Robert Shearman, uno de los guionistas más respetados del legado moderno de Doctor Who, cree que la longeva serie de ciencia ficción podría haber llegado a su final definitivo. En una entrevista concedida a la revista oficial de la franquicia —recogida por Cultbox—, el escritor británico afirma que el desenlace de la temporada 2 de la nueva etapa, protagonizada por Ncuti Gatwa bajo la batuta de Russell T. Davies, “puso punto final a todo”. La afirmación no llega de cualquiera: Shearman fue responsable del episodio Dalek en 2005, pieza clave en la resurrección del programa tras 16 años de silencio televisivo. Spoilers de la segunda temporadad de Doctor Who y la regeneración del Decimoquinto Doctor.
El cierre de esta segunda temporada, emitida el pasado septiembre, ha dejado a la comunidad whovian en un estado de perplejidad colectiva. La regeneración del Decimoquinto Doctor en una figura con el rostro de Rose Tyler —de nuevo interpretada por Billie Piper— ha abierto un abanico de interpretaciones: ¿es una nueva encarnación del Señor del Tiempo, o una ruptura simbólica con todo lo anterior? En los créditos finales, la actriz ni siquiera aparece acreditada como “la Doctora”, detalle que ha disparado teorías sobre si la BBC planea un reinicio o, directamente, una clausura poética del viaje iniciado en 1963.
Un cierre que suena a despedida
Aunque la cadena pública británica insiste en que la serie seguirá adelante con o sin Disney+, la realidad es que no existe confirmación oficial de una tercera temporada. Y para Shearman, eso encaja con la sensación de cierre que transmite el último episodio. “Paso por fases. Tengo una relación de atracción y rechazo con la serie”, explicó. “Ahora mismo estoy en una fase de ‘tirón’. Es extraño, porque Doctor Who probablemente esté tan muerta como nunca la hemos conocido”. Unas palabras que resuenan entre los seguidores veteranos, especialmente los que recuerdan el vacío posterior a la cancelación de 1989.
El guionista amplía su reflexión trazando un paralelismo con aquel primer apagón: “Después de 1989, durante años, seguimos teniendo un Doctor ‘actual’, aunque fuera en novelas o audiodramas. Ahora, lo que venga a continuación parece retroactivo. Nadie va a escribir libros sobre un Doctor Billie Piper, porque nadie sabe lo que significa eso”. Shearman se refiere a la dificultad de prolongar la narrativa cuando el cierre de La Guerra de la Realidad parece haber sellado todos los caminos posibles. Para él, este desenlace no deja cabos sueltos, sino una especie de final autocontenido, “una burbuja en la que Doctor Who ha aceptado su propia clausura”.
Ecos de 1989 y un canon en disputa
El momento no podría ser más simbólico. La serie, que celebró su 60.º aniversario en 2023 con un regreso triunfal bajo la producción de Russell T. Davies y el apoyo global de Disney+, parecía haber encontrado una nueva juventud. Sin embargo, esta segunda temporada, más experimental y ambigua, ha dividido a crítica y público, precisamente por su voluntad de romper con las reglas del canon y explorar territorios casi metafísicos. La regeneración en Rose Tyler no es solo un giro de guion: es un gesto cargado de significado sobre la identidad, la memoria y la circularidad de las historias que Doctor Who lleva seis décadas contando.
Aun así, el universo del Doctor no se disolverá del todo. Mientras el futuro de la serie principal sigue en el aire, la BBC y Disney+ ya trabajan en el spin-off The War Between the Land and the Sea, previsto para 2026.















