usuarios masiva en América del Norte, Europa y otras regiones. Este éxito internacional fue un factor clave para la expansión del género TRPG más allá de las fronteras japonesas. Si bien títulos como Fire Emblem habían permanecido en gran medida exclusivos de Japón, la PlayStation permitió a las desarrolladoras localizar sus juegos para otros mercados, ampliando así su audiencia potencial.

Square, en particular, fue uno de los estudios que más se benefició de esta expansión. Tras el éxito internacional de Final Fantasy VII (1997), la compañía decidió localizar Final Fantasy Tactics para el mercado occidental, donde fue recibido con gran entusiasmo. Este lanzamiento ayudó a popularizar el género entre los jugadores occidentales, quienes hasta ese momento habían tenido un acceso limitado a los TRPG. Este título no solo vendió bien fuera de Japón, sino que también fue aclamado por la crítica, solidificando la reputación del género.

Diversificación del género

El entorno fértil que proporcionó la consola nipona también permitió a los desarrolladores experimentar con diferentes temáticas y estilos dentro del género. Mientras que juegos como Final Fantasy Tactics y Tactics Ogre se centraban en historias medievales con temas políticos y militares, otros títulos optaron por enfoques completamente diferentes. Por ejemplo, la serie Front Mission, desarrollada por Square, combinó elementos de TRPG con un escenario de ciencia ficción militar en el que los jugadores controlaban enormes mechas en un futuro distópico. Este nuevo enfoque llevó la estrategia táctica en un entorno completamente nuevo, lo que ayudó a diversificar el género y atraer a un público más amplio.

Además, PlayStation fue hogar de juegos más experimentales dentro del género como el ya mencionado Vandal Hearts (1996) de Konami. Este título, que destaca por un sistema de clases dinámico y una historia llena de giros y traiciones, fue uno de los primeros títulos de este género en destacar por su enfoque en las elecciones del jugador y las consecuencias narrativas. Otro ejemplo es Hoshigami: Ruining Blue Earth (2000), aunque es menos conocido, ofrece una jugabilidad compleja que desafiaba incluso a los veteranos del género, destacando por su dificultad y profundidad táctica.

Cómo empezó el declive del género

El auge de los Tactical RPG en la segunda mitad de los años 90 fue tan impresionante como breve. Tras alcanzar un punto culminante con los títulos que definieron el género (como Final Fantasy Tactics y Tactics Ogre), el panorama comenzó a cambiar rápidamente. La industria de los videojuegos, siempre en evolución, introdujo nuevas tendencias y tecnologías que, aunque expandieron el horizonte del medio, también marcaron el inicio del declive para este género que acaba de ver la luz en occidente. Este proceso no fue inmediato ni provocado por un solo factor, sino que fue el resultado de una combinación de cambios tecnológicos, saturación del mercado, complejidad del género y la creciente globalización del mercado de videojuegos.

A medida que la tecnología avanzaba, la industria comenzó a enfocarse en aprovechar las capacidades de las nuevas consolas, que ofrecían gráficos 3D más avanzados, mundos abiertos y experiencias inmersivas. La sexta generación de consolas, encabezada por PlayStation 2, Xbox y GameCube, marcó un cambio de paradigma en las prioridades de desarrollo. La capacidad para renderizar gráficos en 3D de alta calidad se convirtió en una de las principales herramientas de venta de estas plataformas, y los desarrolladores comenzaron a explorar géneros que podían aprovechar al máximo estas nuevas capacidades.

Los TRPG, tradicionalmente basados en gráficos isométricos en 2D o 3D simple, comenzaron a parecer visualmente menos atractivos en comparación con los títulos que hacían uso de los gráficos 3D avanzados. Juegos como Final Fantasy X (2001), con sus escenarios detallados y cinemáticas espectaculares, representaban la nueva dirección que estaba tomando la industria. Mientras tanto, este género mantenían sus raíces en presentaciones más tradicionales, lo que los hacía parecer anacrónicos frente a la innovación visual de otros géneros.

Además, el auge de los videojuegos online, particularmente los MMORPGs como EverQuest y World of Warcraft, también cambió las expectativas de los jugadores. Estos títulos ofrecían experiencias sociales y dinámicas, con mundos persistentes y la posibilidad de interacción constante con otros jugadores, algo que los TRPG, con su enfoque en campañas individuales y experiencias solitarias, no podían ofrecer. Como resultado, la atención de los tanto de los jugadores como de los desarrolladores comenzó a desplazarse hacia estas nuevas formas de juego, dejando a los TRPG en un segundo plano.

Sobresaturación del mercado

El éxito de los TRPG en la década de los 90 llevó a un incremento significativo en la producción de títulos dentro del género. Mientras que a principios de la década los TRPG eran relativamente escasos y cada lanzamiento se sentía como un evento especial, hacia finales de los 90 y principios de los 2000, el mercado estaba saturado con numerosos títulos que competían por la atención de los jugadores.

