Tesla enfrenta uno de sus mayores traspiés industriales en plena crisis de imagen: la retirada de más de 46.000 unidades del Cybertruck, su vehículo más extravagante y polémico, por un defecto tan básico como preocupante: el fallo del adhesivo que mantiene en su sitio algunos paneles de la carrocería.
La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de EE.UU. (NHTSA) ha calificado el problema como potencialmente grave, al advertir que el desprendimiento de esas piezas podría representar un peligro real para otros conductores. Aunque por el momento no se han registrado heridos, Tesla ha tenido que actuar de inmediato. La empresa ha anunciado que reforzará los vehículos afectados sustituyendo el adhesivo por soldaduras internas, remaches y un nuevo pegamento de mayor resistencia.
La medida se aplicará no solo a los Cybertrucks ya entregados, sino también a todos aquellos que aún no han salido al mercado. Una decisión que supone un golpe tanto económico como reputacional para la marca en uno de sus lanzamientos más ambiciosos.
Crisis acumuladas y un liderazgo bajo presión
Los problemas del Cybertruck no son nuevos. Desde su presentación, este modelo ha sido fuente de controversia: desde los supuestos cristales “irrompibles” que se rompieron durante una demostración pública, hasta los obstáculos que enfrenta en mercados como el europeo, donde las autoridades han puesto en duda su seguridad para peatones debido a su diseño anguloso y su gran masa. El año pasado, Tesla ya tuvo que retirar 11.000 unidades por defectos en los parabrisas.
Este nuevo fiasco llega en un momento especialmente complicado para Tesla, que en los primeros meses de 2025 ha registrado caídas de ventas drásticas en mercados clave como Francia (−44 %), Alemania (−76 %) y China (−51 %). A esto se suma la creciente competencia en el sector de los vehículos eléctricos y un mercado cada vez más exigente en términos de seguridad y sostenibilidad.
El propio Elon Musk, cada vez más envuelto en polémicas, ha contribuido a la erosión de la imagen de Tesla. Su nombramiento como director del Departamento de Eficiencia Gubernamental en la administración Trump ha encendido las críticas, especialmente entre sectores que ven con recelo su creciente influencia política y su estilo confrontacional en redes sociales. En este escenario, la retirada del Cybertruck no solo representa un fallo técnico: es un reflejo de las tensiones internas que enfrenta una compañía cuyo modelo de negocio se tambalea entre la innovación y el exceso de confianza.
