Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en 2022, España ha experimentado un notable ascenso en el índice Global Firepower, que mide la capacidad militar de 145 países. Si antes del conflicto el país ocupaba la posición 23, ahora se encuentra en el puesto 17, un avance impulsado por la modernización de las fuerzas armadas y el aumento de inversiones en defensa.
Más efectivos para fortalecer las fuerzas armadas
A pesar de seguir siendo uno de los aliados de la OTAN con menor gasto militar en relación con el PIB, España se sitúa como la séptima potencia dentro de la alianza, por detrás de EE.UU., Reino Unido, Francia, Turquía, Alemania e Italia. El crecimiento del número de efectivos es una de las estrategias clave para fortalecer la posición de España en el ámbito militar. Actualmente, el Ejército de Tierra cuenta con 75.825 uniformados, la Armada con 20.840 y el Ejército del Aire y del Espacio con 23.000.
Deficiencias en equipamiento militar
El Gobierno planea un incremento de 7.000 militares entre 2025 y 2029, lo que además de reforzar la seguridad, supondría una oportunidad para crear empleo sin generar tensiones políticas dentro del Ejecutivo. A pesar del crecimiento en recursos humanos, el informe de Global Firepower pone en evidencia carencias en el equipamiento militar. El Ejército de Tierra es el cuerpo que peor parado sale, con falta de sistemas modernos de artillería y lanzacohetes múltiples sobre ruedas, lo que lo sitúa en la última posición de los países analizados en este aspecto.
En contraste, el Ejército del Aire y del Espacio logra una valoración más favorable gracias a sus 323 aeronaves, destacando sus 137 cazas y 51 aviones de transporte, aunque la ausencia de aviones cisterna penaliza su posición global.
El papel de la Armada española
Por su parte, la Armada española mantiene un nivel medio de capacidad con 152 navíos. Entre ellos, el portaviones Juan Carlos I le permite situarse en el cuarto puesto mundial en esta categoría. Sin embargo, la falta de corbetas y destructores limita su operatividad, recibiendo una calificación de "pobre" en el ranking.
A pesar de ello, el Índice Elcano de Presencia Global coloca a España como la sexta mayor potencia en capacidad de proyección dentro de la OTAN, superando a Alemania y a otros países europeos que cumplen con el 2% del PIB en defensa. El debate sobre el gasto militar en España se centra ahora en cómo invertir mejor, más allá de alcanzar el 2% del PIB comprometido con la OTAN.
Analistas como Félix Arteaga, del Real Instituto Elcano, sugieren que la prioridad debe ser fortalecer las capacidades estratégicas del país, en lugar de enfocarse únicamente en el presupuesto. En este sentido, España ha demostrado una inversión eficiente al participar en misiones marítimas y aéreas cruciales para la Alianza, consolidando su papel como actor clave en la seguridad europea y global.