Aunque esta abundancia parezca algo positivo para todos aquellos que disfrutaban de este hobby, también tuvo un efecto negativo: la novedad y el impacto de los nuevos lanzamientos comenzaron a disminuir. Con tantos títulos similares disponibles, los jugadores comenzaron a sentirse abrumados y la fatiga del género empezó a instalarse. Este fenómeno es común en la industria, donde la sobresaturación de un tipo de juego puede llevar a una disminución en el interés del público, incluso si la calidad de los títulos se mantiene alta.

Los TRPG, que alguna vez fueron un género de nicho con un atractivo específico concreto, comenzaron a perder su brillo a medida que la innovación dentro del género se estancaba. Los jugadores buscaban nuevas experiencias y la falta de evolución en muchos de los títulos provocó que estos comenzaran a ser percibidos como repetitivos, lo que contribuyó a su declive en popularidad.

Muchas horas y demasiada estrategia

Uno de los aspectos más distintivos de los TRPG es su complejidad. Estos juegos son conocidos por sus sistemas de juego que requieren planificación estratégica, administración de recursos y una comprensión detallada de las mecánicas de combate. Si bien esto ha sido una de las mayores fortalezas del género, también ha representado una barrera significativa para atraer a un público más amplio.

En comparación con otros géneros como los JRPG o los action RPGs, los TRPG son menos accesibles para los jugadores casuales. La curva de aprendizaje más pronunciada, combinada con la necesidad de dedicar tiempo a comprender las complejidades del sistema de juego, hizo que estos fueran cada vez menos atractivos para los jugadores que buscaban experiencias más inmediatas y tuvieran menos tiempo disponible.

A medida que la industria del videojuego comenzó a atraer a una audiencia más amplia y diversificada, los títulos que ofrecían una entrada más accesible al entretenimiento comenzaron a ganar popularidad, un factor que también fue determinante a la hora de diseñar la dificultad de los videojuegos, pero eso ya es otra historia. Los action RPGs, por ejemplo, combinaban la narrativa de los RPG con una jugabilidad más dinámica y accesible, orientada a la acción, como Mass Effect (2007), lo que les permitió atraer a una base de jugadores más amplia. En este contexto, los TRPG, con su enfoque en la estrategia lenta y la toma de decisiones, comenzaron a parecer menos atractivos, comenzando así su declive.

Enfoques comerciales y nuevas prioridades

La globalización del mercado de videojuegos en los años 2000 llevó a las compañías japonesas a enfocarse cada vez más en títulos con mayor potencial comercial a nivel mundial. A medida que los desarrolladores japoneses comenzaron a mirar más allá de sus fronteras, el énfasis se trasladó a la creación de juegos que pudieran conectar o llamar la atención de una audiencia global, que a menudo tenía preferencias diferentes a las del mercado doméstico.

Los TRPG, a pesar de su éxito y popularidad en Japón, nunca lograron el mismo nivel de atractivo en los mercados occidentales. Los gustos en estas regiones tendían más hacia los juegos de acción, los shooters en primera persona y los RPGs con elementos de acción, que ofrecían una experiencia más inmediata y menos demandante en términos de planificación. Como resultado, las compañías japonesas comenzaron a priorizar el desarrollo de títulos que pudieran tener éxito tanto en Japón como en Occidente, devolviendo los TRPG, poco a poco, al nicho del que salieron, aunque como abordaremos más adelante, esto no fue un adiós definitivo.

Además, la presión para competir en un mercado cada vez más globalizado significaba que los desarrolladores tenían que concentrar sus recursos en proyectos que prometieran un retorno de inversión más seguro. Desarrollar un TRPG, con su complejidad y su audiencia potencialmente limitada, se volvió menos atractivo desde un punto de vista comercial, lo que llevó a una disminución en la producción de estos títulos.

La segunda vida del género en Nintendo Switch, Steam y móviles

Aunque los Tactical RPG japoneses experimentaron un declive notable con la llegada de la sexta generación de consolas, su desaparición del centro de la escena fue solo temporal. En los últimos años, el género ha encontrado una nueva vida en plataformas modernas, que han permitido no solo su supervivencia, sino también un renacimiento que ha atraído tanto a los que ya lo conocían como a nuevos jugadores más jóvenes. Lo cierto es que su renacimiento ha sido profundamente influenciado por la accesibilidad y flexibilidad que ofrecen las plataformas como la Nintendo Switch, Steam, y los dispositivos móviles. Estos sistemas han creado un entorno que es no solo acogedor para la relanzamiento de títulos clásicos, sino también para la experimentación y el desarrollo de nuevas obras que, aunque inspiradas en los grandes referentes del pasado, han sido diseñadas con una perspectiva actual.

La Nintendo Switch, en particular, se ha destacado como una plataforma ideal para los TRPG. Su formato híbrido, que permite a los jugadores disfrutar tanto de sesiones prolongadas en modo de consola como de experiencias rápidas y portátiles, encaja perfectamente con las demandas del género. Títulos como Fire Emblem: Three Houses (2019) no solo han revitalizado la franquicia que dio origen a los TRPG, sino que también han demostrado que el género sigue siendo comercialmente viable y capaz de atraer a bastantes jugadores.

