Castuera, un pequeño municipio de Badajoz con apenas 5700 habitantes, se transforma cada Navidad en la capital del turrón extremeño. Situado en la comarca de La Serena, conocida por sus ovejas merinas, este pueblo ha sabido labrarse una reputación más allá del campo: el turrón se ha convertido en un emblema local, con su propio espacio en el Museo del Turrón, testigo de una tradición que mezcla historia, familia y trabajo artesanal.
Durante las fiestas, las calles de Castuera se impregnan de aromas dulces: almendra, miel, huevo y azúcar flotan en el aire, evocando un cuento navideño que ha pasado de generación en generación. Cada familia guarda celosamente las recetas heredadas, asegurando que la calidad y el sabor único del turrón sigan intactos.
Ni Jijona ni Estepa: la localidad extremeña que elabora turrones que conquistan toda España
La producción anual supera las 500 toneladas, destinadas a ferias y mercadillos de toda España, consolidando un vínculo entre el turrón y la vida popular de los pueblos, muy diferente del modelo industrial de Jijona, en Alicante. Empresas como Turrones Rey, lideradas por Felipe Rey, cuarta generación de artesanos, han llevado este producto a más de 20 países, desde Centroeuropa hasta América, convirtiendo una tradición local en un fenómeno internacional.
Castuera no tiene la fama de Jijona, pero ha sabido jugar sus cartas: la calidad de sus materias primas y la maestría artesanal se combinan con estrategias de marketing que han convertido al turrón en un símbolo de la Navidad extremeña. Los vecinos presumen de sus fábricas y del empleo que generan, y la distribución del dulce se extiende más allá del municipio gracias a una cadena logística bien asentada.
El turrón de Castuera no es solo almendra: existen más de 25 variedades, desde el garrapiñado hasta el de chocolate, en formatos que van desde las clásicas tabletas de medio kilo hasta porciones individuales de 25 gramos. Su temporada comienza en la Feria de Sevilla y culmina en la feria de Zafra, demostrando que, en este rincón de Extremadura, la Navidad sabe a turrón.















