Netflix lleva meses vendiéndose como un 'oasis' tecnológico. Una empres que, contra viento y marea, resiste a la disputa por los aranceles, impulsada por el gobierno de Estados Unidos. Una maniobra que puede poner en riesgo a Hollywood.
En un sector ya marcado por una caída sostenida de espectadores, la imposición de aranceles del 100% a todas las películas producidas fuera del país añade una capa más de incertidumbre. El impacto inmediato en el mercado se refleja en la caída de la acción de Netflix, que vio un descenso del 6% tras el anuncio. Este es solo un pequeño reflejo de los desafíos que podrían presentarse. ¿Nos tocará a los consumidores y abonados pagar estos sobrecostes? Tiene toda la pinta.
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Una de las razones por las que Hollywood está perdiendo terreno ante otras industrias cinematográficas internacionales es el creciente atractivo de los incentivos fiscales y los costes de producción más bajos fuera de EE. UU. Además, muchos estudios buscan rodar en países con mercados gigantescos, como China, para garantizarse el acceso a una audiencia masiva.
La preocupación ahora radica en cómo estos nuevos aranceles impactarán en la estructura de costes, y si la industria optará por trasladar más rodajes a EE. UU. o transferir el coste a los consumidores. Lo que se juega Hollywood es claro. Según Jason Bazinet, analista financiero, filmar en Estados Unidos tiene un sobrecoste de aproximadamente un 35% en comparación con otras naciones, lo que podría traducirse en un aumento de 3000 millones de dólares al año para la industria. Para plataformas como Netflix, que producen gran parte de su contenido fuera del país, la cifra sería considerablemente mayor.
En 2024, Netflix destinó cerca de 17.000 millones de dólares a contenidos originales, de los cuales un 40% correspondieron a licencias de terceros y un 60% a producciones propias. De estas últimas, alrededor de la mitad se graban fuera de EE. UU. Esto implica que, al aplicar un arancel del 100% a las producciones extranjeras, el coste total de las producciones de Netflix se elevaría de 17.000 millones a 28.900 millones de dólares, un incremento de casi 12.000 millones de dólares.
Si este coste se distribuyera entre los más de 260 millones de suscriptores de la plataforma, cada usuario tendría que asumir un gasto adicional de 45,8 dólares al año, o 3,82 dólares al mes. En otras palabras: el dilema para Netflix es complejo. Aunque existe la opción de trasladar toda la producción a Estados Unidos para evitar los aranceles, esto afectaría a la diversidad de contenido que caracteriza a la plataforma, fundamental para su atractivo global.
Series como El juego del calamar o La casa de papel, con su enorme éxito fuera de EE. UU., demuestran la importancia de mantener una oferta internacional diversa. Veremos qué ocurre.
