En un movimiento que busca reforzar la seguridad aérea y poner fin a una de las conductas más extendidas y peligrosas durante los vuelos, Turquía ha decidido multar a los pasajeros que se levantan de sus asientos antes de que el avión se haya detenido por completo.
La Dirección General de Aviación Civil ha emitido una nueva circular que faculta a la tripulación a reportar y sancionar a quienes no respeten las normas básicas de desembarque. La sanción asciende a 2.603 liras turcas —unos 75 euros— y se aplicará incluso en vuelos internacionales con destino al país euroasiático.
Supone un riesgo
Esta medida responde a un comportamiento que, aunque cotidiano, representa un riesgo real: abrir los compartimentos superiores, caminar por el pasillo o desabrocharse el cinturón mientras el avión sigue en movimiento puede causar lesiones o entorpecer posibles evacuaciones de emergencia. “Este mal comportamiento pone en riesgo la seguridad de los pasajeros y del equipaje”, advirtió el director general de Aviación Civil, Kemal Yüksek, quien ha instado a las aerolíneas a aplicar la normativa sin excepciones.
La impaciencia por abandonar el avión suele traducirse en aglomeraciones en los pasillos y en un caos innecesario que no solo retrasa el proceso de desembarque, sino que puede ser peligroso si se produce un frenazo brusco o una maniobra imprevista en tierra. Así lo señalan también las regulaciones de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos, que obligan a la tripulación a informar al piloto si un pasajero se levanta antes de tiempo. Aunque la norma no se suele aplicar con sanciones económicas, su objetivo es el mismo: preservar la integridad de todos los ocupantes.
El problema del comportamiento inadecuado en cabina no es exclusivo de Turquía. Un informe de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) reveló que en 2017 se registró un incidente por cada 1.053 vuelos. Y aunque muchos de estos no pasan de lo anecdótico, otros han derivado en agresiones, altercados o desembarcos forzosos. En Estados Unidos, por ejemplo, los enfrentamientos entre pasajeros y tripulaciones aumentaron drásticamente en 2021 con el uso obligatorio de mascarillas durante la pandemia. En 2024, la FAA aún contabilizaba cerca de 900 incidentes en los primeros nueve meses del año.
Más allá de la multa, el gesto turco representa un aviso claro sobre la creciente intolerancia de los gobiernos hacia comportamientos incívicos en los vuelos. Mientras los viajes aéreos recuperan niveles prepandemia y se masifican aún más durante los periodos vacacionales, las autoridades buscan asegurar una experiencia más segura, fluida y respetuosa. Y eso implica apelar no solo a la normativa, sino también al sentido común y a la educación de los viajeros.
