Desde hace ya varios años, Games Workshop no ha dejado de sorprender con sus espectaculares resultados financieros. La compañía británica, responsable del vasto universo de Warhammer 40,000, atraviesa una auténtica edad dorada, impulsada por el crecimiento global de su comunidad, la solidez de sus juegos de miniaturas, y una brillante estrategia de gestión de propiedad intelectual.
En la última década, su política de licencias —que ha permitido adaptaciones en forma de videojuegos, series y colaboraciones con grandes marcas— ha sido clave para consolidar su posición en el mercado del entretenimiento. Y parece que ahora está cosechando sus frutos.
Games Workshop logra cifras récord gracias a Warhammer pero enfrenta amenazas insólitas: murciélagos y política estadounidense
El último informe anual, correspondiente al ejercicio fiscal de 2024, confirma una tendencia que ya se ha convertido en tradición como explican en La Voz de Horus: crecimiento sostenido y récords superados. En esta ocasión, las ventas se han incrementado un 17%, lo que ha permitido a la empresa alcanzar por primera vez en su historia los 606 millones de libras en ingresos. El beneficio antes de impuestos también ha sido notable, situándose en los 171 millones de libras, según datos oficiales, un equivalente a 201 millones de euros. El informe completo está disponible en su web para quienes quieran profundizar en los detalles.
Entre las grandes novedades del año destaca la entrada de Games Workshop en el FTSE 100, el índice bursátil que agrupa a las 100 empresas de mayor capitalización del Reino Unido, una especie de IBEX 35 británico. Este hito no sólo refleja la salud económica de la empresa, sino su creciente relevancia dentro del panorama corporativo del país.
Pero el informe anual también incluye algunos elementos inesperados y curiosos que han sido recogidos incluso por medios como el Financial Times o la BBC. En primer lugar, Kevin Rountree, CEO de la compañía, menciona cómo la firma ha sorteado con éxito obstáculos globales como el Brexit, la pandemia y los aranceles impuestos por la administración Trump, gracias a su capacidad de adaptación y sus instalaciones estratégicamente situadas en Estados Unidos.
El segundo dato curioso tiene nombre propio: pipistrellus. Este diminuto género de murciélagos, los más pequeños del Reino Unido, se ha convertido en un enemigo insospechado para los planes de expansión de Games Workshop. La empresa adquirió por 2,1 millones de libras unos terrenos destinados a un nuevo aparcamiento y planta de producción, pero la presencia protegida de esta especie ha paralizado temporalmente las obras. El retraso es significativo, ya que la demanda actual supera con creces la capacidad productiva de GW y se encuentra en un callejón sin salida.
En definitiva, el crecimiento de Games Workshop sigue siendo una anomalía en el sector del entretenimiento tradicional, una historia de éxito que se alimenta del entusiasmo de su comunidad, de una estrategia empresarial impecable y de una visión clara del futuro. Y si este año ha sido el mejor de su historia, todo apunta a que lo mejor aún está por venir.