Paralelamente, Steam ha emergido como un bastión para la preservación y difusión de los TRPG clásicos, así como un semillero de creatividad para nuevos títulos indie que se inspiran en la rica herencia del género. La accesibilidad de la plataforma de Valve ha permitido que juegos icónicos como Final Fantasy Tactics y Tactics Ogre sean redescubiertos por una nueva generación de jugadores. Además, ha facilitado que desarrolladores independientes experimenten con las fórmulas establecidas por estos clásicos, llevando el género a nuevos territorios. Juegos como Into the Breach (2018) y Wargroove (2019) han conseguido captar la esencia de los TRPG tradicionales, al mismo tiempo que introducen mecánicas innovadoras y presentaciones más modernas.

Los dispositivos móviles también han hecho este género más accesible, permitiendo acceder clásicos de los TRPG en un formato portátil y que no requiere el coste extra de otro dispositivo. La adaptación de títulos como Final Fantasy Tactics: The War of the Lions a teléfonos móviles ha abierto nuevas oportunidades para que estos lleguen a audiencias que prefieren la flexibilidad de jugar en sus teléfonos o tabletas. Además, el modelo de negocio de los juegos móviles ha permitido la creación de nuevos títulos como Langrisser Mobile (2019), que combina elementos tradicionales de los TRPG con nuevas características adaptadas específicamente para el entorno móvil, como el juego por turnos simplificado y las microtransacciones.

Un renacimiento potenciado por la propia evolución de un género que no quiere volver a estancarse

Este renacimiento no se ha limitado a la simple reintroducción de juegos clásicos, sino que ha implicado una evolución significativa en la manera en que el género es interpretado y presentado en esta época. Los desarrolladores han sabido tomar los elementos fundamentales que definieron a los TRPG en su apogeo y combinarlos con nuevas ideas y enfoques.

Un ejemplo destacado de esta evolución es el ya mencionado Fire Emblem: Three Houses. Este título no solo revitalizó una franquicia histórica, sino que también introdujo nuevos elementos que ampliaron su atractivo. La inclusión de mecánicas de simulación de vida y gestión de relaciones, amplificaron la experiencia que la franquicia podía ofrecer complementaria a la táctica militar tradicional del género. Más tardío y nacido después del boom es la franquicia Valkyria Chronicles (2008), que comparte la temática militar y debutó ya en PlayStation 3, migrando rápidamente a consolas portátiles como PSP y Nintendo Switch.

Del mismo modo, juegos como XCOM: Enemy Unknown (2012) han reinterpretado el concepto de los TRPG para una audiencia moderna. Aunque desarrollado en Occidente, se basa en muchas de las mecánicas que hicieron populares a los TRPG japoneses como la importancia de la estrategia, la gestión de recursos y las consecuencias permanentes de las decisiones del jugador. Sin embargo, XCOM modernizó el género al introducir gráficos 3D avanzados, una interfaz más accesible y una narrativa más dinámica, logrando un equilibrio entre profundidad táctica y atractivo visual que resonó ampliamente entre los jugadores.

Además, el auge de los desarrolladores independientes ha permitido que los TRPG continúen evolucionando. Juegos como Fell Seal: Arbiter's Mark (2019) han tomado las bases establecidas por clásicos como Final Fantasy Tactics y las han expandido con nuevas mecánicas y una narrativa renovada, mostrando que el género sigue siendo fértil para la innovación. A pesar de los altibajos que han marcado la historia de este género, su influencia en la industria de los videojuegos ha sido profunda.

Los elementos tácticos y estratégicos que definieron a los TRPG han sido incorporados en una amplia variedad de géneros, demostrando que las innovaciones introducidas por estos juegos han tenido un impacto que trasciende su nicho original. Muchos RPGs modernos han adoptado sistemas de combate que integran elementos tácticos como la importancia de la posición, la utilización del entorno y la planificación estratégica, características que eran fundamentales en los TRPG clásicos. Títulos como The Banner Saga (2014) o Divinity: Original Sin 2 (2017) hacen alarde de esta hibridación e influencia.

Además, todavía mantiene el atractivo en el ámbito de los juegos indie, donde los desarrolladores han aprovechado la libertad creativa que ofrece este espacio para explorar nuevas formas de expresar las mecánicas tácticas y estratégicas. Juegos como Into the Breach han tomado los principios fundamentales de los TRPG y los han destilado en experiencias más compactas y accesibles, sin sacrificar la profundidad y la complejidad que caracterizan al género.

Aunque los días de gloria de este género, cuando eran un pilar central de la industria, pueden haber quedado atrás, su legado sigue siendo palpable. El impacto de los TRPG en el diseño de juegos es innegable, y su influencia se extiende mucho más allá de los confines del género, permeando una amplia variedad de títulos y géneros distintos en la industria actual.