El gobierno japonés ha dado un paso inédito para concienciar a la población sobre un escenario catastrófico: ha publicado un vídeo creado con inteligencia artificial que ilustra las devastadoras consecuencias de una hipotética erupción del Monte Fuji sobre los 20 millones de habitantes de Tokio. La grabación, difundida el pasado domingo por la División de Prevención de Desastres del gobierno metropolitano, forma parte de una estrategia para preparar a la ciudad ante un desastre natural que, aunque no inminente, es plausible.
Japón se prepara para el cataclismo: la inteligencia artificial prevé el impacto devastador de una erupción del Monte Fuji y detalla los protocolos de emergencia
La simulación comienza con una escena cotidiana: una mujer entre la multitud recibe en su teléfono móvil la alerta de que el volcán ha entrado en erupción. "El momento puede llegar sin previo aviso", advierte la voz en off mientras enormes columnas de humo emergen del Fuji. La inteligencia artificial muestra cómo la ceniza recorrería los más de 100 kilómetros hasta Tokio en apenas dos horas, cubriendo edificios y vehículos, y sumiendo la capital en una oscuridad inesperada incluso durante el día.
Japón, situado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, es uno de los países más expuestos a terremotos y erupciones. Con 111 volcanes activos de los aproximadamente 1.500 que existen en el mundo, el país sabe bien que la naturaleza no espera. El Monte Fuji, que históricamente entraba en erupción cada tres décadas, lleva dormido desde la erupción Hoei de 1707. La alarma se ha intensificado en el último año, sobre todo tras los avisos de enero que estimaban un 80% de probabilidad de un gran terremoto en la Fosa de Nankai durante los próximos 30 años.
El impacto económico y social sería colosal. Según los cálculos oficiales, una erupción de gran magnitud generaría 1700 millones de metros cúbicos de ceniza, de los cuales 490 millones se depositarían en carreteras, edificios y otros espacios urbanos. Las pérdidas podrían alcanzar los 2,5 billones de yenes (unos 14.200 millones de euros). La ceniza derrumbaría construcciones de madera con poca resistencia, paralizaría el transporte ferroviario, cortaría el suministro eléctrico y complicaría la distribución de alimentos y bienes esenciales.
Las reacciones en redes sociales han sido dispares. Algunos usuarios expresan auténtico temor: "La idea de que la ceniza paralice todo el transporte en Tokio es aterradora". Otros critican el enfoque gubernamental, acusándolo de alarmista: "Se utiliza para generar miedo y sensación de crisis", comentan.
Frente a este escenario, el gobierno recomienda a los residentes próximos al Fuji disponer de suministros básicos para dos semanas. La simulación incluye escenas de familias organizando despensas con alimentos enlatados y botiquines de primeros auxilios. Sin embargo, los ciudadanos advierten de las dificultades prácticas de estas medidas, especialmente en los veranos sofocantes de Japón, cuando un corte eléctrico complicaría aún más la situación.















