Investigadores estadounidenses presentaron hace unos días un chip monolítico 3D que funciona mil veces más rápido que los sistemas actuales de inteligencia artificial. El equipo científico logró eliminar el cuello de botella de la memoria, que hasta ahora limitaba la velocidad de todos los procesadores del mercado. El chip apila múltiples capas de procesamiento una encima de otra en lugar de colocarlas una al lado de la otra como hacen los chips tradicionales. Esta diferencia técnica permite que los datos viajen mucho más rápido entre las diferentes partes del procesador sin tener que recorrer distancias largas.
Los chips normales pierden muchísimo tiempo moviendo información de un sitio a otro dentro del procesador. El nuevo diseño 3D coloca la memoria exactamente encima de los procesadores que necesitan esa información, reduciendo el tiempo de viaje casi a cero. Los científicos explicaron que es como tener la nevera pegada a la cocina en lugar de ponerla en el sótano de tu casa. Cada vez que necesitas algo de la nevera, tardas mil veces menos en conseguirlo porque no tienes que bajar y subir escaleras constantemente durante todo el día.
NVIDIA domina actualmente el mercado de chips para inteligencia artificial con sus procesadores H100 y H200. Estos chips cuestan más de 30.000 dólares cada uno y necesitan cantidades enormes de electricidad para funcionar correctamente. El nuevo chip 3D podría cambiar completamente las reglas del juego porque hace el mismo trabajo gastando mucha menos energía y ocupando mucho menos espacio físico dentro de los centros de datos que usan las empresas tecnológicas más grandes del planeta.
El chip revolucionario funciona apilando capas como un edificio de apartamentos
Las empresas gastan miles de millones cada año comprando chips para entrenar sus sistemas de inteligencia artificial. Google invirtió 24.000 millones de dólares solo en infraestructura de IA durante 2025, según confirmó la propia empresa hace unas semanas. Microsoft también gasta decenas de miles de millones en procesadores para hacer funcionar sus sistemas de IA como Copilot y sus servicios de inteligencia artificial integrados en Windows y Office.
Los investigadores todavía necesitan varios años más de desarrollo antes de poder fabricar estos chips en cantidades industriales para venderlos a las empresas. Sin embargo, el avance marca un cambio importantísimo en cómo funcionarán los procesadores del futuro porque demuestra que es posible hacer chips mil veces más rápidos sin necesitar construir fábricas completamente nuevas ni inventar materiales que todavía no existen en el planeta Tierra.














