Hollywood está cambiando y mientras Donald Trump y un grupo de elegidos luchan contra lo woke, hay ciertas páginas y organismos que intentan dar cabida a ciertas sensibilidades y a las situaciones que, por diversas razones, pueden afectar emocionalmente a un determinado tipo de espectador.
Este reacciones emocionales no deseadas, incluso en actividades tan aparentemente inofensivas como ver una película, se han recopilado en Does The Dog Die, una célebre web de internet que ahora califica las cintas aptas para veganos.
El cine bajo la lupa vegana: avisos que podrían hacer que Kraven se pase al tofu
La citada web, que comenzó como un espacio para advertir sobre películas en las que moría un perro, con el tiempo ha ampliado su foco para incluir toda una gama de "detonantes" emocionales —desde violencia sexual hasta el abuso de sustancias, pasando por tipos de muertes o temáticas sensibles—, proporcionando una herramienta útil para quienes buscan evitar estos contenidos.

Recientemente, la cuenta de Letterboxd de Allison McCulloch, activista vegana de 42 años, ha ganado notoriedad por sus reseñas de películas, en las que, además de compartir sus opiniones cinematográficas, incluye una lista de "alertas veganas" para advertir a quienes puedan verse afectados por escenas que impliquen violencia hacia los animales o el consumo de productos de origen animal.
Su reseña de Kraven el Cazador, que ahora lucha por el éxito en streaming tras su fracaso en cines, generó bastante revuelo en redes sociales, sobre todo por su peculiar reflexión sobre el personaje principal, sugiriendo que tendría más sentido que Kraven fuera vegano. "Pensé que tendría sentido que Kraven fuese vegano. Creo que es un fallo de los guionistas, porque no tiene sentido que perdone la vida de un león y se comunique con otros animales para luego comerse un filete", comentó.
Las reseñas de McCulloch no solo incluyen observaciones sobre violencia animal, sino también sobre escenas en las que se cocinan o consumen productos animales, e incluso sobre películas clásicas como Nosferatu, en la que destacó la presencia de caballos tirando de carruajes o de ratas muertas, y señaló que ciertos elementos, como los "mordiscos sin consentimiento" de los vampiros, también podían ser considerados problemáticos.
A pesar de su enfoque crítico, McCulloch también destacó aspectos positivos, como el hecho de que en Nosferatu los personajes discutieran sobre el uso del ajo, lo que le valió un punto a favor. El veganismo no es solo una postura ética o ecológica, sino también política, y el trabajo de McCulloch, que seguramente genere críticas por parte de quienes no comparten su visión, va más allá de advertir a otros veganos: también invita a quienes consumen productos de origen animal a reflexionar sobre la representación de estos temas en la cultura popular, ya sea en cine o televisión. Y ahora que la carne es más cara que nunca, quién sabe.